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lunes, 4 de mayo de 2020

REALISMO, SÍ; APOCALIPSIS, NO


Salvador García Llanos

Canarias se encuentra ante un punto de inflexión en su historia. Como ocurriera con otros episodios de crisis de monocultivos, ahora hay que ser conscientes de lo que significan las consecuencias de la pandemia para su principal sostén productivo.

Por eso hay que conducirse con realismo y menos, por no decir ninguna, tendencias apocalípticas. Esta debe ser una máxima para seguir preparándose con el fin de afrontar los nuevos escenarios, especialmente los que afectan al sector turístico. Así lo dijimos, hace unas fechas, en un encuentro digital con expertos y profesionales del sector, algunos aún en activo. El sector en efecto, debe estar unido y proactivo.

Expusimos que hay tres planos teóricos abiertos en los que hay que aprovechar para hacer aportaciones.

Uno: es necesario volcar impresiones y experiencias en el borrador del Proyecto Nacional de Especificaciones Técnicas y Sello de Garantía para la prevención de la COVID-19 que está elaborando el Instituto de Calidad Turística Española (ICTE). Es indispensable consignar especificaciones técnicas que sean rigurosas e implantables.

Dos: Hay que prestar mucha atención un Plan de choque específico para la industria turística, sustentado en inversión pública y privada. Dos objetivos preferentes: la supervivencia y una oferta cualificada en servicios más sostenibles.

Y tres: la Asociación de Municipios Turísticos, en la que están integrados varios ayuntamientos canarios, promueve con la Secretaría Estado un trabajo interesante para diagnosticar y programas medidas alternativas. Los alcaldes, además de reclamar más mecanismos de financiación, piden un calendario para el desescalado de las actuales medidas de confinamiento y en el que habrá de ser incluida la reapertura de los destinos turísticos. Es obligado coordinar con instituciones europeas a efectos de aplicar determinaciones encaminadas a liberalizar el tráfico de personas, extremar las medidas de seguridad y apoyar a las compañías de transporte.

Desde un ángulo, si se quiere, más operativo, habría que tener en cuenta los siguientes rasgos:

Evidentemente, todo está condicionado a la apertura general de los vuelos, tanto en España como en Europa y a la posterior reacción de los turoperadores tanto convencionales como on line.

Están por ver los controles sanitarios a aplicar, tanto en la salida de origen como en destino, según sean hoteles, restaurantes o bares y cafeterías. Se descarta, por el momento, las discotecas.

Se imponen en los hoteles turnos para desayuno y cena, con el fin de respetar distancias; y para formalizar reserva previa con hora en restaurantes, al objeto de mantener distancias y poder optimizar rentabilidad. El masivo ‘Todo Incluido’ debe de ser muy controlado e incluso temporalmente evitado.
Hay que plantearse la necesidad de una muy intensiva promoción por Turismo de Canarias y otras entidades competentes en todo tipo de canales o soportes.

Posiblemente tengamos un verano, desde principios o mediados de julio, y un comienzo de otoño en que la principal baza sea los mercados canario y peninsular. Necesitamos muy buena capacidad aérea y control a un posible exceso en el aumento de tarifas por las aerolíneas, especialmente desde península. Se trata de racionalizar en este campo, no vayamos a compensar la reducción de plazas con un incremento de tarifas.

Por supuesto, ayudas a las líneas aéreas. Nuevo momento para estudiar la creación y puesta en marcha de una de titularidad canaria.

Se sugiere una promoción orientada al sector sanitario. Puede suponer un buen impacto promocional y despertar simpatías; es un sector que, tras su esfuerzo y confinamiento, desea sol y aire libre.

Instalación en establecimientos alojativos de sistemas de control (cámaras térmicas) y prevención en el acceso (túneles de ozono, siempre que las autoridades sanitarias los admitan, tanto para personal como para clientes.

Ayudas o incentivos a la contratación de personal. Posiblemente, el cumplimiento de normas exija más personal, no puede suponer una carga adicional de trabajo a la ya existente, no poca por cierto. Sería imposible verificarlo con eficiencia. Ejemplo clarísimo, Kellys y camareros. Los ‘buffets’ deberán tener mucha menos comida en exposición y una mayor reposición.

Control a la externalización de servicios por la Inspección de trabajo. Ante la necesidad de trabajar, es previsible que afloren y crezcan las “empresas piratas” y con ellas, abusos de ley en jornadas, salarios, cotizaciones a la Seguridad Social y otros conceptos.

