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sábado, 13 de julio de 2019

DON JUAN MANUEL BATISTA NUÑEZ, PÁRROCO DE LOS REALEJOS


José Peraza Hernández

El reverendo Don Juan Manuel Batista Núñez nace en San Juan de La Rambla el 7 de marzo de 1941, según consta en su partida bautismal de la Parroquia de San Juan Bautista de ese municipio. Hijo de Leonardo Batista Hernández y de Rosario Núñez Quintero, es bautizado en su parroquia natal el 15 de marzo de ese año por el párroco Lorenzo González Rodríguez. 

Adquiere sus primeras letras en la escuela pública municipal de su pueblo natal. Ingresó el 29 de septiembre de 1954 en el Seminario Diocesano de Tenerife, donde realizó estudios eclesiásticos; el biografiado reconoce que sintió pronto la inclinación a la vida misionera y presbiteral: “es la vocación que da sentido a mi vida”. Ordenado sacerdote el 19 de mayo de 1966 en el Congreso Eucarístico de Icod de los Vinos, por el obispo Luis Franco Cascón, celebró su primera misa en parroquia natal el 5 de junio, actuando como padrinos los sacerdotes Jerónimo Hernández y Francisco García. Fue enviado primeramente a la parroquia de San Antonio de Abad, de El Pinar en El Hierro. Desde éste su primer destino, ha llevado la Palabra de Dios a parroquias de Charco el Pino, El Médano, La Caleta y San Pedro de Daute, La Orotava, Buenavista del Norte (donde fue administrador de las fincas agrícolas del obispado) y desde aquí a Los Realejos.

Realejo Bajo “contaba con iglesia por lo menos desde 1516. En 1532 cuando la visita de Luis de Padilla, no tiene ni pila ni sagrario y bajan los párrocos del de Arriba a servirla. Se desgaja de su matriz [Santiago de Realejo de Arriba], por Cédula de 7 de marzo de 1570. Primeramente se habían dividido por R. C. de 8 de Diciembre de 1533 las rentas del beneficio de Arriba en dos titulares. Sus delimitaciones jurisdiccionales fueron fijadas por el obispo Fernando Suárez de Figueroa en 1595. Pertenecían al de Abajo: Tigaiga, la Azadilla, el Cuchillo, Icod el Alto y la Rambla de Castro”.[1]

Hemos de advertir que a la noción de “parroquia se debe aplicar la reflexión por la cual, la Iglesia y concretamente la labor de sus demarcaciones locales, contribuyó no sólo a la evangelización, sino a la cohesión social de las islas tras la Conquista. Con el siglo XIX consolidaría la sociedad agraria burguesa. La evolución arquitectónica y artística de los templos aumentó según la necesidad del vecindario, con ampliaciones en diferentes épocas, sin desdeñar el beneficio que significo para las parroquias los repartos provenientes de los conventos durante la Desamortización. Para este caso anotamos los bienes provenientes del Convento Franciscano de Santa Lucía y los cenobios agustinos (tanto masculino como femenino)”.[2]

La vida parroquial de Realejo Bajo del último medio siglo queda definida por las regencias de Carlos González Quintero, Ramón Padilla Brito y la del biografiado quien tomó posesión el 19 de septiembre de 1990, de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen en San Agustín y San Joaquín y Santa Ana (El Jardín) en Los Realejos. Actividad pastoral que también ha desarrollado en las diversas ermitas de los barrios de la jurisdicción. 

Entre los actos y oficios religiosos en que ha participado a lo largo de la geografía del antiguo municipio, baste como ejemplo, los aniversarios del Fin de la Peste de Landres, el popular Belén Viviente de Tigaiga, la Romería de San Antonio de ese pago, las fiestas vecinales de San Pedro, San Vicente y San Sebastián, sin desdeñar el capítulo aparte, que conforma la devoción a  Nuestra Señora del Carmen y la actividad en torno a su santuario.[3]


Nuestro protagonista concelebró en mayo de 1991 sus bodas de plata sacerdotales junto a numerosos compañeros y arropado por sus feligreses; tras el oficio se celebró un ágape en el Casino Realejos. A lo largo de su vida sacerdotal, como administrador de las parroquias, autorizó conciertos de Navidad, música sacra o de marchas procesionales, conferencias históricas y artísticas, sabatinas poéticas y los premiados Belenes ubicados en el sótano de la sacristía de la iglesia matriz. A ello se une la creación de cofradías y grupos parroquiales, así como su labor de impulsor con el Coro San Andrés y Santa Mónica y el coro juvenil. Durante dos años estuvo colaborando dos días a la semana para confesar y asistir en la eucaristía a las Misioneras de Nazaret. 

