Juan Calero Rodríguez
Hemos pasado unos meses de
incertidumbre y desasosiego ante la ignorancia de cómo ganarle la batalla a un
enemigo invisible. Muchos sufrieron el doble confinamiento al quedar perplejos
por no saber a qué atenerse sin salir de casa, como si el estar en su propia
vivienda anduviera ajeno a la vida, en otro mundo galáctico donde está todo por
aprender y del cual no se sabe nada.
Por suerte hay quienes no paran
de trabajar así les corten los brazos.
En La Palma se viene
organizando el quehacer de escritores, fotógrafos, pintores, músicos, etc. en
una nueva asociación cultural bajo el nombre Abra Cultural.
Si buscamos en los diccionarios
veremos que Abra es como una ensenada de aguas tranquilas donde vienen a
guarecerse los veleros y pequeñas embarcaciones huyendo de los fuertes vientos
de tormenta en alta mar.
Eso pretende Abra Cultural, el
vientre con líquido amniótico organizador de eventos culturales en la isla, que
hasta ahora venían desarrollando sus creadores por cuenta propia sin respaldo
fiscal, por ejemplo, los recitales Vuela alto, poesía, en coordinación con la
Concejalía de Cultura de Breña Alta, con poetas extranjeros, canarios y
palmeros, más músicos acompañantes.
Desde el otoño del año pasado,
los organizadores de Abra Cultural se lanzaron a la tarea de preparar su
primera publicación: una antología sin ánimo de lucro cuyo objetivo es mostrar los
caminos de la poesía actual que se escribe desde el Río Bravo hasta la Tierra
del Fuego; sin reunir bajo un título a la élite latinoamericana, lo cual
siempre es subjetivo, ni mucho menos hacer una antología con amigos.
Tras un intenso y riguroso trabajo
de investigación y búsqueda fueron convocados
autores de cada país, en cantidad sobre los trescientos, de los cuales
se mantenían relaciones con algunos a través de las redes sociales y a otros se
dificultó encontrarlos ya que no incursionan las mismas; finalmente se
seleccionaron ciento cuatro, de treinta países, sin importar su lengua materna
(inglesa, portuguesa o francesa) debidamente traducidos por un equipo
internacional de poetas, más Canarias.
El resultado ha sido Fragua de
preces, una antología de gran envergadura, seguramente única en el mundo, que
recoge el quehacer de la poesía actual que se hace en todos los países de
América Latina.
La gran sorpresa para los
editores fue descubrir que la poesía, al contrario de lo que puede imaginarse
no decae, está viva en la querida Latinoamérica: se escribe con fuerza
innovadora, se lee poesía y como han podido comprobar in situ, los recitales y presentaciones
son masivos.
En las páginas de Fragua de
preces se unen poetas de gran currículo con la nueva generación que viene
arrasando en los premios internacionales que se convocan. Si es cierto que
abunda la post vanguardia y la poesía narrativa, también encontramos verso
libre, y algunos que prefieren juguetear sonetos y décimas asegurando la
diversidad en el futuro.
Si alguien, por perspicacia y
sin buena intención, busca y no encuentra a algún reconocido en el Índice de
autores, puede que sea por declinar o no responder al llamado de Abra Cultural
pensando que fuera una antología más entre las tantas que ya deben aparecer.
Por qué Canarias está incluida
en esta antología, no cabe dudas que geográficamente pertenece a África y
políticamente a Europa; como sentimentalmente nos unen al pueblo
latinoamericano siglos con la misma colonización, costumbres, tradiciones,
acento y emigración. Emigración que en Fragua de preces se hace palpable con
poetas canarios que residen en Latinoamérica y viceversa.
Para que pueda llegar a todos
los países y a cada uno de los poetas participantes se lanzó a través de
Amazon, a muy módico precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario