Salvador García Llanos
Canarias se encuentra ante un punto de inflexión en su
historia. Como ocurriera con otros episodios de crisis de monocultivos, ahora
hay que ser conscientes de lo que significan las consecuencias de la pandemia
para su principal sostén productivo.
Por eso hay que conducirse con realismo y menos, por no
decir ninguna, tendencias apocalípticas. Esta debe ser una máxima para seguir
preparándose con el fin de afrontar los nuevos escenarios, especialmente los
que afectan al sector turístico. Así lo dijimos, hace unas fechas, en un
encuentro digital con expertos y profesionales del sector, algunos aún en
activo. El sector en efecto, debe estar unido y proactivo.
Expusimos que hay tres planos teóricos abiertos en los que
hay que aprovechar para hacer aportaciones.
Uno: es necesario volcar impresiones y experiencias en el
borrador del Proyecto Nacional de Especificaciones Técnicas y Sello de Garantía
para la prevención de la COVID-19 que está elaborando el Instituto de Calidad
Turística Española (ICTE). Es indispensable consignar especificaciones técnicas
que sean rigurosas e implantables.
Dos: Hay que prestar mucha atención un Plan de choque
específico para la industria turística, sustentado en inversión pública y
privada. Dos objetivos preferentes: la supervivencia y una oferta cualificada
en servicios más sostenibles.
Y tres: la Asociación de Municipios Turísticos, en la que
están integrados varios ayuntamientos canarios, promueve con la Secretaría
Estado un trabajo interesante para diagnosticar y programas medidas alternativas.
Los alcaldes, además de reclamar más mecanismos de financiación, piden un
calendario para el desescalado de las actuales medidas de confinamiento y en el
que habrá de ser incluida la reapertura de los destinos turísticos. Es obligado
coordinar con instituciones europeas a efectos de aplicar determinaciones
encaminadas a liberalizar el tráfico de personas, extremar las medidas de
seguridad y apoyar a las compañías de transporte.
Desde un ángulo, si se quiere, más operativo, habría que
tener en cuenta los siguientes rasgos:
Evidentemente, todo está condicionado a la apertura general
de los vuelos, tanto en España como en Europa y a la posterior reacción de los
turoperadores tanto convencionales como on line.
Están por ver los controles sanitarios a aplicar, tanto en
la salida de origen como en destino, según sean hoteles, restaurantes o bares y
cafeterías. Se descarta, por el momento, las discotecas.
Se imponen en los hoteles turnos para desayuno y cena, con
el fin de respetar distancias; y para formalizar reserva previa con hora en
restaurantes, al objeto de mantener distancias y poder optimizar rentabilidad.
El masivo ‘Todo Incluido’ debe de ser muy controlado e incluso temporalmente
evitado.
Hay que plantearse la necesidad de una muy intensiva promoción
por Turismo de Canarias y otras entidades competentes en todo tipo de canales o
soportes.
Posiblemente tengamos un verano, desde principios o
mediados de julio, y un comienzo de otoño en que la principal baza sea los
mercados canario y peninsular. Necesitamos muy buena capacidad aérea y control
a un posible exceso en el aumento de tarifas por las aerolíneas, especialmente
desde península. Se trata de racionalizar en este campo, no vayamos a compensar
la reducción de plazas con un incremento de tarifas.
Por supuesto, ayudas a las líneas aéreas. Nuevo momento
para estudiar la creación y puesta en marcha de una de titularidad canaria.
Se sugiere una promoción orientada al sector sanitario.
Puede suponer un buen impacto promocional y despertar simpatías; es un sector
que, tras su esfuerzo y confinamiento, desea sol y aire libre.
Instalación en establecimientos alojativos de sistemas de
control (cámaras térmicas) y prevención en el acceso (túneles de ozono, siempre
que las autoridades sanitarias los admitan, tanto para personal como para
clientes.
Ayudas o incentivos a la contratación de personal.
Posiblemente, el cumplimiento de normas exija más personal, no puede suponer
una carga adicional de trabajo a la ya existente, no poca por cierto. Sería
imposible verificarlo con eficiencia. Ejemplo clarísimo, Kellys y camareros.
Los ‘buffets’ deberán tener mucha menos comida en exposición y una mayor
reposición.
Control a la externalización de servicios por la Inspección
de trabajo. Ante la necesidad de trabajar, es previsible que afloren y crezcan
las “empresas piratas” y con ellas, abusos de ley en jornadas, salarios,
cotizaciones a la Seguridad Social y otros conceptos.
Controles rígidos por Sanidad. Las personas, trabajadores y
clientes, es lo más importante. Va a producirse un aumento de uso de productos
químicos, manuales estrictos de uso y conocimiento previo de sus efectos
acumulativos, tiempos máximos de exposición… luego hay que tomarse muy en serio
las medidas que sean de aplicación.