También se cedió -en base a la normativa vigente- la documentación parroquial anterior a cien años al Archivo Histórico Diocesano de Tenerife. Don Juan Manuel Batista, hombre culto, a la par de su labor pastoral, ejerció la docencia como profesor de Religión Católica en el Instituto Mencey Bencomo de Los Realejos (1990-2005).

El primero y principal problema que competería al protagonista durante su regencia, fue proseguir con la reconstrucción del templo de Realejo Bajo tras el voraz incendio de 5 de noviembre de 1978, que destruyó el inmueble y la casi totalidad del contenido. Queda en el recuerdo su decidida labor junto a los feligreses, administraciones y bajo la presidencia del recientemente fallecido canónigo realejero José Siverio Pérez (1928-2019).[4] 

De su dilatada y densa trayectoria parroquial comenzamos citando la bendición de la sacristía de la ermita de San Vicente y su cuarto mortuorio el 20 de enero de 1991. De esta capilla y otras de su jurisdicción como fueron las de Tigaiga y San Sebastián, fue impulsor de la restauración de los inmuebles y sus obras de arte, con el apoyo de sus feligreses y autoridades locales, provinciales y regionales. De intensa gestión seria la rehabilitación de la ermita de San Pedro, cuyas actuaciones se dilataron en el tiempo. Mientras, proseguía la reconstrucción en el templo matriz, en esta ocasión con la habilitación de las sacristías y proyectando los baños y el coro.

 Un suceso extraordinario acaece en verano de 1992, el conocido como “Milagro de la Fuente Pedro”, donde en teoría, una vidente contactó con la Virgen María ante los fieles. Batista firmó con los otros párrocos locales una nota advirtiendo sobre ese tipo de manifestaciones.[5] Además, ese año ofició el emotivo funeral del policía nacional asesinado, Víctor Manuel García, concelebró la ordenación de Carmelo Pérez y sufrió con resignada paciencia la frustrada visita de la reina Sofía a Realejo Bajo.

No cabe duda que un momento histórico estaba por llegar; el 27 de junio de 1993 se reabrió al culto el templo de Nuestra Señora de la Concepción tras quince años de obras de restauración por el pavoroso incendio. La semana anterior las imágenes adquiridas hasta el momento, entraron en procesión al templo: Cristo de la Redención, La Piedad, Nazareno, Nuestra Señora de los Afligidos, San Juan Evangelista y la Dolorosa[6] cruzaron el dintel de la puerta principal por primera vez. 

Más tarde, y en solitario, hizo su entrada jubilosa La Patrona, la Inmaculada Concepción, para ser entronizada en el presbiterio, todavía en andamios. Otro de los grandes momentos fue el regresó la imagen de Nuestra Señora del Rosario desde el Santuario del Carmen, haciendo su entrada en el templo del que fue sacada precipitadamente por el fuego. Por la tarde, el obispo Felipe Fernández bendecía el nuevo altar y oficializaba la re-apertura.

Por otra parte, la prensa realejera, nuestra fuente auxiliar, publicó: “los vecinos rehabilitan la ermita de Tigaiga. Los millones de la Lotería de Navidad permiten rehabilitar el templo religioso”. Ésta se reabrió al culto el 4 de septiembre de 1994. La onerosa restauración de la ermita de San Pedro, dejó un nuevo  titular en la prensa local: “El presupuesto asciende a 16 millones de pesetas”. Intervención destacada sería la efectuada en el Camarín de Nuestra Señora del Carmen en su templo homónimo de San Agustín a comienzos de 1996.[7] 

Es importante reseñar las obras que se efectuaron en la techumbre por la humedad que presentaba. Además, el templo se pintó en dos ocasiones durante su regencia. Ese año también se celebró el 300 aniversario de la construcción del desaparecido Retablo de Nuestra Señora del Rosario en la parroquia de Realejo Bajo y se bendice el Señor Preso obra de José Siverio Pérez.

Prosiguen a buen ritmo las intervenciones en el patrimonio religioso, que se encuentra bajo su administración. En junio de 1997 el Ayuntamiento solicita al Cabildo la restauración del retablo de San Vicente, ubicado en su ermita. Un año después, la prensa local anuncia la solicitud para actuar en el calvario anexo a la capilla citada. Ese año finaliza con la bendición del retablo mayor de la parroquia, que fue diseñado por José Siverio, tallado por Lorenzo González y Miguel Peraza y decorado con lienzos de Eleuterio Garrido. El año 1999 no puede ser más prolífico, pues se restaura el busto de San Andrés y el retablo de San Vicente. A ello se añade la bendición durante su Semana Santa, de dos nuevas tallas: el Señor de la Cañita y el Señor atado a la Columna.[8]

