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miércoles, 30 de septiembre de 2020

LA SALUD SE ENCUENTRA EN CANARIAS: EUGÈNE PÉGOT-OGIER

José Melchor Hernández Castilla

Eugène Pégot-Ogier (1824-1895), permanece 6 meses en Madeira, donde fallece su esposa, posiblemente de tuberculosis, el 29 de marzo de 1868. A principios de abril de 1968, se traslada desde Funchal –Madeira- a Santa Cruz de Tenerife. De este viaje, surge la obra “Les Iles Fortunées ou Archipel des Canaries”, publicado en París y Bruselas en 1869, y en 1871 en Londres, “The Fortunate Isles or The Archipelago of the Canaries”,  y en el año 2009, en Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, “Las Islas Canarias o Archipiélago de las Canarias: “es bueno que sepa que si por algo nos decidimos a realizar esta obra, fue por olvidar; a ella le debemos el alivio de los más horribles dolores –Eugène Pégot-Ogier, 1869-. Eugène, además, padecía de bronquitis crónica: “en un par de meses desaparecieron los graves síntomas que me venían aquejando, y puedo decir que, en términos generales, llevo tres años –de 1868 a 1871- disfrutando de perfecta salud. Y es que, hasta de mi bronquitis crónica, que por bastante tiempo me había causado tantas molestias, casi no queda rastro” -Eugène Pégot-Ogier-    (Vega y Vega, Jorge Juan en Pégot-Ogier, Eugène; 1869, 2009. “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias”. Tomo I. Ediciones del Cabildo de Gran Canaria. Páginas 9, 19, 20 22, 23, 31).

Eugène Pégot-Ogier recibe una exquisita educación debido a la situación acomodada y aristocrática de su familia en Tolouse. Fue discípulo en dicha ciudad de Alfred Moquin-Tandon, uno de los colaboradores de Berthelot en la “Historia natural de las Islas Canarias”. También, también se forma en actividad comercial y de negocios en París. Entre 1854 y 1661, era redactor del periódico económico “Le Crédit financier”. Durante los años 50, visita Rusia, Turquía, Italia e Inglaterra y otros, en viajes de negocios y diplomáticos. Eugène conoce a León Tolstoi, recogido en los diarios de juventud de este último, 1857: “24 de julio. Viaje de Stutgart a Baden Baden. Me he levantado a las 4 y he ido a coger el tren. Mis vecinos de vagón… el francés, Ogier, banquero en París en otra época. Fui con él hasta Baden… El francés es amable… 26 de julio… De vuelta a casa, el francés no me ha dejado dormir hasta las tres. Ha estado hablándome de sus proyectos políticos, de la poesía y del amor… 27 de julio. El francés se ha ido hoy”  (Vega y Vega, Jorge Juan en Pégot-Ogier, Eugène; 1869, 2009. Tomo I. “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias”. Ediciones del Cabildo de Gran Canaria. Páginas 15, 16, 17, 18).

El libro “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias” de Eugène Pégot-Ogier está dedicado al escritor Víctor Hugo, el cual conocerá la obra y la leerá con interés. Para su viaje a Canarias, Eugène mantiene correspondencia con el cónsul y científico francés Sabino Berthelot, y con don Luis Francisco Benítez de Lugo y Benítez de Lugo, VIII marqués de la Florida, 1837-1876, por el cual tiene afinidad por sus ideas (Vega y Vega, Jorge Juan en Pégot-Ogier, Eugène; 1869, 2009. “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias”. Tomo I. Ediciones del Cabildo de Gran Canaria. Páginas 37, 38, 39)

“Se puede decir que “Las Islas Afortunadas” de Pégot, si bien pretende ser un compendio enciclopédico sobre las Islas Canarias, abordadas desde distintos puntos de vista, no se aleja de la decidida pretensión literaria del autor. Eugène no es un científico en sentido estricto,  como pueden serlo Webb y Berthelot, ni un literato plenamente dedicado a su oficio, como lo es su admirado Víctor Hugo. Como hemos visto, se trata de un aristócrata, dotado de una gran sensibilidad y formación humanística, siendo, también, un hombre de negocios exiliado, al que parece que fueron las circunstancias políticas, y aún más las familiares, las que le llevaron a ocuparse de los estudios sobre Canarias”: “En los dos volúmenes de Las Islas Afortunadas se abordaba en profundidad la cuestión de una antigua raza atlántica extinguida: los guanches. Hice un esfuerzo por sacar a la luz los viejos restos de un mundo hundido, estudiando los relatos de los conquistadores, de los frailes españoles y portugueses, que los habían exterminado” –Eugène Pégot-Ogier- (Vega y Vega, Jorge Juan en Pégot-Ogier, Eugène; 1869, 2009. “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias”. Tomo I. Ediciones del Cabildo de Gran Canarias. Páginas 47, 48).

En su viaje de la salud, Eugéne no viaja solo, le acompañaban un suizo, un alemán y un canadiense, posiblemente viajeros de la salud como él. De confesión protestante, y de educación de clara influencia anglosajona, no es simpatizante con el catolicismo español de la islas (Vega y Vega, Jorge Juan en Pégot-Ogier, Eugène; 1869, 2009. “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias”. Tomo I. Ediciones del Cabildo de Gran Canarias. Páginas 51, 52).

Por otra parte, admira el sentido artístico del canario: “Teníamos razón cuando decíamos que, afortunadamente, los canarios tienen un don natural. Hay que creer que esta raza posee un sentimiento poético innato, pues no es solo el estudio lo que ha logrado formar, en islas españolas, a estos grandes talentos poéticos, a unos escritores que sorprenden y embelesan -II, 176- (Vega y Vega, Jorge Juan en Pégot-Ogier, Eugène; 1869, 2009. “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias”. Tomo I. Ediciones del Cabildo de Gran Canarias. Página 62).

