Lorenzo de Ara
Mi siempre admirado Juan Manuel De Prada lo dejó escrito
pensando en que si hay de verdad ciudadanos libres y cultos no olviden lo que
es una realidad empírica: “El mediocre vive y prospera de las discordias que
atiza y de las insidias que vierte sobre sus adversarios… No hay enfermedad tan
perniciosa para una nación como el ascenso de los mediocres, que encuentran
siempre aliados en la masa amorfa, amasando resentimientos y discordias”.
No estoy refiriéndome a la política local (de momento).
La acertada reflexión del insigne escritor viene a cuento
ante la espectáculo bochornoso y ruin que se vivió en el Cabildo de Tenerife
hace pocas fechas. La presidenta de la mesa de ese mismo Cabildo ensució para
siempre su trayectoria y evidenció que los mediocres están al servicio
exclusivo de unas siglas, las suyas, y todo lo demás, personas incluidas, jamás
han estado presentes en la cabeza de esos políticos que nos ensalivaban un día
sí y otro también con soflamas rocambolescas. ¡Mentirosos! ¡Malos perdedores!
Como tinerfeño sufrí mucho comprobando que en la
institución más importante de nuestra Isla, unas personas se atrevían a todo
con tal de retrasar el desalojo. Y aquí lo deja escrito un tinerfeño que nunca
pensó que Podemos llegaría a ser esa pieza fundamental para que Pedro Martín
ocupase la presidencia del Cabildo.
Es más, escribe este tinerfeño que la presencia de los
extremistas de izquierda perjudicará los intereses de esta tierra, manejando a
su antojo a los once consejeros del socialismo local y a los otros dos de un
partido naranja que debería ser enterrado muy hondo lo antes posible. ¡Por
higiene, por salud!
Si ese triste día la presidenta de la mesa del Cabildo
expresaba el sentir de toda Coalición Canaria y del Partido Popular, los
votantes de centro derecha en Tenerife tenemos motivos más que sobrados para
sentirnos humillados.
Mi confianza en personas de CC y PP queda aplazada sine
die. El descrédito personal de algunos hace que me aleje de su presencia.
Tenerife no puede estar al albur del capricho y la soberbia
de los que quieren marcar el ritmo de nuestras vidas. Ah, no. Por ahí no paso.
Yo no quería un gobierno Psoe-Cs-Podemos.
¡Yo no quería ver con mis ojos lo que se montó en nuestro
Cabildo manchando para siempre el prestigio de la institución durante 106 años!
Coalición Canaria y Partido Popular en el Cabildo deben
hacer examen de conciencia.
Pienso, eso sí, cristalinamente, que la moción de censura
salió adelante con el objetivo único de desalojar a CC del poder. Y además, con
un Psoe que insulta a los tinerfeños de manera estrafalaria.
Ellos, sí, los socialistas, que hablan de régimen en la
Isla, han gobernado este territorio con CC durante los últimos 8 años; por lo
tanto, si tiran de la manta, o de las mantas, que sepan que esas siglas pueden
ser aguijoneadas por los escorpiones.
¡Ustedes, señores del Psoe se abrazaron a CC para mandar,
no para ser serviciales lacayos!
Aunque siempre imperó la más rotunda desconfianza entre
ambas partes.
P.D. Espolvorear por calles, plazas, medios de comunicación
y notas de prensa, sobre todo en notas de prensa, un ideario feminista,
ecologista y súper guay, inoculando en el portuense la idea malvada y retorcida
que con el Psoe de Marco González y la ACP/Podemos de David Hernández ha nacido
un nuevo tiempo de hacer política, marcado por la eficacia, la honestidad, la
transparencia y el tú a tú corporal y espiritual entre los servidores públicos
y el pueblo cretinizado hasta la náusea, es, por un lado, una gran mentira
carnavalera, pero sobre todo una enorme ración de azúcar glasé que tapa mucha
incomodidad y mucho miedo, así como una inexperiencia muy, muy peligrosa. Este
lunes a las cinco de la tarde (hora taurina) comenzará un pleno ordinario casi
vacío de contenido, donde lo más suculento o interesante nacerá de la mano de
una oposición ávida de respuestas. Por ejemplo, yo preguntaría: “¿Cuándo va a
terminar la fiesta con el bastón de mando (espada láser) en manos de Marco
González?” Escribe Jorge Bustos: “No hable de convicciones, por Dios. Usted
habla de principios como Nacho Vidal hablaría de castidad”. Pasemos a la
acción, señores del Gobierno portuense. Y mucha suerte.
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