Aconteció el 20 de agosto de 2000 el homenaje al padre Siverio y la Junta de Reconstrucción del templo, de la que nuestro protagonista es pieza fundamental. En la Semana Santa de 2002 se bendijo el Cristo Yacente, obra de Ezequiel de León, además de los nuevos retablos del Nazareno (proyectado por el padre Siverio) en la parroquia y en la ermita de Tigaiga. En 2003 se presenta el trabajo “Semana Santa. Los Realejos” editado por su ayuntamiento, donde se estudia esta celebración, historia y esencia, obra aplaudida por nuestro biografiado al igual que otras de este carácter y publicadas bajo su regencia, que enriquecen la cultura religiosa realejera. En esas fechas, se adquiere la cabeza de San Pedro Penitente, que con su recomposición, de la mano de José Siverio y Ezequiel de León contribuye a aumentar la iconografía de la Semana Santa.[9]

Capítulo diferenciado son las peregrinaciones marianas. La subida de Nuestra Señora del Carmen a Realejo Alto en 1985 donde fue distinguida por el Consistorio, fue preámbulo de la segunda que aconteció en 2001 bajo la regencia del biografiado. Otra histórica visita se realizó al pueblo que lo vio nacer, San Juan de la Rambla, el cual se desvivió para recibir a la Virgen del Carmen de Los Realejos el 8 junio de 2004. La  Patrona del Valle de la Orotava y Alcaldesa Honoraria y Perpetua,[10] visitó ese municipio norteño al cumplirse el cincuentenario de su primera visita, (la peregrinación de 1954, según se decía, fue deseo del entonces párroco realejero Antonio Rodríguez Socas, pues merecía ser trasladada previamente a Icod el Alto, como era natural).

Ese año de 2004 en la parroquia hermana de San Agustín se adquirió la talla de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén de Darío Fernández Parra. Además, Batista autoriza el traslado de un “portapaz manierista de bronce del tesoro de Nuestra Señora de la Concepción”, a la Exposición La Huella y la Senda, organizada por el obispado canariense. Además impulsa la muestra celebrada en la Casa Parroquial bajo el título “Inmaculata 1854-2004. 150 años del Dogma Concepcionista”, de la mano de los historiadores Fuentes Pérez y Hernández González. El año acaba con la celebración del Centenario de la Peregrinación de las parroquias del valle al Santuario de la Virgen del Carmen en 1904. Un ejercicio positivo, pues el Gobierno de Canarias declara Bien de Interés Cultural (BIC) la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Realejo Bajo.

En noviembre de 2005 la prensa realejera notifica las próximas intervenciones en el Calvario de San Vicente y las Capillas de la Cruz Verde y el Cantillo. A ello se asuma la adquisición de la Verónica, obra de Jesús de León Cruz. En el siguiente curso prosigue la reconstrucción del Retablo de Nuestra Señora del Rosario. En Semana Santa de 2007 finaliza la restauración del calvario parroquial, que ascendió a 20.128 euros y en otoño concluyen los trabajos del retablo citado (obra de los Hermanos Hernández Siverio y Pablo Martín), que es bendecido en una misa solemne el 6 de octubre. Se  conmemoran los 25 años de la Coronación Canónica de Nuestra Señora del Carmen y en 2008 el Gobierno de Canarias declara BIC la iglesia del Carmen y la plaza de San Agustín. El 22 de enero 2009 acontece la apertura del Año Jubilar Vicentino con motivo del IV Centenario del voto al santo, clausurándose al año siguiente y organizándose al efecto una comisión. La Semana Santa contará desde ahora con un nuevo paso: la Magdalena de Juan Antonio González García. En noviembre, en la Sala de Exposiciones La Ferretería, se presenta el trabajo fotográfico con motivo del 30 aniversario del incendio del templo matriz. Sería muy extensa la enumeración de obras de arte suntuarias: platería y bordado, mobiliario religioso como bancos y confesionarios, lámparas o cuadros adquiridos en su regencia, amén de la re-edificación de la torre parroquial.[11] Cabe destacar la cesión de la Casa Parroquial para los ensayos de la Asociación Cultural Tigaray. Este estudio desea dejar abierto el camino a futuras publicaciones en torno al capítulo del nuevo patrimonio artístico adquirido bajo su mandato.