Eugéne Pégot-Ogier dedica un capítulo a las enfermedades en Canarias:

“En las islas hay poco lisiados o tullidos de nacimiento, pero sí muchos sordomudos. A los tartamudos no se les aplica el método americano, lo cual es una carencia imperdonable. Abundan las enfermedades oculares, destacando el gran número de ciegos… En las clases acomodadas se suelen dar las fluxiones por hemorroides, así como leves crisis de reumatismos gotosos…. No se conocen en absoluto las fiebres intermitentes y sólo las sufren los marineros que las traen del extranjero, ya que en las islas no hay ni vahos palúdicos, ni estanques, ni aguas muertas… Las inflamaciones de la pleura y todas las enfermedades graves de este tipo sólo afectan a las clases populares, pues éstas se dedican a trabajos de mucho esfuerzo al aire libre y no toman las mínimas precauciones… Los constipados y bronquitis asumen un carácter epidémico como sucede con la gripe, pero no llegar a ser graves: siempre terminan bien. Las fiebres tifoideas son menos agudas que en cualquier otro sitio  y los casos de locura, mínimos. Una observación capital: salvo raras excepciones, los niños son poco proclives a contraer las enfermedades típicas de la infancia, y cuando éstas se manifiestan, las toleran muchísimo mejor que en cualquier otro sitio. La difteria resulta rarísima… Pocos o ningún caso de hidrofobia. El médico afirma que nunca ha tenido casos en el hospital. Las neurosis son mucho menos frecuentes en Canarias que en Madeira. Ello hay que atribuirlo probablemente al afecto producido por un aire más sano, seco y tónico. Es cierto que se conocen los diversos tipos de histeria, pero su importancia resulta poco relevante. Las clases ricas son prácticamente las únicas afectadas por esta enfermedad, debido en su mayoría al carácter sedentario de sus vidas. Los embarazos se dan con gran facilidad… Los herpes, el prurigo y el eccema son afecciones muy extendidas, si bien hay que reconocer que, en particular de diez años a esta parte, están disminuyendo… La sarna y otros bichos parásitos proliferan entre las gentes de los puertos y trabajadores de las capas más bajas, que viven en la calle o en casas de tierra; ello se debe al más absoluto desprecio que estas gentes tienen por el aseo. Con algunos cuidados higiénicos se evitaría la plaga de la miseria. Todos estos males se curarían más y mejor si este bienestar, que últimamente se viene notando, se viese asistido por la educación. La ignorancia, el descuido personal y algunos prejuicios son las únicas razones por las que dichas enfermedades siguen existiendo…” (Pégot-Ogier, Eugène; 1869, 2009. “Las Islas Afortunadas o Archipiélago de las Canarias”. Tomo II Ediciones del Cabildo de Gran Canaria. Páginas 11, 12).

EL CONVENTO AGUSTINO DE SAN JUAN BAUTISTA DE REALEJO BAJO Y SU NAZARENO

Jerónimo David Álvarez García

Una primera versión de este trabajo se publicó en Los Realejos a través del tiempo (Boletín Digital sobre el acervo histórico y patrimonial de la Villa de Los Realejos), nº 15 (abril-mayo de 2013),  Edición del Excelentísimo Ayuntamiento de Los Realejos

El convento de San Juan Bautista y el Espíritu Santo de Realejo Bajo fue fundado a comienzos del siglo XVII por Juan de Gordejuela, Regidor de Tenerife. En él se desarrolló una dilatada actividad pastoral y docente hasta su incendio acaecido en 1806. De su rico patrimonio aún se conservan las imágenes de Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de la Soledad y San Agustín. Tras el siniestro, el Señor de la Cruz a Cuestas o Nazareno, que también allí se depositaba, se reubicó en la Parroquia de la Concepción de ese extinto municipio, probablemente esta imagen atribuida a Rodríguez de la Oliva, sustituyó a otra primitiva que ya poseía cofradía y fomentaba la devoción popular por esta escena de la Pasión.

El significado iconográfico del Nazareno reside en el pasaje bíblico del evangelista San Mateo que reza; “el que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.        

Esta efigie de Cristo con la cruz a cuestas, era custodiada por el capitán Vicente Perdomo Bethencourt, que falleció en Realejo Bajo en 1860; y guarda paralelismo con la del Señor del Huerto del también realejero Convento de Santa Lucía. En ambas fue solicitado su traslado; de la franciscana, al Santuario de Ntra Sra del Carmen en 1860, siendo reflejo de la religiosidad popular que deseaba mantener dichos cultos en otros recintos. Los párrocos realejeros aprovecharon la Desamortización para dotar a sus parroquias de objetos litúrgicos y obras de arte, como recuerda el profesor Martínez de la Peña; “los párrocos que eran parte interesada en los conventos, por su cargo de síndico, tratarían de salvar para el pueblo lo más que pudieran de ellos”. En sus escritos el padre Siverio nos ilustra como algunas de las obras se repartieron tras el incendio, pues lo que pudo ser rescatado se preservó en el vecino monasterio de las monjas Agustinas Recoletas. Al igual que el Nazareno de Andújar del convento franciscano, que pasó a la Parroquia de Santiago (pues en Semana Santa visitaba esta Parroquia), el que hoy nos ocupa procesionaba hasta la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción el Miércoles Santo. Con esta disposición las dos Parroquias realejeras poseían una efigie de Cristo cargando la cruz. Pasado el tiempo se pretendió reedificar la capilla siniestrada de los padres agustinos, y restituir el culto, como de hecho ocurrió efímeramente hacia 1836.           

Para la entrega de la imagen y alhajas que fueron salvadas del fuego y depositadas en la casa del suegro del capitán Perdomo, se procedió a su inventariado. Según este documento, la imagen poseía cuatro túnicas, una para el uso cotidiano en el nicho del retablo que se veneraba, varios cíngulos para diario y otros para las procesiones. Por fortuna, los ángeles que acompañaban a sus pies, se salvaron del incendio y actualmente procesionan, (se atribuyen a Sebastián Fernández Méndez, “El Joven”, en torno a 1750). La Comunidad Agustina fomentó la piedad popular en la Pasión de Cristo, mediante el culto de las imágenes del Nazareno, la Virgen de la Soledad, San Juan, la Verónica y la Magdalena. Si equiparamos el Nazareno y la Virgen de los Afligidos del Convento Franciscano de Santa Lucía, con el calvario del Convento Agustino, vemos cómo éste segundo era más completo, muestra de la holgura económica y financiera que disfrutaban este monasterio y sus patronos. Éste se encontraba plenamente representado, la teatralidad de las procesiones y los actos litúrgicos constituían para los feligreses iletrados de la época una mezcla de catequesis, devoción y temor. La platería, vestidos y el trono también pertenecían a su ajuar, conservándose en parte actualmente. En 1835 se inicia la desamortización decimonónica de los conventos, sentenciados en su mayoría a desaparecer definitivamente. La mala administración de sus bienes, la carestía del mantenimiento de las instalaciones monacales, habitados por un clero meramente testimonial, y los vientos anticlericales avalarían esta decisión política.       

Los documentos que certifican este traspaso, custodiados con la Signatura 1356, Documento 1, Archivo Histórico Diocesano de Tenerife, quedaron redactados en estos título y términos: “Expediente de la entrega de la imagen del Nazareno, del extinguido Convento Agustino del Realejo, a los Beneficiados del lugar del Realejo Bajo por el comisionado de la diócesis don Antonio Santiago. Barrios.” En relación a este tema y desde la misma fuente, José Cesáreo López Plasencia ha publicado en 2012, bajo el título “El Patrimonio de la antigua imagen de Jesús Nazareno del Convento de San Juan Bautista de Realejo Bajo, según un Inventario del siglo XIX”, un pormenorizado estudio, desde aquí invitamos a su lectura.      

