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domingo, 17 de mayo de 2020

LA HACIENDA AMIGA…Y EL CONTRIBUYENTE FELIZ. (II)


Lorenzo Soriano

Cuando las primeras medidas de urgencia y estrella de un Gobierno son aumentar la presión fiscal en todos los sectores y yacimientos de ingresos, estamos ante un descenso inmediato y peligroso de la actividad económica, comercial, de creación de empleo y riqueza. Es una máxima de consecuencias absolutas, e incontestables. 

Cuando a su vez ese gobierno en su toma de posesión habla y presume de “que tiemblen los ricos”, la tragedia ya va a sustituir al drama.  Y lo que es peor, la recaudación bajara indubitablemente, las inversiones y los inversores se alejaran, y los emprendedores, ralentizaran sus movimientos hasta ver que “ocurrencias” excretan los nuevos arribados a los experimentos sociales. Experimentos que destruyen empresas, profesiones, trabajo, ahorro, incluso a familias enteras, proyectos de vida, ilusiones, y estabilidades emocionales.        
                                                                            
Pero no aprenden.  Normalmente los “lumbreras” que arriban al poder nunca han trabajado en nada productivo, pero no crean, esto no se da solo en la penosa izquierda inútil e ignorante que campa por la piel de toro.         
                                                                                                     
Montoro, por ejemplo, por otras razones, entre su complejo físico y estupidez malvada, decidió que “pasaría a la izquierda por la izquierda” en materia fiscal. Chascarrillo del que presumió durante años hasta llevarnos a la ruina y cabrear a todos los votantes de su partido, con las consecuencias vistas y cantadas. Y de paso puso los cimientos de esta peste que nos asola.

Pues bien, lejos de haber aprendido con tantos y tantos ejemplos y sugerencias, y escritos acerca de estas leyes económicas que se niegan a aceptar y pretenden inútilmente pervertir, insisten e insisten una y otra vez, y claro, con el mismo nefasto resultado.

Sin embargo, si de absurdos resultados y penosas consecuencias es la “confiscación fiscal”, lo peor, y deben creerme, es el destino de lo recaudado. Sin escrúpulo ni rigor, este tipo de gobiernos, todos, entre sobrecostes, mafias de amigotes, y compra de votos obscena, descarada, brutal, con toda la piara mediática gruñendo de satisfacción ante el banquete de fregaduras que les ofrece, organizan el final del crecimiento y desarrollo.                                           

Se trata de origen y el destino o aplicación de los fondos, un cash-flow, como dirían en la City.  Aquí cambia el objetivo, dependiendo de quién gobierne.                                                              

En la Izquierda demente, el origen, echa el ancla y pone troncos en las dentadas ruedas económicas. La aplicación, destruye en origen tejido productivo, meritocracia, competencia, y crea falsa historia, división, enfrentamiento, aristocracia y parentocracia, además de fomentar falsas organizaciones succionadoras de enormes cantidades de presupuesto.

Querer convertir esto en Cuba o en Venezuela, como sueño onírico de lo peor que ha dado esta sociedad, puede ser interesante para muchos de ellos, siempre que no se consiga.  Los ciudadanos que les apoyan deben ser cautos, ya que si se acaban las fuentes de ingresos de donde salen los impuestos, decididamente trabajaran más, y cobraran menos, por lo que vivirán peor, o mucho peor, o trabajaran en nada.  Ahora se exprime al empresario, pero cuando no haya tantos o ninguno, JA, a quien le van a sacar los cuartos es una entelequia. Aunque se cogieran a los productivos por “sorpresa”, y se les rebañaran los caudales, ahorros y alhajas, como hicieron ya una vez, eso tampoco iba a durar nada. Unos meses.

Aquí hay que cambiar del todo y mimar al que produce crea empleo y riqueza, para que puedan seguir cantamañaneando y viendo Sálvame o a Mario con sus boutades, extrayéndolo cantidades razonables que no los desincentiven.                                           
Que Hacienda sea su “amiga” y el contribuyente sea “feliz” por colaborar. Como asegura el Vice.

 Si no, ya los veremos trabajando esclavizados en el “carbón” a todos esos niñatos pijoteros y enchufados, parásitos impenitentes, o deportados a nuestra Siberia patria en los Monegros Aragoneses.

 A Reflexionar.

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