Javier Lima Estévez
A finales del siglo XIX, la presencia británica sobre suelo
isleño estaba generando múltiples consecuencias, tal y como se advierte en la
obra de Charles F. Barker, con una última edición a cargo de Ediciones Idea, en
2006. De tal aportación analizamos una interesante descripción relativa al núcleo
de Los Realejos. Su autor era un británico que llegó a Canarias como
representante de la British and Foreign
Bible Society, redactando una obra bajo el título Dos años en las Canarias, que nos sitúa y aproxima ante la
difusión, la aceptación, las inquietudes o los rechazos en torno al
anglicanismo en Canarias a finales del siglo XIX, acudiendo a diversos puntos
de Gran Canaria, Tenerife y La Palma.
Tras describir con gran detalle su estancia en la Villa de
la Orotava continuaría con el desarrollo de su misión en Los Realejos. Hasta
ese lugar sería acompañado por Mr. Tisoe, distribuyendo diversos ejemplares de
Evangelios a lo largo del camino, encontrando incluso a una señora que
recomendaba su lectura tras haber adquirido un libro en el Puerto de la Cruz.
Relata su paso por El Toscal, accediendo a una vivienda donde se encontraba una
familia que tenía ciertas dudas respecto a adquirir o no algún libro sagrado.
Esa situación era el resultado de la condena que el beneficiado había realizado
previamente respecto a tales libros. En el Realejo Bajo terminó por vender el
último Evangelio que llevaba consigo. Tras ese acto, regresaría por la
carretera mediante un viaje que calificaría como “muy agradable, disfrutando
del aire fresco de la tarde tras el calor que había hecho durante el día”.
Justo cuando se dirigía a Icod el Alto sería llamado en
inglés por un militar que había conocido en la capital. El hombre le invitó a
descansar en su casa, aceptando Barker tal ofrecimiento. De la misma forma,
tras su paso por Tigaiga realizaría la venta de varios ejemplares antes de
continuar su ruta hacia Icod el Alto.
Cuando ya había abandonado el lugar se encuentra en Arico
con dos realejeros “vendiendo artículos de ropa blanca”, continuando en su
compañía hasta El Lomo.
Son, pues, pequeñas aportaciones en torno al significado del
conocimiento y la difusión de la religión anglicana en Los Realejos durante los
últimos años del siglo decimonónico a través del relato del reverendo Charles
F. Barker.
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