Primeramente aportamos la reproducción de la carta, por la que los párrocos solicitan la imagen de Cristo con la cruz a cuestas, al obispo Folgueras; éste fue el primer prelado de la Diócesis Nivariense; durante su pontificado (1824-1848) se produjo la Desamortización y la Exclaustración de los religiosos. Falleció en Granada el 26 de octubre de 1850.

Ilustrísimo Señor: Don Pedro Próspero González Acevedo [párroco de Nuestra Señora de la Concepción de la Concepción de Realejo Bajo que falleció el 4 de mayo de 1863]  y don Francisco Javier Yanes, Beneficiados curas párrocos de la iglesia parroquial de N.S de la Concepción de este pueblo del Realejo de Abajo, ante V.I con el debido respeto decimos; Que algunos vecinos parroquianos nuestros se han acercado a nosotros solicitándonos que se dé culto en esta Parroquia, en la Semana Santa a la devota imagen de Jesús Nazareno que se veneraba en el extinguido convento agustino  de este pueblo, cuya función se hacía el miércoles santo por la tarde, y deseando nosotros que no se pierda esta devoción sin ser motivo y que interés alguno, pues lo hacemos todo de gracia, y se continúe dando culto a S.M en el paso de la Cruz a Cuestas mientras tanto se decide el recurso pendiente a S.M (D.L.G), acudimos a V.I para que se haga mandar [y] se traiga a la Parroquia la citada imagen de la Casa del Mayordomo donde se halla con sus alhajas y en ella sale, haga su función el Miércoles Santo a la tarde pues no hay incompatibilidad con ninguna de las que se celebra en la Parroquia, antes con esta se llenaba  el día (...) que su procesión venía siempre de la a la Iglesia, todo sin prejuicio de que se verificará  a la gracia que se erija en ermita la capilla de su pertenencia se restituya a ella como las demás imágenes que le corresponden por tanto.   

A V.I sentidamente suplicamos se digne por un afecto de su paternal bondad acceder a nuestra solicitud en justicia que imploramos. En Laguna a veinte y cuatro de marzo de 183    

El recurso sigue su trámite y se concede la petición como se aprecia en el párrafo siguiente:

 El comisionado para los inventarios y recogimientos de los efectos de la iglesia del suprimido convento de San Agustín del Realejo de Abajo, entregará a los Venerables Beneficiados de la Parroquia del mismo la imagen que (...) se hace mención en este memorial con sus alhajas y pertenencias, a fin de que colocándose en ella se le dé culto debido, haciendo la procesión en el Miércoles Santo, por la tarde, y verificándose la entrega bajo el correspondiente recibo. Lo dijo y firmó S.I el Obispo mi Señor de que certifico. El Obispo y José Deza y Goiri, Gobernador Ecco”. 

El comisionado Antonio Santiago Barrios, párroco de Santiago Apóstol de Realejo de Arriba  (1817-1849) y autor del histórico texto que narra el Aluvión de 1826 en el norte de Tenerife, (véase PÉREZ PADILLA y ÁLVAREZ GARCÍA, 2013), acata su nombramiento y lo hace público a las partes:      

“En el lugar del Realejo de Abajo a veinte y siete de marzo de 1836. El  Sr. Beneficiado D. Antonio Santiago (...) en vista de la comisión que se le confiere por el Ilustrísimo y Dignísimo Señor Obispo de esta diócesis en su decreto de veinte del que rige, que acepta y obedece con el respeto debido dándole el cumplimiento debido; que para que tenga efecto la entrega de la imagen de Jesús Nazareno con todas las pertenencias que le corresponden, se haga saber esta disposición al Capitán don Vicente Perdomo en cuyo poder se hallan y tan pronto como las ponga de manifiesto hágase formal inventario de todas ellas y practicado dese a los Venerables Beneficiados de la Parroquia del Realejo de Abajo quienes firmarán a continuación proveyendo del correspondiente resguardo al depositario.      

Así lo decretó, mandó y firmó de que certifico. Antonio S. Barrios. Juan Crisóstomo de Albelo, Notario Público”.

            A continuación se detalla la relación de objetos entregados por el capitán Vicente Perdomo:

            “En dicho día  mes y año se pasó a la casa del citado don Antonio Albelo y estando en ella  su señor el Capitán don Vicente Perdomo hizo manifestación y entrega de las alhajas siguientes:

            Primeramente, una imagen de Jesús Nazareno con su túnica morada de tafetán 

            Ytem otra de tafetán que servía para el nicho

            Ytem otra de terciopelo bordado de oro de costura con sus manguitos de lo mismo,soga de hilo de oro y aquella de seda

            Ytem otra soga de seda amarilla que servía para el nicho

            Ytem den dos coronas de espinas  de maderas pintadas

            Ytem dos pelucas de pelo natural en su cajeta de madera pintada

            Ytem una basa de tres cuerpos dorada con un hueco donde se coloca la peana

            Ytem una cruz dorada y pintada hermana de la basa toda madera de pinsapo

            Ytem otra pequeña con ribetes dorados que servía para el nicho

            Ytem dos angelitos de tamaño de una tercia barnizados y pintados con sus guirnaldas de flores que servía para mantener la soga del Señor

            Ytem tres pares de manteles con encajes dos de ellos viejos que servían para el altar de la imagen

            Ytem manguitos de tafetán del Señor para el uso del nicho

            Ytem un paño blanco con tres rostros del Señor que se ponía en manos de la Verónica

            Ytem un forro de diario de rucia de la basa.

            Ytem un hierro para fijar la peluca del Señor

            Ytem diez y siete garrotas en la gaveta que servían para adorno del Señor

            Ytem un solio de plata del Señor con peso de libra y media y trece adarmes

            Ytem otro de siete onzas y doce adarmes que servía para la Magdalena que la tiene entregada otro mayordomo con su basa en la iglesia del extinguido convento al mismo Señor Comisionado

            Ytem otro con nueve onzas y diez adarmes que servía para San Juan

            Ytem una túnica de terciopelo de seda violado con una franja de oro y sus mangos de lo mismo

            Ytem dos pares de vuelos de encajes que uno de ellos están muy viejos

            Ytem un cíngulo de cinta de seda con sus borlas de lo mismo

            Ytem una toallita de lino de la misma [ilegible]

            Ytem una copa de palo dorado de la misma Magdalena

            Ytem un peón de plata y una porcosuela de lo mismo que pertenece al Señor

            Ytem cuatro tornillos de hierro para atornillar las imágenes

            Ytem una colcha de seda amarilla para forrar al Señor muy vieja y rota.