En este sentido, en previsión de lo que se avecina, hay que
dotar a los empleados de los equipos precisos. El uniforme de toda la vida, más
guantes y mascarillas, no serán suficientes.
Sello sanitario obligatorio, previo a la venta de reservas
por los turoperadores evitando así la oferta ilegal.
Controlar el alquiler privado de apartamentos. Si se
consuma la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), recordemos lo que
ocurría en Inglaterra en el control de aduanas: no se pasaba si no se disponía
de bono de alojamiento y billete de regreso.
Estamos, en fin, ante dos semanas decisivas, de gran
actividad en los despachos y en las reuniones digitales que se convoquen en
organizaciones y colectivos para ir dando cuerpo a la recuperación. Cuestión de
no dejar pasar. Se requiere mucho ánimo constructivo: realismo,sí; apocalipsis,
no.
Día 50 de la alarma
La declaración del estado de alarma cumple cincuenta días.
Coincide con el 3 de mayo, Día de la Madre y conmemoración de la fundación del
Puerto de la Cruz. El ingenio agudiza para las visitas, los regalos y las
celebraciones vía digital. El tiempo está desapacible, cielo nublado.
Pero la realidad nos deja desde bien temprano la estampa de
un ratón muerto en una azotea próxima. ¿Por que habrá venido a fenecer ahí? ¿Se
habrá arrojado desde una altura superior?
Y un mensaje de esos que se montan para fastidiar, para
confundir a las gentes de buena fe, circula en las redes: imágenes de Pedro
Sánchez en la sede de Ferraz y en paradas de autobuses y metro. Es una ofensiva
en toda expansión. Algunos textos que acompañan revelan lo a gusto que se
sienten algunos haciendo circular el mensaje. Igual pretenden paliar las
consecuencias de lo ocurrido en el desmontaje del hospital de IFEMA, que ha
dejado sensiblemente tocados a sus promotores.
El sitio web espabox.com, dirigido por Emilio Marchiegui,
reproduce nuestra entrada dedicada a “La última gran victoria de José Legra”,
quien superó al coronavirus en el hospital Gómez Ulla, de Madrid. Envía el
enlace en las primeras horas y descubrimos que Antonio Salgado Pérez prepara un
libro que se titula “Hitos del boxeo en Canarias”. El portal, a pie de ring
desde 1993, publica un fragmento a modo de anticipo, en el que se relatan
algunas vivencias humanas y profesionales de aquel bautizado por Manuel
Alcántara, ‘Puma de Baracoa’.
A mediodía no se escuchan las tracas y voladores que
envuelven la atmósfera del 3 de mayo portuense cuando procesiona la Santa Cruz.
Evocamos la figura de Irlanda Pérez, siempre tan activa y diligente con la
recaudación y con los preparativos de la ornamentación de la Capilla Los Pérez,
en la calle Lonjas. Desde luego, es la primera vez en muchos años que no
escuchamos misa en el callejón Pacheco, junto a vecinos y amigos que se daban
cita para participar en esa singular convocatoria del costumbrismo portuense.
Hay más personas en las calles alrededor de la plaza.
Algunas van en grupo, iniciando o alargando el paseo. Temor inspira la salida
masiva e irrespetuosa de las indicaciones que se han dado para que el
desconfinamiento se haga de forma gradual. Pero confianza también significa la
respuesta cívica y ordenada de una sociedad consciente, dispuesta a mantenerse
en casa o ganar la calle con arreglo a lo que se ha prevenido.
Y para respuesta, la del ministro Salvador Illa en rueda de
prensa a un periodista holandés. “En mi país existe un confinamiento inteligente,
es decir, la gente misma decide si sale a la calle. ¿Nunca han pensado que este
modelo funcionar aquí, en España?”, fue la cuestión formulada. La respuesta del
ministro, que se hizo viral, como se dice ahora:
-Voy a ser muy corto y muy claro. En materia de
ejemplaridad, responsabilidad, civismo y conciencia de lo que estamos
afrontando, nadie puede dar lecciones a los españoles, que se han comportado de
una forma ejemplar. Que yo, cada vez que ha comparecido ante los ciudadanos, he
agradecido y reitero una vez más el agradecimiento. Por tanto, en materia de
ejemplaridad, conocimiento y conciencia de lo que estamos afrontando, civismo y
responsabilidad, creo que los españoles están más en posición de dar lecciones
que de recibirlas.
Su contestación hace honor a la tarde despejada y radiante
propia de un mayo primaveral que quiere recuperar tantas cosas…
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