Nacido sobre un barrio de pescadores, Puerto de la Cruz,
es hoy, un punto de referencia para el turismo mundial, con toda una especial categoría
histórica como núcleo principal del nacimiento de turismo en las Islas
Canarias, una excelente planta hotelera y el famoso parque de atracciones, LORO
PARQUE, considerado por TripAdvisor, como número uno de Europa y segundo del
mundo.
La conquista mundial socio-económica del turismo, es un
ejemplo vivo en la comunidad de las Islas Canarias. Una realidad indiscutible y
transcendental para su desarrollo.
ALGUNOS ANTECEDENTES
Está ya muy lejos el tiempo en que vivimos el comenzar del
fortalecimiento del turismo en Canarias, aquellas míticas islas que los
historiadores conocieran como el Jardín de las Hespérides, las Islas
Afortunadas, los campos elíseos, etc. etc., relacionándolas con su espectacular
climatología, la belleza de sus paisajes y la bonhomía de sus habitantes, desde
antes de que los conquistadores españoles pusiesen los pies en ellas.
Historias y leyendas no faltan sobre estas andanzas de las
cuales no podemos olvidar que siempre han sido escritas y divulgadas por los
vencedores.
A todas estas, llegamos al Siglo XXI con el inmenso
espectáculo de un mundo cambiante – ahora casi al instante – donde la actividad
turística ha desbordado todas las previsiones – las desbordan cada día que
pasa, 1,400.000 turistas internacionales el pasado año 2018 – previsiones que
hacíamos en nuestros cursos de enseñanzas turísticas en América, allá por los
años setenta del pasado siglo XX.
Es que, para los que hemos tenido la suerte de vivir la
transformación de esas Islas Afortunadas, como decimos, eran conocidas en la
antigüedad las Islas Canarias, esa grandiosa experiencia nos ha proporcionado
un conocimiento que se ha convertido en una auténtica necesidad aportarlo al
mundo como una verdadera lección, para que con este señalado ejemplo acomode
debidamente las exigencias de sus lugares, para conseguir ese desarrollo
sostenible que todo el mundo desea, basándose en los recursos que la madre
naturaleza les ha dado, y que sabemos tienen todos los rincones del mundo.
Espléndida fotografía aérea, de una zona de Puerto de la
Cruz, donde los cultivos del plátano llegaban hasta el mar en los años sesenta
del pasado siglo, hoy transformada en el mayor núcleo turístico de la ciudad
con el añadido de la espectacular obra del, parque marítimo original del
artista canario Cesar Manrique y los ingenieros Juan Alfredo Amigó y José Luis
Olcina.
“En algún lugar hay un turista para usted”, decía ya hace más
de cincuenta años la UIOOT, antecesora de la hoy Organización Mundial del
Turismo, que va más lejos todavía en esa aseveración – como no nos cansamos de
repetir – cuando dice: “El turismo es riqueza para la persona, para la familia,
para la comunidad, para el mundo entero”. Como decía el recordado Manuel Fraga
Iribarne, hay que instar, presionar, insistir…
Estamos ante la conquista social más importante que ha
conseguido la sociedad mundial. Que la aprovechemos para el desarrollo de
nuestra comunidad, es una responsabilidad de todos. Los empresarios, los
promotores con ideas claras y con capacidad y conocimientos para el desarrollo,
son los responsables capaces de aceptar este reto al cual la dirección política
tiene el deber de orientar y regular para que cumplan su función social con el
debido respeto.
El modelo de las Islas Canarias y su desarrollo, llegando
hoy a unos límites espectaculares, lo hemos considerado siempre como un ejemplo
digno de estudio, como bien hemos expuesto en múltiples ocasiones en los más
diversos lugares de esa América que tanto queremos, ante destacados políticos y
dirigentes mundiales del turismo, incluido algún representante del Banco
Mundial, a quien incluso interesamos en un ambicioso proyecto, que
desgraciadamente no llegó a desarrollarse en Canarias, debido a la falta del
apoyo político necesario, y a la escasa influencia que teníamos en ese sector.
Espléndida vista
aérea del litoral de Puerto de la Cruz, con su histórico muellecito, desde
donde se exportaban los productos agrícolas, fundamentalmente el plátano, rumbo
a las Islas Británicas, hecho tradicional desde el que nació el turismo en las
Islas Canarias
Cosas del pasado que nada tienen que ver con lo que
comentamos en el presente, aunque si sirven para estimularnos a escribir el
preámbulo de estas líneas.