            Ytem [ilegible] de pinsapo para guardar las flores del Señor que esta llena de estas

            Ytem un arcón con sus llaves para el uso [ilegible]

            Ytem un sagrario de mesa dorado que es el del retablo que se hizo entrega otro depositario al tiempo de la intervención del Gobierno de otro Señor Comisionado, como así mismo un dosel de brocatel de seda y una base que servía para San Juan, y siendo estas las piezas de que hace entrega el depositario que son las únicas incluidas las que el difunto D. Antonio Albelo había hecho de su peculio para el culto y una de la Santa Imagen de todas ellas, a excepción de las que están en la iglesia, ordeno la entrega al dicho Señor Comisionado, quien firmó esta diligencia con los mismos Señores Venerables Beneficiados y el depositario de que certifico        

Antonio Santiago Barrios, Pedro González Acevedo, Francisco Javier Yanes, Vicente Perdomo Bethencourt y Juan Crisóstomo Albelo, Notario Público”         

Conviene aportar la misiva que el capitán Perdomo envía al obispo Folgueras, probablemente, ésta llegó con retraso, pues en ella se solicita un resguardo, ya que dudaba que se le concediera su petición. Una segunda hipótesis nos haría pensar en un enfrentamiento entre el comisionado y los párrocos, por haberse negado a la expedición del recibo, y posterior ocultación al prelado. Este documento nos permite indagar en la biografía de un importante personaje de Realejo Bajo de aquel tiempo, Antonio Albelo Nuño que fue padre de Ana Albelo Perdomo, esposa del capitán Vicente Perdomo, por lo tanto su suegro. A su muerte acaecida el 27 de abril de 1835 a los 84 años de edad, la custodia de la imagen y sus alhajas pasaron a su yerno. No obstante el nazareno aún permanecía en su domicilio en la fecha de la entrega.           

“Ilustrísimo y Dignísimo Sr. Obispo Don Luis Folgueras y Sión       

Mi amado y respetado Señor, entre las cosas que se salvaron del incendio que destruyó el extinguido convento de religiosos agustinos de este pueblo en enero de [1]806, fue una de ellas la imagen de Jesús Nazareno, desde cuya época se depositó en la casa de Don Antonio Albelo su mayordomo, y habiendo permanecido en ésta por falta de localidad en la nueva obra, por ello y no por otra causa dejó de relacionarse en el inventario que insté por comisión del Gobierno (...) y temiendo a la orden de SSI, como representante de aquel, [para] la santa imagen con las alhajas que le pertenecen, como con todas cuantas hizo para su culto el mismo Sr. Antonio Albelo de su peculio que le fueron muchas y de valor, SSY dispondrá la entrega, ordenando si lo considerase justo, que se me provea de recibo por mi resguardo.          

Nuestro Señor que a SSI  m[uchos] a[ños] para bien de su Iglesia y de los fieles.

Realejo de Abajo, marzo veinte y siete de 1836 Ilustrísimo Sr Vicente Perdomo Bethencourt”

Disposición episcopal que ordena la entrega de la imagen y la expedición del recibo:  

“Abril seis, de 1836. Este oficio pase al Venerable Beneficiado Rector de la Parroquial del Realejo de Arriba, para que como comisionado para la formación del inventario de los efectos de la iglesia del Convento suprimido de Padres Agustinos del [Realejo] de Abajo, proceda a recoger de D. Vicente Perdomo Bethencourt la imagen de Jesús Nazareno con todas las alhajas que se hace mérito en él, recibiéndolas por inventario y peso, trasladando la expresada imagen a la iglesia parroquial y dando el oportuno recibo a D. Vicente con prevención de que todo se practique por ante notario público y ejecutado nos devolverá las diligencias por Secretaría. Lo dijo y firmó  S.S.I el obispo mi Señor y lo certifico.  El Obispo y Dr. José Deza y Goiri.

Confirmación de la entrega y comentario sobre la misiva del Capitán Perdomo:

“Remito el expediente de la entrega de la imagen de Jesús Nazareno con todas sus alhajas y pertenencias a los Sres Beneficiados del Realejo de Abajo, según lo dispuso el Ilustrísimo Sr. Obispo de esta diócesis en su decreto de veinte de marzo próximo pasado.        

La entrega de esta imagen con todas sus pertenencias que él se hallaban a cargo y custodia de D. Vicente Perdomo se verificó el veintisiete de marzo, y después de realizada esta es cuando el Sr. Don Vicente Perdomo se presentó al Sr. Ilustrísimo con la exposición que se halla unida al mismo expediente, y no puedo alcanzar cual sea la causa o motivo porque D. Vicente Perdomo después de haber entregado la imagen y sus pertenencias hubiera elevado tal representación como todo consta del referido expediente.

        Dios guarde a V.I (...) Realejo de Arriba abril trece de 1836. Antonio Santiago Barrios

       Sr. Dr. D. José Deza y Goiri, Secretario de Cámara y Gobierno del Ilustrísimo Sr. Obispo”.

       Por último se procede al archivo de las diligencias:

“En el lugar del Realejo de Arriba a diez y seis de abril de mil ochocientos treinta y seis. El Sr. D. Antonio Santiago Barrios Venerable Beneficiado de la Parroquia del Apóstol Santiago de este dicho lugar en vista del antecedente decreto de su Ilustrísima Dignísimo Obispo de esta diócesis que acepta y ofrece con el respeto debido. Digo: Que mediante hallarse practicadas la entrega de la imagen de Jesús Nazareno y de todas sus alhajas a los Venerables Beneficiados de la Parroquia de Nª Sra de la Concepción del lugar del Realejo de Abajo a día veinte y siete de marzo según y como el mismo, S[u] Ilustrísima, lo había dispuesto en el decreto de veinte y cuatro de dicho mes a consecuencia de la exposición hecha por aquellos Venerables Beneficiados y habérsele dado el correspondiente recibo al Capitán D. Vicente Perdomo Bethencourt, únase a las diligencias de su razón para los efectos que convenga. Así lo mandó y firmó dicho comisionado de que doy fe.           

Antonio Santiago Barrios, Juan Crisóstomo Albelo, Notario Público.”            

