Evaristo Fuentes Melián
Los nuevos crucigramas diarios de EL PAIS son harto
difíciles. Si los del desaparecido Mambrino (q.e.p.d.) me servían de dulce
somnolencia, los empezaba al acostarme y los terminaba plácidamente al
despertarme al amanecer, con Tarkus me sucede todo lo contrario: me dejan
desvelado y los doy por imposibles a las 3 am.
Me recuerda el
caso de mí ya lejana infancia, en el colegio de curas religiosos, que te ponían
temas al dictado difíciles adrede, con toda (mala) intención; muy pocos alumnos
conseguíamos descifrarlos sin faltas de ortografía; como el siguiente:
“El ulular del lobezno ahuyentaba a las ovejas del
aprisco.”
En fin y
resumiendo: Tarkus, apiádate de nosotros, de los que aprobamos Lengua y
Literatura con un cinco raspado.
Espectador
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