Controles rígidos por Sanidad. Las personas, trabajadores y clientes, es lo más importante. Va a producirse un aumento de uso de productos químicos, manuales estrictos de uso y conocimiento previo de sus efectos acumulativos, tiempos máximos de exposición… luego hay que tomarse muy en serio las medidas que sean de aplicación.

En este sentido, en previsión de lo que se avecina, hay que dotar a los empleados de los equipos precisos. El uniforme de toda la vida, más guantes y mascarillas, no serán suficientes.

Sello sanitario obligatorio, previo a la venta de reservas por los turoperadores evitando así la oferta ilegal.

Controlar el alquiler privado de apartamentos. Si se consuma la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), recordemos lo que ocurría en Inglaterra en el control de aduanas: no se pasaba si no se disponía de bono de alojamiento y billete de regreso.

Estamos, en fin, ante dos semanas decisivas, de gran actividad en los despachos y en las reuniones digitales que se convoquen en organizaciones y colectivos para ir dando cuerpo a la recuperación. Cuestión de no dejar pasar. Se requiere mucho ánimo constructivo: realismo,sí; apocalipsis, no.

Día 50 de la alarma

La declaración del estado de alarma cumple cincuenta días. Coincide con el 3 de mayo, Día de la Madre y conmemoración de la fundación del Puerto de la Cruz. El ingenio agudiza para las visitas, los regalos y las celebraciones vía digital. El tiempo está desapacible, cielo nublado.

Pero la realidad nos deja desde bien temprano la estampa de un ratón muerto en una azotea próxima. ¿Por que habrá venido a fenecer ahí? ¿Se habrá arrojado desde una altura superior?

Y un mensaje de esos que se montan para fastidiar, para confundir a las gentes de buena fe, circula en las redes: imágenes de Pedro Sánchez en la sede de Ferraz y en paradas de autobuses y metro. Es una ofensiva en toda expansión. Algunos textos que acompañan revelan lo a gusto que se sienten algunos haciendo circular el mensaje. Igual pretenden paliar las consecuencias de lo ocurrido en el desmontaje del hospital de IFEMA, que ha dejado sensiblemente tocados a sus promotores.

El sitio web espabox.com, dirigido por Emilio Marchiegui, reproduce nuestra entrada dedicada a “La última gran victoria de José Legra”, quien superó al coronavirus en el hospital Gómez Ulla, de Madrid. Envía el enlace en las primeras horas y descubrimos que Antonio Salgado Pérez prepara un libro que se titula “Hitos del boxeo en Canarias”. El portal, a pie de ring desde 1993, publica un fragmento a modo de anticipo, en el que se relatan algunas vivencias humanas y profesionales de aquel bautizado por Manuel Alcántara, ‘Puma de Baracoa’.

A mediodía no se escuchan las tracas y voladores que envuelven la atmósfera del 3 de mayo portuense cuando procesiona la Santa Cruz. Evocamos la figura de Irlanda Pérez, siempre tan activa y diligente con la recaudación y con los preparativos de la ornamentación de la Capilla Los Pérez, en la calle Lonjas. Desde luego, es la primera vez en muchos años que no escuchamos misa en el callejón Pacheco, junto a vecinos y amigos que se daban cita para participar en esa singular convocatoria del costumbrismo portuense.

Hay más personas en las calles alrededor de la plaza. Algunas van en grupo, iniciando o alargando el paseo. Temor inspira la salida masiva e irrespetuosa de las indicaciones que se han dado para que el desconfinamiento se haga de forma gradual. Pero confianza también significa la respuesta cívica y ordenada de una sociedad consciente, dispuesta a mantenerse en casa o ganar la calle con arreglo a lo que se ha prevenido.

Y para respuesta, la del ministro Salvador Illa en rueda de prensa a un periodista holandés. “En mi país existe un confinamiento inteligente, es decir, la gente misma decide si sale a la calle. ¿Nunca han pensado que este modelo funcionar aquí, en España?”, fue la cuestión formulada. La respuesta del ministro, que se hizo viral, como se dice ahora:

-Voy a ser muy corto y muy claro. En materia de ejemplaridad, responsabilidad, civismo y conciencia de lo que estamos afrontando, nadie puede dar lecciones a los españoles, que se han comportado de una forma ejemplar. Que yo, cada vez que ha comparecido ante los ciudadanos, he agradecido y reitero una vez más el agradecimiento. Por tanto, en materia de ejemplaridad, conocimiento y conciencia de lo que estamos afrontando, civismo y responsabilidad, creo que los españoles están más en posición de dar lecciones que de recibirlas.

Su contestación hace honor a la tarde despejada y radiante propia de un mayo primaveral que quiere recuperar tantas cosas…

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