Teresa González
Sentada
hurgando el jardín con la mirada
multiplicada
en las sonajas infantiles cascabeles
diluidas en el tiempo
Perdida…
en las horas que deleitan su nostalgia
espera
en los años sin cuenta
que se fueron y que vuelven
y se quedan… a mirarle
y que vuelan…
antes que se oculte el sol
Silente
su figura de cristal se quedó
dormida
en el acero de sus pasos de guerrera
Paciente
espera, espera, espera…
hasta apagarse el farol de las estrellas
Mañana
encenderá nuevas quimeras
para los retoños que llegan
y para los que no
Sentada, perdida, silente, dormida…
frente al jardín sobre la arena
que en mis manos floreciera.
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