Bienvenidos al Diario del Valle

SEARCH

miércoles, 17 de julio de 2019

RICOS Y POBRES


Evaristo Fuentes Melián

A lo largo de mi ya dilatada existencia he vivido en el entorno de diferentes clases sociales, en el pueblo donde nací, la muy noble y leal Villa de La Orotava. También, a través del cine, se han dado argumentos y casos muy similares a los de esta Villa de mis amores y suspiros. Dos películas antiguas, me llaman la atención al respecto: ‘Un lugar en el sol’, con Montgomery Clift y  Liz Taylor; y ‘El cielo puede esperar’, con Rock Hudson y Jane Wyman. En ambas películas, el tema cogollo principal es que un personaje de clase inferior  intenta enrollarse con una mujer rica, de superior estatus social.

En mi pueblo hubo y sigue habiendo algunos casos. Contaré solamente tres:

   1.- Es el caso de un joven de familia pobre de la Villa Arriba, que intentó hacer amistad íntima con una chica de la Villa Abajo, de las llamadas de la aristocracia; los padres de la muchacha, en cuanto se olieron la tostada, la llevaron lejos una larga temporada, a su vivienda en Santa Cruz.

   2.- Un artesano orotavense trabajaba en un pequeño taller rodeado de casas señoriales, entre marquesados e intelectuales de sangre azul. Este pobretón ponía su coche subrepticiamente, quizá para darse a respetar y fardar por mimetismo, en la explanada de piedra labrada adosada a la calle, que tenía para aparcar el suyo la familia rica, junto a la entrada principal de su caserón residencial.

    Y 3.- Otro caso, aún más flagrante, es el de otro muchacho de clase media, que jugueteaba con un coetáneo de gente aristocrática residente en el sector urbano,  pero al llegar la hora de la merienda (cuarta comida del día, generalmente reservada a las clases más pudientes) le decía adiós, le daba de lado, y si luego quería entrar a visitar a su amigo rico, tenía que ir por la puerta de servicio, la de las criadas y sirvientes de la mansión residencial.

En fin, sigue habiendo ricos y pobres, siempre los habrá, pero aquellas circunstancias vividas en mi primera juventud quedaron grabadas para siempre en mi memoria.

Espectador

No hay comentarios:

Publicar un comentario