José
Peraza Hernández
Hoy oímos y leemos el testimonio de nuestra doña Silveria Ramos González, mujer del
lujar llamado “Caminos de Los Nidos”, núcleo poblacional del barrio de La Vera - Puerto de La Cruz , donde procedemos a
narrar su historia. Mujer de las de antes, nació en este lugar, que la vio
nacer un 4 de marzo de de 1913. Hoy día tiene 94 años, quien se encuentra fuerte,
como su pelo canoso, elegante, y esbelta, con una gran memoria inmejorable.
Le preguntamos
por su secreto, para estar tan activa, me comenta que ella se desayuna siempre
con leche, gofio y pan, el almuerzo, siempre de primero el potaje de verduras,
la cena es verdad que es ligera, y vivir en gracia de dios, y no hay más
secretos.
Doña Silveria me
comenta que se casó en el Puerto de la
Cruz , en la parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Con don
Vicente Trujillo Galván, y de este matrimonio hubo un fruto de dos hijas.
También me dice que sus
padres nacieron en este mismo lugar, se llamaban Miguel Ramos González y
Eugenia González y González. Fruto de ese matrimonio nacieron seis hijos, pero
la mayor, Candelaria, falleció joven. Visto esto, todo el peso de su casa,
recayó en ella. Tuvo que trabajar des muy niña, en la zafra del tomate y
empaquetado de plátanos y casa particulares.
Sus hermanos Candelaria y Andrés, Candelaria
falleció cuando ella tenía 12 años, ella se tuvo que encargar de la casa. Eran
tiempos duros donde había mucha miseria y hambre, quien estuvo muy poco tiempo en
la escuela, la que se encontraba al final del Camino de Las Quinteras. Su
infancia fue demasiada corta, Me comenta que todo lo lleva grabado en su
memoria, como si de un cofre se tratara. Recuerda sus primeros años en la
escuela, donde aprendió las primera letras, pero reconoce que le falto ir un
poco más, pero la vida es así.
Sigue narrando
sonriente, se observa como se esta desahogándome, de esa dureza que tuvo que
andar. Su hermana, era muy diferente a ella, no ayudaba en nada, solo pensaba
en jugar, el juego, excursiones, y un largo etc. pero de trabaja en la casa, de
eso nada.
Ella hacía de madre y de padre. Comenta que
ella no era costurera, pero aprendió hacer lo necesario, de igual manera,
también calar manteles, que era una ayudita para la casa. Me cuenta que, su
hermano Andrés, murió en un accidente de tráfico, cuando cruzaba la carretera
general, una noche del mes de noviembre de 1979, donde el conductor se dio a la
fuga. Hasta la fecha nunca se ha sabido nada.
El Barrio Reclama:
El barrio, en esos años
de antaño, reclamaba una entrada, donde pudiera entrar un coche y una
ambulancia. El camino muy estrecho, era tan estrecho, que solo pasaba una
carretilla. Comenta que nunca perdieron la esperanza de verlo realidad. Hoy, están todos los vecinos encantados de la
vida. Ya que tuvieron que luchas y manifestarse. También recibieron muchos
engaños, las autoridades, siempre prometían y prometían, “esto pasa aquí y en
Pekín”. Pero un día, las reivindicaciones trascendieron a la opinión pública.
Pasado un tiempo, llego la felicidad, donde por fin vieron la luz al problema
más oscuro y gris de todo el vecindario. Hoy puede decir, que ella nunca perdió
la espera de verlo realidad. Gracias a dios.
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