El Nazareno siguió recibiendo culto en el antiguo retablo de Nuestra Señora del Rosario, sito en la primitiva capilla de esta advocación de la Parroquia de la Concepción de Realejo Bajo, hasta el incendio de 5 de noviembre de 1978. Tras tan sensible pérdida, su mayordomo Manuel Pérez Siverio, encargó una nueva imagen al escultor Ezequiel de León Domínguez (1926-2008). Éste realizó la cabeza, manos y pies en caoba; los artesanos realejeros, José y Manuel Hernández Siverio tallaron el cuerpo y los hijos del escultor colaboraron en el montaje y policromado. Esta tercera imagen de Cristo con la Cruz a Cuestas, en el Realejo Bajo, se venera actualmente en un nuevo altar diseñado por el canónigo realejero José Siverio Pérez (1928-2019), en la reconstruida antigua capilla del Rosario, hoy del Nazareno, de dicha parroquia.       

LÓPEZ PLASENCIA, José Cesáreo. “El patrimonio de la antigua imagen de Jesús Nazareno, del convento de San Juan Bautista de Realejo Bajo, según un inventario del siglo XIX”. Tebeto: Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura. 2012, n. 20, pp. 335-360.      

PÉREZ PADILLA, Miguel Ángel y ÁLVAREZ GARCÍA, Jerónimo David (2013). “Las pérdidas humanas y materiales del aluvión de 1826 en el Valle de la Orotava, según las fuentes parroquiales”. La Prensa, El Día, pp. 25-27.    

PÉREZ PADILLA, Miguel Ángel y ÁLVAREZ GARCÍA, Jéronimo David. (2013). “Las pérdidas humanas y materiales del aluvión de 1826, según las fuentes parroquiales”. La Prensa, El Día, pp. 29-31.

            FOTOGRAFIÁS

1.       Nazareno agustino de Realejo Bajo. JUAN GARCÍA DUMAS.

2.  Procesión del Viernes Santo con el Nazareno Agustino. ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE LOS REALEJOS.

martes, 29 de septiembre de 2020

PUBLICADO EN “EL NACIONAL” Septiembre 28, 2020


Siete estrellas sobre el mar Caribe

 Jeanette Ortega Carvajal

El tiempo, el clima y nuestro organismo andan atolondrados. Conciliamos el sueño de madrugada. Nos levantamos temprano a pesar de que no tenemos un horario que cumplir y aun contando con 24 horas, no nos rinde.

Todo el día estamos cansados, quizás porque la monotonía agota, al menos eso hemos comprobado y para colmo, paradójicamente y por estrés, muchos padecemos de insomnio. A más de uno he visto en la calle con la mirada perdida, arrastrando su cuerpo cual zombie de la serie de ficción The Walking Dead. ¿Ficción, dije? Ya yo no sé. Solo sé que ocurrió lo que nadie jamás imaginó: la ficción alcanzó la realidad y nos obliga a vivir en ella.

Propongo, no por viveza sino por justicia, que coloquemos un año menos a nuestra edad y no por quitárnosla, es una deuda que la vida debe saldar, pues 2020 fue un año perdido. No lo vivimos. No lo disfrutamos… poco y pocos trabajamos, así que lo mejor es que este año no sumemos años a nuestros años.

Tal vez suene ególatra, pero a partir de ahora nos referiremos solo a Venezuela. Dirán algunos: “El mundo entero está padeciendo lo mismo”. ¡No! Me atrevo a contradecir esta idea porque nosotros, aparte de la pandemia, arrastramos y nos han arrastrado durante veintiún años hacia la barbarie y la desintegración. Fuimos un país lleno de oportunidades para extranjeros a quienes recibimos con tanta calidez, que lograron amar a esta tierra como propia y eso no ocurre en cualquier parte.

No podemos negarlo. Nadie puede hacerlo. Venezuela padece de un deterioro a todo nivel: social, político, económico, educativo y de salud. Hay irrespeto a la libertad, a la vida, al pensamiento libre. Tenemos además un elevado índice de inseguridad, de corrupción y una descomposición moral y ética realmente preocupante. Ni hablar de las carencias de los servicios básicos como agua, luz, gas y ahora, por increíble que suene, escasez de gasolina en el país latinoamericano con la mayor reserva petrolera en el mundo. ¡Es muy grave!

La pregunta no es: ¿qué nos pasó? La pregunta es: ¿qué nos hicieron? Y al encontrar la respuesta comenzamos a quebrarnos… No comparo dolores ni penurias. Cada país carga su cruz. Cierto. Pero la nuestra es esta… y cómo pesa… cómo duele.

Estamos expuestos frente al mundo. Clavados con los brazos abiertos como Jesucristo sobre la cruz… han pasado tantos años y sin embargo no nos ven, solo fingen hacerlo. No nos miran. Dicen querer ayudar y no lo hacen. ¡Saben!, ¡porque lo saben!, y nos llenan solo de palabras, de promesas, de esperanzas, de informes que contienen pruebas irrefutables sobre actos terribles que deberían ser repudiados, pero solo eso tenemos. Es inconcebible que después de haber vivido tanta historia, lo que hoy padecemos siga repitiéndose… al parecer nadie ha aprendido nada.

No sabemos cuánto tiempo más hace falta para que el mundo se dé cuenta de cuánto y cómo nos han destruido. ¿Cuántas injusticias y nuevas torturas deben sumarse al informe sobre la violación de los derechos humanos en Venezuela? ¿Será que hacen falta más páginas?

La verdad es que quería escribir algo bonito y diferente. ¡Lo juro! Quería, por esta ocasión, no desgarrarme ni desgarrarlos por dentro y es que… ya estamos tan rotos. El país completo está roto y Dios, repito, eso duele. Como duele cada hogar enlutado, cada madre que lloró por un hijo, un amigo o un familiar muerto o injustamente torturado o preso por haber aspirado a la libertad. ¿Cómo se cura tanto dolor? ¿Cómo se repara tanto daño? ¿Cómo se pegan tantas familias fragmentadas y dispersas en tantos y lejanos continentes? ¿Cómo pretenden que nos recuperaremos solos si estamos tan heridos?

Tal vez un milagro. Sí… tal vez. Pero ese milagro debe ser aglutinado no en una persona, sino en lo maravilloso que sería un país unido y esto no es incitación al odio, es incitación al amor… gente buena, hay. Venezolanos y extranjeros preparados que logren consolidarse y trabajar en beneficio de un país acorralado que siente que está muriendo, también hay.

En esta lucha se debe esperar como recompensa lo más valioso: el rescate de la libertad, de la dignidad pisoteada por el egoísmo y la corrupción que tienen tanto o más poder que este virus que está matando a nuestros seres queridos alrededor del mundo.

No se triunfa contra un gigante de la maldad dejando solos a quienes se atreven a pararse frente a ellos con una resortera y un par de piedras.

Juro que quise escribir algo bonito. Quería obsequiarles una historia linda, algo que los hiciera reír o tal vez contarles un cuento como hago con mi hija cuando la veo triste pero, la realidad me desvió y hasta el título tuve que cambiar. Sin embargo, en esta ocasión, al final, aferrarme a la esperanza me dio otra visión.