EL VIAJE AL PARAÍSO
Si, se trata de un viaje al paraíso. Para los que hoy
vivimos en esta atormentada Venezuela, volver a lo que son las Islas Canarias
hoy, es sin duda gozar de un lujo difícilmente soñado hace unos pocos años, más
todavía para quienes hemos gozado de ese desarrollo en las islas que no parece
detenerse nunca, y que nos evoca el recuerdo de las penurias de las pescadoras
de La Ranilla – barrio marinero del Puerto de la Cruz – donde las mujeres
cargaban en sus cabezas las cestas del pescado capturado por sus familiares, para ir a vendarlo a la Villa de la Orotava
donde habitaba la burguesía.
Monumento a la pescadora – lamentablemente sin pedestal,
como no debería de ser - ante la. Casa de la Aduana, hoy Galería multimedia del
Turismo de Tenerife, antiguamente estación de control de la salida del plátano
hacia los mercados europeos
El haber vivido esa cambio de la sociedad, y conocer cómo
se desarrolló esa comunidad, estudiarla, y ver sus consecuencias, tiene un
valor añadido que nos obliga a respetar el paraíso en que hoy se ha convertido
Puerto de la Cruz, porque no estamos tratando de un lugar cualquiera: Estamos
tratando del núcleo costero de la Isla de Tenerife, donde nació el turismo en
Canarias, ese turismo que hoy trae a las islas la imponente cifra de cerca de 16.000.000
de turistas al año, cifra desconocida en la inmensa mayoría de los países de
nuestra América, y a la que se ha llegado en las islas gracias a una inspirada
y laboriosa gestión empresarial, con sus claros y sus oscuros, como todo en
esta vida, pero con destacados actores a los cuales merecieran rendírseles
todos los honores habidos y por haber, sin entrar en más detalles.
Hoy, las Islas Canarias, y con ellas en su cabecera, Puerto
de la Cruz, son el paraíso soñado, no solo para los que un día fueran sus
emigrantes, sino para los millones que visitantes que, mejorando su nivel de
vida, pueden disfrutar de una climatología, unos servicios turísticos y una
esmerada atención personal, que no se encuentran en muchos lugares del mundo.
El litoral
portuense con sus muestras de “lavas marinas” emergentes, muestran una
espectacular visión, desde el Mirador de la Punta del Viento, y en todo el
recorrido del paseo peatonal de San Telmo, uno de los lugares más concurridos
de la ciudad.
El ver tomando el sol en las terrazas, en plena calle, como
en la propia Cafetería Mazaroco, a los grupos de turistas, mientras disfrutan
de la típica gastronomía de las islas, cuando en toda Europa la nieve está
llegando hasta las playas, es un espectáculo de un valor de alto alcance, al
igual que estar conscientes que en apenas dos horas podrán llegar hasta Las
Cañadas del Teide, y ponerse a juguetear con la nieve… Una estampa difícilmente
comprensible para quienes, por falta de conocimiento, los modelos comparativos
no les sirven para nada, pero que para quienes nos hemos impuesto en nuestro
camino rotario el deber de la enseñanza, nos estimula y nos apoya para seguir
el ejemplo que promueve el Papa Francisco, intentado cambiar la enseñanza para
generar un mundo mejor.
LAS CLAVES DEL PARAÍSO
Puerto de la Cruz,
es el paraíso del que ya trataríamos en la I Asamblea Turística de Canarias,
celebrada en la isla de La Palma, en los principios de los años sesenta del
pasado siglo, con la asistencia de los máximos dirigentes políticos y
empresariales de Canarias, y cuya asistencia fuera casi un debut para nosotros,
en este impresionante escenario del movimiento turístico en el archipiélago.
Ese Puerto de la Cruz que hoy ve orgulloso como se
transforman y modernizan sus hoteles, como el caso del Hotel Marte, con sus
modestas tres estrellas, que hoy nos sorprende con su bien lograda nueva
entrada, y que en el pasado año nos sirviera para mostrar en esta deprimida
Venezuela, sus bien presentados desayunos, por poner un simple ejemplo.
Desayuno
tradicional en el buffet del Hotel Marte, en Puerto de la Cruz, uno de los más
antiguos de la ciudad, hoy remozado y acondicionado acertadamente, todo un
atractivo turístico dentro del casco histórico de la misma.