Nuestro protagonista, como autoridad religiosa y vecino de sus convecinos, participó en numerosas inauguraciones y bendiciones de locales públicos del municipio, cabe citar; la primera fase del puente de La Carrera, la Sala de Velatorios Nuestra Señora del Pilar en la Avenida de Canarias, la nueva plaza de San Vicente, el Pabellón Municipal de Deportes, la inauguración del busto al Padre Siverio en la Plaza de la Iglesia, el Parque Infantil de la Higuerita o el homenaje a la profesora Ángeles Martín Fuentes, con la colocación del rótulo de su nueva calle en Realejo Bajo.

En cada tramo de la vida, hay un punto de llegada y otro de despedida. Don Juan Manuel Batista Núñez jubiló sus responsabilidades parroquiales, que no sacerdotales, el 10 de  septiembre de 2010. Fue sustituido por el icodense Marcos Antonio García Luis, quien desde entonces se hace cargo de las parroquias realejeras. El 29 de diciembre de 2010 es nombrado Hijo Adoptivo de Los Realejos por su Excelentísimo Ayuntamiento en el salón de plenos municipal, bajo la presidencia del alcalde Oswaldo Amaro Luis (2003-2011). En 2016 celebra sus bodas de oro sacerdotales, nuevamente arropado por sus feligreses. El 27 de junio de 2018, con motivo del 25 Aniversario de la re-apertura al culto del templo de Realejo Bajo, nuestro protagonista concelebró la eucaristía en acción de gracias por todos los momentos vividos durante ese cuarto de siglo de fe, devoción y culto a Dios. Y en agradecimiento a la colaboración de feligreses y vecinos. 

El autor ha querido con este esbozo, homenajear al sacerdote y divulgar su regencia en las parroquias realejeras, sin más análisis ni otros desarrollos, que brinda a futuros investigadores. La administración de don Juan Manuel se complementa con su labor pastoral como cura de almas, aspecto omitido en favor de compendiar su histórica regencia. He de advertir que he obviado a los colaboradores y donantes parroquiales.
         
Dicho lo cual, reconozco la predisposición del biografiado y la colaboración de mis amigos Jerónimo David Álvarez García y Javier Lima Estévez. Esta biografía autorizada, se presentó a Don Juan Manuel Batista Núñez en el Círculo Viera y Clavijo de Los Realejos el 5 de julio de 2019, ante su presidente Don José Antonio Mesa Yanes.

 Foto 1. Don Juan Manuel Batista Núñez. JOSÉ R. PERAZA HERNÁNDEZ
 Foto 2. Procesión de Nuestra Señora del Carmen. ARCHIVO MUNICIPAL DE LOS REALEJOS

[1]     HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel Vicente, en Contexto Geográfico, histórico y devocional, “Vitis Florigera”, 2013, pp.19-20,
[2]     ALVAREZ GARCÍA, Jerónimo David, “Regencia de Don Antonio Hernández Oliva en la Parroquia de Santiago Apóstol de Realejo Alto (1981-2013)”, Nivaria Theologica, nº 28, Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC), 2018, pp. 191-206.
[3]     El carácter divulgativo del texto obliga a suprimir las notas de la prensa consultada entre 1990 y 2010 en el Boletín Informativo Municipal de Los Realejos y La Voz de Los Realejos.
[4]     LIMA ESTÉVEZ, Javier, “Entre la Religión, el Periodismo, la música y el arte: trazos biográficos de José Siverio Pérez”, Nivaria Theologica, nº 28, Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC), 2018, pp. 163-190.
[5]     ALVAREZ GARCÍA, Jerónimo David. Op. Cit.
[6]     A excepción de la Dolorosa, que se atribuye a Rodríguez de la Oliva, todas fueron realizadas por Ezequiel de León Domínguez (1926-2008).
[7]   El Camarín sería realizado con la colaboración de la Asociación Cultural Gordejuela presidida por doña María del Carmen Pérez García. 
[8]     Realizados por Ezequiel de León y Francisco Fernández Enríquez, respectivamente.
[9]     Para profundizar en la Semana Santa posterior al incendio del templo véase: LÓPEZ PLASENCIA, José Cesáreo La Semana Santa del Realejo Bajo tras el incendio de La Parroquia matriz de la Concepción (1979-2015) (I). El Día-La Prensa 5 de abril de 2015 y LÓPEZ PLASENCIA, José Cesáreo La Semana Santa del Realejo Bajo tras el incendio de La Parroquia matriz de la Concepción (1979-2015) (y II). El Día-La Prensa 12 de abril de 2015.
[10]   Declarada Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Los Realejos en 1985 bajo el mandato de Jesús Manuel Hernández García, alcalde que fue del municipio.
[11]   El autor no profundizará en la construcción del retablo de Ánimas obra de Eleuterio Garrido Luceño, ni en el comienzo del Retablo de Nuestra Señora de los Afligidos, acaecidos bajo su mandato.

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