Lorenzo de Ara
Mi amigo Pablo González
(currante, empresario, amante de la vida, de la buena vida, defensor y
embajador de nuestro Puerto de la Cruz, de la Isla, de Canarias, de España y de
todo lo bueno que hay por aquí) está enfadado con muchos de nuestros políticos.
Los más cercanos. Y yo igual. Desde el municipalismo, pasando por el Cabildo,
gobierno regional y gobierno central, aunque podríamos perfectamente hacer una
parada en Bruselas. La política está infectada por txoriburus, que en euskera
significa cabeza de chorlito.
El mal de la política no está
en la corrupción, que abunda, cierto.
El verdadero mal de la política
nacida en las aguas fecales del oportunismo y la arrogancia está en el vacío y
la negrura de las cabezas que deberían estar ocupadas en dar respuesta a las
necesidades de la población, pero por el contrario, lo que hacen es
aficionarnos a los bocatas de mortadela y convertirnos en un rebaño de cabras.
Siempre hay excepciones. Por
supuesto. Pablo González, mi amigo, al escuchar una entrevista que realicé al
alcalde de La Orotava, Francisco Linares, considera que el regidor es el
ejemplo del buen político. Sentido común y buena gestión. Además de empatía.
Tres valores que escasean en la política.
¿Qué importan las siglas? Hay
mendrugos en la izquierda y la derecha. Gente incapaz de madurar. Chulos y
chulas, zorros y zorras que están en la cosa pública para hacer negocio y
procurar vivir como nunca antes lo habían hecho y como nunca más lo volverán
hacer. Sin dar palo al agua y ganando todos los meses un súper sueldo.
Si la política es permeable, lo
cual es un bien, en ella han crecido profesionales del “qué hay de lo mío”, así
como doctores en perrerías que siempre lo tienen claro, “que le vayan dando por
saco a los demás”. Y ese es un terrible mal.
Lo confieso abiertamente y no
pido perdón. Profeso un odio espartano e inmenso hacia la gentuza que hoy y
mañana seguirá chupando del bote y arruinando nuestra vida.
Porque si la política es la
responsable de muchos males en mi ciudad y en el mundo, también creo que la
política es la que tiene las soluciones.
Pablo y yo queremos a los
mejores en la política.
No es mucho pedir, creo.
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