Dios quiera que pronto, el glorioso y bravo pueblo, como hicieron los valientes libertadores de todos los tiempos, logren cantar en democracia el Himno Nacional de Venezuela. Cuando eso ocurra, lloraremos de alegría porque en la noche, sobre el azul del mar Caribe, brillarán nuevamente siete estrellas.

@jortegac15

¡CUANTA VERDAD! 

EL CHOCOLATE Y LAS CRIADAS DEL CONVENTO DE LAS MONJAS AGUSTINAS

Jerónimo David Álvarez García


Artículo publicado en el Programa de Fiestas del Carmen de Los Realejos 2011

El Convento de Agustinas Recoletas de San Andrés y Santa Mónica fue fundado por don Juan de Gordejuela. Este “antiguo asilo de vírgenes” (1) dejaría su impronta en la vida religiosa y social de San Agustín y ambos Realejos. Dictada su fundación en testamento un siglo atrás, el Convento abrió sus puertas a las primeras religiosas el 25 de marzo de 1713. Fueron recibidas a su llegada a la isla con repique de campanas y seis docenas de voladores,(2) estas y las sucesivas religiosas serían protagonistas de innumerables anécdotas, hoy nos disponemos a narrar algunas.

Durante la Época Moderna, los dos Realejos experimentaron un auge de fundaciones y vocaciones monacales al igual que el resto de España.(3) En el Seiscientos y aún el Setecientos estos centros sirvieron para acoger a las mujeres no destinadas a casarse que provenían de la Aristocracia, con el tiempo también ingresarían las de extracción humilde. El Mayorazgo canalizaba de esta forma los excedentes de mujeres y el control de la natalidad. También como vía de escape para jóvenes que rechazaban un pretendiente a matrimonio previamente pactado por sus familias. Sus tocas negras y blancas las diferenciaban, pues el convento era reflejo de cada estamento social. Las de élite elegían entre ellas a las abadesas y su dote las exoneraba de los trabajos manuales. Estos eran asumidos por las de velo blanco, cuya dote era menor, y por el quehacer de las criadas e incluso esclavas propias con las que compartían la clausura.(4) Las nobles tenían pues, mejor alimentación, condiciones de habitabilidad y servicio. Estos asilos preservaban el nivel de vida de determinados estamentos. No extraña pues, ese afán por controlar las entradas y salidas de personas, bienes o correspondencia del recinto, en la más estricta observancia de su Regla.

La carta(5) que reproducimos debe ser analizada con la mentalidad de esa época. El nivel de instrucción de la religiosa, unido al estado de emoción que debió suponer la entrega de la preciada fineza, obsequio de tan ilustre personaje, y su preocupación por su estado de salud,(6) justifican los términos en los que es redactada la misma. El cambio de los tiempos y las carencias de toda índole, incluidas las humanas, arribaron en estas Instituciones. Por estas fechas el Convento ya había comenzado su declive, amenazado tanto por el descenso de vocaciones como por las restricciones económicas y las presiones políticas. El fin del comercio vinícola con Europa y las nuevas corrientes políticas Liberales harían mella en estos institutos. Los monasterios no siempre gozaron de una envidiable holgura económica. Su administración anclada en los principios del Antiguo Régimen y la llegada de la nueva economía burguesa y capitalista les llevó a la ruina. No es de extrañar que un alimento tan exquisito para la época, a la vez que elitista, como el chocolate sobresaltara a la protagonista.(7)         

Carta de agradecimiento de Sor Luisa al obispo Folgueras que se redactó en estos términos:

            “Ilustrísimo y Dignísimo Sr. Obispo D. Luis Fogueras Sión (8)

            Convento Recoleto 1 de noviembre de 1829

            Muy venerado prelado de mi mayor respeto. Recibí por mano del Sr. [Párroco González] Acevedo (9) la fineza que Vs Ilustrísima me envió, la lata [de] chocolate la que estimo con mi corazón. La vida de un prelado tan caritativo y recomendable, también doy a V.S. Ilustrísima los debidos agradecimientos por lo que se interesa en la conservación de mi salud en la vida monástica. Dios es poderoso y puede curarme si me conviene aquí, y como la voz del prelado superior es la voz de Dios, me rindo a la obediencia de V.I para cuanto sea de su agrado.

            Dios nuestro Señor guarde la importante vida de V.I muchos años que le desea esta afectísima y humilde súbdita. Sor Luisa de San José de la Soledad Cabeza y Viera.”

            Nuestra protagonista falleció hacia 1847 a los setenta años y fue una de las últimas religiosas que habitó el Convento según relató su última moradora.

            Cartas de solicitud y aceptación de las criadas que se redactaron en estos términos: (10)

            “Sor Jesús María de San José, Priora del Convento de Agustinas Recoletas del Realejo.

            Digo, que en dicho Convento se hallan únicamente seis (11) hermanas legas profesas para el servicio de la Comunidad, y como actualmente las cuatro de ellas están muy ancianas y enfermas y las otras dos también suelen padecer sus indisposiciones de salud, no puede el Convento ni sus religiosas [ser] atendidas como es debido, por cuya causa, tanto yo como la Madre Sacramento (12) [estamos] haciendo este servicio a que no estamos acostumbradas ni criadas con el, hemos padecido y padecemos graves enfermedades (13) y por estas y otras razones se permitió por el Iltmo Sr Obispo D. Manuel Verdugo (14), que tuviéramos criadas, pero como estas no son duraderas es preciso entrar ahora dos principalmente para el servicio mío y de la madre Sacramento, y no pudiendo ejecutarla sin expresa licencia de V.I. por lo tanto a V.S. Suplico que sirva conceder la correspondiente licencia, merced que espero de V.S. Sor Jesús María de San José, Priora.

