Decía Marco - sin ese - González en la toma de posesión
celebrada el 15 del pasado mes de junio que conseguir lo que había logrado era
un sueño. No dudamos que lo fuera, pues seguramente esa era su meta soñada.
Ahora bien, la cuestión será si ese anhelo ambicionado se convierta en una
pesadilla para el Puerto de la Cruz cuando despierte desengañado.
De momento, en este mes, hemos visto cómo las ansias por
destacar han llevado al nuevo gobierno municipal portuense a dedicarse más a
las fotos que a gestionar. Lo primero lo hacen muy bien, pues no sólo saben
posar, sino que los fotógrafos hacen muy bien su labor, buscando el mejor
perfil de sus modelos para poder publicar las mejores instantáneas en las redes
sociales, pero no en las redes sociales personales o las del partido, no vaya a
ser que éstas no sean tan vistas, sino en las institucionales, que para eso se
utiliza lo público como si de algo personal se tratase. De lo segundo, lo de
gestionar, todavía no sabemos. Habrá que esperar a ver si algún concejal de los
nuevos encuentra un día de estos su despacho, se sienta, acaban de realizar de
una vez por todas las delegaciones de todas las áreas y publican en la web
oficial del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz a que se va a dedicar cada edil,
además de posar para que le capten el mejor retrato.
Decía el afamado Sigmund Freud que cualquiera que despierto
se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco. Por eso, es
bueno desadormecerse algún día, y ponerse a trabajar. No solamente en sacar una
foto con un izado de la bandera azul obtenida por el anterior grupo de
gobierno, ni tampoco paseando por el parque El Laurel proyectado y ejecutado en
el anterior mandato, sino trabajando de verdad. De esa forma, despiertos ya, se
darían cuenta que las palabras en campaña con respecto a las obras de la calle
San Juan, por ejemplo, quedarían huecas y vacías porque, para decir lo mismo
que ya decía el gobierno anterior, es decir, que las obras finalizarían en
octubre de este año, no hacía falta tanta fotografía paseando por las obras y
reuniones con los afectados ya que, fotos muchas, pero soluciones ningunas. Lo
mismo sucede con los impuestos municipales. El anterior alcalde Lope Afonso lo
prometió, buscó la fórmula para hacerlo, se publicó en el Boletín Oficial, y ya
se está aplicando. Como quiera que no se han sentado en el despacho, no se han
dado cuenta, si bien cuando los miembros del nuevo gobierno lean estas líneas,
a buen seguro estarán prestos a publicar la correspondiente nota de prensa, eso
sí, acompañada con la mejor de las fotografías.
Y es que, si hablamos de acompañar, los días que hemos
podido ir en procesión tras el Gran Poder de Dios, Nuestra Señora la Virgen del
Carmen y San Telmo, todo el mundo ha visto como el concejal de Fiestas, Alberto
Castilla, quien todavía no ha encontrado su despacho, es seguido por varios
fotógrafos que en tres procesiones han tomado de él más de tres mil fotografías
- es un decir aproximado - desde todos los ángulos y posiciones, a razón de no
menos de mil por procesión. Es de suponer que en alguna saldrá bien, aunque sea
por la ingente cantidad de posibilidades. Lo más curioso de todo es que esas
fotografías se publican posteriormente en las redes sociales institucionales,
como si de una competición entre Marco y Alberto se tratase, a ver quién es más
visto o mejor queda, y, por tanto, la utilización de las redes sociales en la
Corporación Local ha dejado de ser un canal de atención a la ciudadanía que
permita informar neutralmente a la misma, para convertirse en un elemento
propagandístico de determinadas personas de este nuevo gobierno municipal,
alejándose de los principios de objetividad y honradez, pues no se ha excluido
aquellos elementos irrelevantes o discrecionales, tales como a Marco observando
una flor, marcando una línea en las redes sociales institucionales guiada
claramente por intereses promocionales personales y partidistas, obviando la
neutralidad e imparcialidad necesaria en el uso de los medios institucionales
que son públicos, y no de ningún partido, pues estos están el servicio público y
no de intereses personales o partidistas, como
pudiera ser el hecho de publicitar la actuación del concejal de fiestas
antes referido subido a un balcón, aprovechando el paso de la Virgen del
Carmen, para en un discurso populista, decir que él ha venido “a servir al
pueblo”. Que cante es lo de menos, ya que lo feo no es su entonación (que para eso están los gustos
musicales de cada uno), lo feo es el discurso y, por supuesto, no vaya a ser
que el pueblo no se entere, lo feo es la retransmisión del discurso a través de
las redes sociales del Ayuntamiento.
Esperemos que, en algún momento, no sabemos cuándo, se
produzca el despertar para ir a ocuparse de verdad por el municipio, pues no
vaya a ser que la película soñada sea Cisne Negro, y el protagonista de la
misma, como en el filme dirigido por Darren Aronofsky, tenga una confusión
mental en donde le es difícil distinguir entre realidad y ficción, confundiendo
la realidad con el sueño. No vaya a ser que tengamos que recordar al escritor
estadounidense Ambrose Bierce que con acierto decía: Si deseas que tus sueños
se hagan realidad, ¡despierta!.
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