Javier
Lima Estévez. Historiador
Conocer
la obra de Agustín Espinosa (1897-1939) es aproximarnos siempre ante nuevas
realidades que nunca nos dejan indiferentes. De esa forma, el lunes 8 de julio,
en el Casino Realejos, la Profesora Titular de Literatura Española de la
Universidad de La Laguna, Dra. Isabel Castells, inició el tradicional acto de
conferencias que, año tras año, marca una de las citas culturales de las
Fiestas de Julio en honor a Nuestra Señora del Carmen en Los Realejos. Inició
su intervención contextualizando al autor, señalando sus contactos con otros
miembros surrealistas, líneas de influencia y eventos que tuvieron
trascendencia en su obra. No dudaría en recomendar los estudios del catedrático
José Miguel Pérez Corrales para obtener una aproximación más cercana al
conocimiento de Agustín Espinosa.
El
tema de su análisis tendría como hilo conductor la obra Crimen. De entre sus páginas destaca los rasgos correspondientes a
la sexualidad, matizando siempre la profesora que, para entender Crimen, hay que dejar a un lado nuestra
idea de estética y moral.
El
primer punto lo inicia con el sugerente título “Nupcias desbaratadas”, el cual
recoge de la obra del poeta icodense Emeterio Gutiérrez Albelo (1904-1969).
Extrae de la obra de Espinosa palabras que poco o nada guardan una relación
tradicional de lo que se podría llegar a entender como bello. Conceptos como
“orinaba”, “escupía” o “masturbaba” poco tienen que ver con una sexualidad
tradicional. Una luna de miel atípica es descrita por el escritor surrealista,
recurriendo a una línea de erotismo que, tal y como reflexiona la profesora
universitaria, pretende actuar como una manera de burlar a la muerte (o
mantener un deseo por ella).
El
segundo punto lo titula “En brazos de la mujer velluda” y guarda relación con Oda a María Ana. Primer Premio de Axilas sin
depilar. 1930. Es curioso advertir que la figura de María Ana se representa
como un ser que nunca es totalmente reconocible, pues nunca llega a aparecer en
todo su conjunto. La Dra. Isabel Castells no duda en reflexionar en tal aporte
respecto al papel de A. Espinosa por difundir una sexualidad activa de la
mujer. Ello le lleva a establecer que creó un arquetipo alejado del canon de la
época y que, sin ser feminista, llegó a romper con un arquetipo de belleza
tradicional. Como parte de la misma temática se apuntan algunas referencias al
erotismo y su relación con el canibalismo junto a reflexiones de André Breton
(1896-1966) en la misma línea.
Cierra
la conferencia un último apartado que titula “Epílogo en las islas de las
maldiciones”. Ahí, se enumeran referencias del censor ante la obra y se recogen
sus calificativos ante lo que considera como un trabajo que llega a repugnar y asquear con tintes impúdicos, ofensivos,
groseros y soeces.
Un
análisis que, en poco menos de una hora, aproximó a todos los allí presentes
ante un aspecto poco conocido del escritor surrealista que falleció ochenta años
atrás en Los Realejos.
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