Laguna 7, junio 1821

            Mediante la suplica que hace la Reverenda Madre Superiora del Convento de Agustinas Recoletas del lugar del Realejo, por que le concedemos con el fin de entrar dos criadas para el servicio suyo y de la madre Sacramento, por las causas y razones que expresan y que con otras conocidas a este tribunal. Desde luego se concede licencia a dicha Reverenda Madre Superiora para que pueda entrar y usar de una criada solamente,[y] una de la Madre Sacramento y a costa de las mismas y no del Convento, con tal de que llevando informes del Venerable Vicario de partido a cerca de la conducta de dicha criada a quien se le manifestará por la prelada su nombre y apellido, o sea ser de las calidades correspondientes y consienta en su entrada vistiendo en su consecuencia trajes decentes y que si sale del Monasterio no puede volver a entrar sin licencia del tribunal.  Dr. [José Hilario] Martinón”

            Sor Jesús María de San José Álvarez de Castro fue la última monja que habitó el Convento. A mediados de siglo recibió la visita de la viajera inglesa Elisabeth Murray (1815-1882), quien la retrató en su obra literaria y pictórica. En sus conversaciones con dicha dama se lamenta de la situación a la que había llegado su convento, tanto por la huida de algunas de sus compañeras hacia otros, como por el fallecimiento del resto. Sin dejar de lado al abandono y grado de secularización (15) en el que se encontraba el edificio y de como había empeorado su calidad de vida. (16) Falleció el 25 de diciembre de 1861, a los ochenta y siete años, siendo enterrada en el cementerio del Realejo Bajo. (17)

            1. Según consta en la carta de la última religiosa a la Reina Isabel II, en Siverio Pérez, José, Los Conventos del Realejo.

            2. Siverio Pérez, José, Op Cit, p 126.

            3. Remitimos para más información sobre el tema a  Atienza López, Ángela en Tiempo de Conventos.

            4. Hernández González, Manuel en La Iglesia en Canarias 1691-1816, pp 79-80.

            5. Este documento se cataloga en el Archivo Histórico Diocesano Tenerife (A.H.D.T) con la Signatura 1434 Doc. 21 titulado, Carta de Sor Luisa de San José de la Soledad Cabeza de Vaca y Viera del Monasterio de S. Andrés y Santa Mónica del Realejo Bajo, al Obispo Folgueras dándole las gracias por preocuparse por ella y enviarle chocolate.

            6. El documento catalogado con Signatura 1434, Doc 22 en A.H.D.T fechado ese año nos desvela que esta religiosa ya había solicitado licencia para abandonar por cinco meses el Convento y recuperar su salud, como se aprecia, regresó.

            7. Para más detalles sobre economía conventual véase; Hdez Glez, Manuel, Los Conventos de La Orotava, pp 299-356

            8. Primer obispo de la Diócesis Nivariense (1824-1848), durante su pontificado se produjeron la Desamortización y Exclaustración de los religiosos. Falleció en Granada el 26.10.1850.

            9. Don Pedro Próspero Glez Acevedo fue Beneficiado en 2º ascenso de Ntra. Sra. Concepción del Realejo Bajo desde 1818 a 1836 y párroco de 1837 a 1859. Falleció el 04.05.1863 según reza en el Libro 7º de Difuntos de la Parroquia.

            10. Documento catalogado en A.H.D.T. con Signatura 1434, Doc 13 y título “Expediente de la priora del Convento de Agustinas Recoletas del Realejo, solicitando permiso para dos criadas debido a la edad y poca salud de  religiosas”

            11. El documento nos ofrece esta valiosa información; en 1821 sólo quedaban en el Convento seis religiosas. Hacia 1845, por referencias de su última moradora, quedaban cuatro y en 1861una única religiosa.

            12. La Madre Juana del Sacramento y Ponte falleció a los 84 años, el día de la Ascensión de 1846, según declaró la autora de la misiva al Vicario Capitular de la Diócesis en 1849, en Siverio Pérez, José, Op Cit p132.

            13. En 1821 fecha de la carta, la Priora Alvarez de Castro tenía sólo 47años. Dudamos de las graves enfermedades que según ella padecía. Probablemente como dijo:“no estaba acostumbrada ni criada con estos servicios” pues procedía de sectores sociales privilegiados, al igual que la Madre Juana del Sacramento y Ponte de 59 años.

            14. Este obispo ilustrado rigió la Diócesis Canariense entre 1796 y 1816, en Hernández González, Manuel Op. Cit.

            15. Algunas estancias del Convento se habilitaron como dependencias municipales.

            16. Murray, Elisabeth en Recuerdos de Tenerife, pp 169-170

            17. Inscrita en el Libro 7º de Difuntos de la Parroquia de Ntra. Sra de la Concepción del Realejo Bajo.          

         FOTOGRAFIA.  Vista de la Calle San Agustín y del Convento de Las Agustinas Recoletas a principios del siglo XX. Archivo Municipal de Los Realejos. 

sábado, 26 de septiembre de 2020

HOMENAJE EN LÍNEA

José Peraza Hernández

UNA ESTRELLA MÁS, EN LA VERA

Hoy he encontrado una nueva historia, en el baúl de los recuerdos, casi siempre, se encuentras algo. Tengo que decir que sí me gusta reconocer, lo que está bien, o lo que está regular y lo que está mal. Por lo que hay que decirlo.

La historia de hoy va hacer un reconocer “Reconocimiento”, lo que es la acción y efecto de reconocer algo, a alguien, a los otros o de reconocerse a sí mismo, por qué no.

Pues hoy tengo que reconocer, con estas líneas, y con todo el cariño y mi afecto, ya que no tengo otra forma para hacerlo.

Aquí va mi reconocimiento a ellos, y a toda su familia en general. De igual manera, a todos y a todas las personas que los han conocido, de una manera o de otra, como a los que han colaborado.

Damos comienzo con la familia Domínguez, como se les conocía, popularmente, el cabeza de familia don José Hernández y doña Blanca Domínguez, de este matrimonio un fruto de cuatro hijos José, Manolo, Pepe, Mercedes y Juan Carlos Hernández Domínguez, Los tres fueron grandes figuras, y grandes porteros de fútbol, e incluso, Juan Carlos,  fue un gran jugador de baloncesto.

Un nombre, y un hombre en la  sombra, quien nació en este populoso barrio de La Vera, en la misma carretera General y la entra a la Calle Nueva, de esta ciudad marinera y Turística de Puerto de la Cruz.

El protagonista de hoy es, Manuel Domínguez, nació en dicho lugar de esta isla de Tenerife el día 11 de enero de 1951.

Estudio sus primero años en las escuela de La Vera, posteriormente paso a estudiar al Colegio de San Agustín de Los Realejos.

Trayectoria Deportiva:

En sus primeros años Jugo en el C.D Puerto Cruz, y C.D. Tenerife.

Hoy día, exportero que dividió su carrera entre 2 equipos, el equipo de su tierra, club con el que siempre jugó en segunda división y el RCD Español en el que permaneció 6 temporadas en 1ª División entre 1980 y 1986, aunque en Liga tan solo jugó 9 partidos. En un partido amistoso contra el Colo Colo sufrió una lesión que lo tuvo apartado de los terrenos de juego durante seis meses. La posterior llegada de N’ Kono lo relegó a la suplencia. Domínguez debutó en el Santiago Bernabéu, el 1 de febrero de 1981 con victoria por 1-2, consiguiendo los goles blanquiazules Urbano y Marañón. Su último partido fue en Sarriá ante el Real Murcia el 21 de abril de 1985 con victoria por 1 a 0. Disputó un total de 65 partidos oficiales.