Un pueblo marinero donde hasta un temporal en el mar, se ha
convertido en un espectáculo viendo a los turistas empleando sus cámaras para
captar las iluminadas olas que, rompiendo en el muelle de El Penitente,
alcanzan alturas que sobrepasan el edificio de las casas consistoriales que se
encuentra junto al mismo… o viéndoles pasear, desde el mirador de La Punta del
Viento, por el Paseo de San Telmo, admirando ese bello escenario marino con sus
restos de lavas volcánicas incrustados en ellas… paseando dentro de sus limpios
y relucientes supermercados – alguno abierto las 24 horas – abarrotados de los más
clásicos productos canarios, nacionales e internacionales… en largas colas para
ir a visitar el Loro Parque, ese escenario número uno mundial que bien merece
por si solo la visita a Canarias…
Un ejemplo vivo lo tenemos en la isla de Tenerife (Islas Canarias) con su famoso Loro Parque catalogado por TripAdvisor como el mejor de Europa y número 2 del mundo
La comida típica de la gastronomía canaria del “viejo” y prestigioso
restaurante “Los Gemelos”, los célebres calamares de “La Tasquita de Min”, uno
de los cinco lugares de España
recomendado en prestigiosas revistas gastronómicas por la calidad de los
mismos, … el ambiente turístico alrededor de su famosa Plaza del Charco rodeada
de clásicas terrazas donde se pueden degustar desde la clásica cocina
internacional, hasta las más sofisticadas “papas arrugadas con mojo” plato
típico emblema de toda Canarias…
Las “papas arrugadas” con mojo picón, seña de identidad
de la gastronomía canaria
Un mundo paradisiaco, que el conocimiento puede valorar
apoyado en serias experiencias mundiales, que van desde los casinos de
Montecarlo, Burdeos o Estoril, hasta el Teatro Colón de Buenos Aires, el Solís,
de Montevideo, o las playas de Copacabana e Ipanema, en Río de Janeiro, con su
“garota” de fondo… Todo esto, como un complemento necesario para poder valorar
debidamente, el placer de presenciar un partido de futbol en las pantallas
gigantes del Gran Hotel Botánico, dentro de ese escenario portuense, o las
clásicas reuniones con el Rotary Club de Puerto de la Cruz, o el grupo “Conejo
Frito”, incluidas las partidas de dominó en el Garviana, que nos colocan en ese
mundo real de un entorno social clásico de una sociedad que pasó del
subdesarrollo al paraíso, aunque sus habitantes actuales desconozcan la
trayectoria que se tuvo que recorrer para llegar a ello, o no entiendan bien ni
valoren lo que tienen.
La clásica gastronomía marina de Canarias. Camarones, viejas
- el más apreciado pescado de las islas – y los calamares rebozados, una
especialidad de La Tasquita de Min, en Puerto de la Cruz, considerada del
número uno de toda España.
La apacible tranquilidad del entorno del restaurante
típico La Tasquita de Min, en la zona marinera de Puerto de la Cruz, está
representada en esta fotografía con el símbolo de la paz, que es la paloma del
primer plano.
UN EPILOGO MAS QUE NECESARIO
Cerrar este capítulo nuevo de nuestro periplo portuense no
es fácil. Los recuerdos se mezclan insistentemente con las sentidas vivencias
actuales. Lo que aprendiéramos en aquellos cursos de la UIOOT, en los años
sesenta del pasado siglo, desde Bruselas, o en Turín, lo hemos practicado toda
la vida, en ese mundo de la enseñanza turística que ha sido y es, nuestra vida,
donde, desde ese Saint Tropez, del Atlántico – como calificaran los skalistas a
Puerto de la Cruz, en 1963 – también
hemos logrado radicar para la historia mundial de la enseñanza turística, una
ejemplar maestría, auspiciada por un convenio con la Universidad para La Paz,
de las Naciones Unidas, impartida en la Villa de la Orotava, isla de Tenerife,
pero nacida precisamente en ese Puerto de la Cruz que glosamos, con unos apoyos
que ya han pasado a ser calificados como excepcionales, unidos a personajes –
algunos de ellos tristemente fallecidos – que supieron valorar la importancia
de su significado.
Rincones recoletos en sus más íntimos lugares, son
símbolos de una cultura ancestral permanente en la ciudad, adornando su imagen
con elementos propios de su pasado histórico… Pavimento, bancos, farolas, todo
formando un conjunto que invita a soñar ese mundo en paz que todos deseamos
Puerto de la Cruz, está ahí, sin nada que pueda empañarlo,
con su blasón modélico de desarrollo sostenible, vigilante como lo ha sido
durante toda su historia de este Puerto de la Cruz – antes Puerto de la Orotava
– donde nació el turismo en las Islas Canarias, ese de los 15.000.000 millones
de turistas al año.
Hoy es de justicia que comentemos estos pasajes recordando
también aquellos históricos debates de los años cincuenta que se organizaban en
las sobremesas celebradas en el clásico kiosco El Dinámico, en pleno centro de
la Plaza del Charco, de ese Puerto de la Cruz de nuestros más hermosos
recuerdos – los malos, que lo hay, son “desperdicio” que hoy vamos a dejar a un
lado – desde donde tantos miles de horas
hemos trabajado en su desarrollo turístico.
“Servir es mi ocupación… mi devoción”
*Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del
Turismo. UNTWO. Honorable Embajador de la Organización Latinoamericana del
Turismo. OLATUR.
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