Tengo que decir que, realizo unos pinitos como entrenados, Si mal no recuerdo solo entrenó al Realejos.

AGRADECIMIENTO

Gracias de corazón a todas aquellas personas que aportaron su saber para que, después de tantos años, pudiéramos recordarles: al “Ex guardameta Domínguez”. De esta manera quedará para la historia.

Espero que estas líneas lleguen a la mesa de nuestros mandatarios, con el fin, que reciban el nombre de una vía o un espacio público. Lo tienen muy merecida.

Con todo afecto y mejor deseos, a toda la familia, hecho que agradezco. 

                                                                           José Peraza Hernández

LOS CALVO SOTELO EN EL PUNTO DE MIRA

Lorenzo de Ara

Clareaba el día y encontré como siempre sucede todos los sábados la columna de Juan Carlos Girauta. (Él escribe y Rivera se confiesa a Bertín Osborne, ¡qué cosas!). También es verdad que en esta España desbaratada nadie lee. Los libros decoran y, pregunta: ¿Alberto Garzón y los sociatas de la plaza del Charco, por ejemplo, dispuestos a cargarse a los Calvo Sotelo que discrepemos desde la CEDA (PP, VOX, Ciudadanos; hasta Coalición Canaria)? 

Girauta se consolida como un verdadero intelectual comprometido. “Los nacionalistas, los analfabetos funcionales y los docentes nos han acostumbrado al auto desprecio, pero hablamos de la vieja nación que alumbró a la Escuela de Salamanca y fundó un imperio humanista y mestizo. La gran patria cansada que por fuerza deberá esconder alguna sabiduría pese a las apariencias. La asombrosa construcción del espíritu, de la pluma y de la espada que ha derramado su idioma sobre medio mundo. Todo eso convivirá, adormecido, con este país que ignora su historia y se recrea rebajándose a aprender una inventada, empeñada en enconar conflictos.”

Y, mientras tanto, el populacho vota.

El sistema de 1978 está siendo derruido con una eficacia propagandística que ya hubieran querido tener los nazis. Pero los defensores del 78 somos perseguidos, insultados. Pronto, no lo dudo, ejecutados. “Hace ya demasiados años que a los defensores de la Constitución se nos tiene por radicales, por intransigentes. Que a los auxiliadores empresariales y mediáticos de los golpistas se les considera gente centrada, cabal y tolerante. Que la patraña del diálogo ha dado sus frutos envenenados…”. 

Porque el peligro real, omnipresente, sanguinario, claro que no brota de Sánchez, Iglesias, Garzón, Calvo, El País, ni hablar; el peligro está en la gentuza dispuesta a todo para defender al líder que pasea a Franco, en tirar abajo la Cruz del Valle de los Caídos, en mostrar que el guerravicilismo es la mejor herramienta para acabar con la pandemia sanitaria, económica, social, judicial y también para hacer frente la inmigración ilegal que invade Canarias. 

¡Que mueran los viejos en las residencias! ¡Genocidio! BOE. ¡Que se colapsen los hospitales! BOE. ¡Que cierre Madrid para que así España termine por reventar! BOE. ¡Que cabalguen la miseria, el hambre y la muerte por esta España republicana y sanguinaria del 31! BOE. Las dos republiquetas fallaron estrepitosamente.

Y la Zarzuela secuestrada, ¿genuflexa? El Rey cansado, ¿derrotado? Prosigue Girauta: “Conjurémonos, prometámoslo solemnemente: vamos a ser tan inflexibles como para seguir insistiendo en que solo el Rey estuvo a la altura del desafío golpista, y que esa era su función, su obligación como símbolo de la unidad y permanencia de España, y que los socios golpistas de Sánchez se la tienen guardada al Rey por cumplir con sus obligaciones, y que los socios de gobierno del traje vacío conspiran a su vez contra la monarquía parlamentaria porque la democracia liberal no es lo suyo, y aquella es la forma que esta toma en España, vistos los sectarismos, destrucciones y fracasos de las dos experiencias republicanas.”

A Calvo Sotelo lo asesinaron tras sacarlo de su casa. 13 de julio de 1936. Miembros de la Guardia de asalto. "Hace 84 años la escolta del PSOE asesinó al líder de la oposición. Su asesinato desencadenó la Guerra Civil", recuerda un comunicado de VOX, partido constitucionalista y democrático, defensor del Estado de Derecho y, por lo tanto, enemigo a batir por los mismos que en el pasado, imbuidos de odio, arrasaban España y la condenaron a una guerra entre hermanos, entre padres e hijos. 

Joaquín Leguina, socialista, escribió este viernes 25 de septiembre en La Tercera de ABC, que él se jugó mucho haciendo política contra Franco (anterior Jefe del Estado), pero que ello no le impidió hace tiempo y no le impide admitir hoy que aquel régimen totalitario realizó acciones positivas para España y para el pueblo español: pantanos, por ejemplo. Y Añado: Seguridad Social, implantada en 1963, con la sanidad pública, pensión por vejez o invalidez. El franquismo (datos históricos no políticos) mejoró todas y cada una de las leyes sujetas a este tipo de prestaciones. Derrotar al comunismo, prosigo, que luego, ya en 1989, fenece del todo (aparentemente) con la caída del muro de Berlín. Desarrollo económico ejemplar y único en el mundo a partir de 1959, dejando atrás la autarquía y abriéndose a la economía moderna, con fuerte industrialización y llegada masiva de turistas. Mejora notable de infraestructuras, muy favorables y evidentes en dos regiones: Vascongadas y Cataluña, con el vaciamiento de Castilla La Vieja y Castilla La Nueva, además de los centenares de miles de andaluces que levantaron la Cataluña que hoy se ahoga en el odio, el racismo, la xenofobia y la violencia.

Lo que está acaeciendo en España es producto de un pacto entre fuerzas políticas enemigas de la democracia. Mientras la vicepresidenta Calvo asegura que habla con VOX por imperativo legal, la misma persona se encama con Bildu, con ERC, con el BNG. Y si Pablo Iglesias, vicepresidente de todos los españoles, asegura a la derecha que “nunca más volverá a sentarse en un Consejo de Ministros”, los aplaudidores, sobre todo socialistas de la plaza del Charco del Puerto de la Cruz, argumentan (mientras comen, vegetan y prolongan su decadencia) que todo está dentro del “juego” político.

¿España ha tomado la decisión, ella solita, de suicidarse? No lo sé.

Sí sé que el pueblo vota.

Y hoy por hoy, el pueblo vota miseria, hambre. Muerte.

Socialcomunismo.