Pedro Ángel González
Delgado
Dice el refranero popular
dialogado “donde dije digo, digo Diego”, que se emplea para rectificar una
afirmación o desdecirse, pero para los populistas afines a Podemos de Asamblea
Ciudadana en el Puerto de la Cruz debe ser “donde dije digo, digo Juan
Antonio”, porque lo que dicen cuando están en la oposición, y lo que hacen y
dicen cuando ahora están en el gobierno, nada tiene que ver lo uno con lo otro.
Ni siquiera se acuerdan de haberlo dicho. El primer ejemplo más claro, pero que
ha pasado ciertamente desapercibido, lo podemos ver durante el mismo día de la
toma de posesión de cargo de concejal. En el año 2015, todos prometieron el
cargo “por imperativo legal”. Incluso, uno de ellos, el comunista más
declarado, añadió: “hasta devolver el Ayuntamiento al pueblo”. Pero, claro,
ahora había posibilidades ciertas de gobernar y, por supuesto, ya la conciencia
se esfumó. Ya ninguno utilizó la fórmula del imperativo legal, no vaya a ser
que se metieran en un lío y ya no pudieran entrar en el gobierno, como aquellos
concejales de la CUP en Reus, tras haber declarado nula la toma de posesión el
Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por esa, permítase la expresión,
sandez del imperativo legal.
Lo siguiente y más
descarado, como no podía ser de otra manera, los sueldos. Nadie discute que
merezcan un sueldo como responsables políticos, faltaría más. Lo que se le echa
en cara es la desfachatez de prometer una cosa y hacer lo contrario tratando de
engañar a la ciudadanía. Y es que los amigos portuenses de Podemos se
presentaron a las elecciones de 2015 anunciando una reducción del sueldo del
alcalde y los concejales del 41 %. Llegaban a afirmar que con ellos la
ciudadanía se ahorraría 2,3 millones de euros. Los socialistas lo reducían a
400.000 €. Esa fue su propuesta económica estrella para todo el mandato que
llegaron a variar entre el 30 y el 20 %. De ese modo, su primera enmienda a los
presupuestos del Ayuntamiento era siempre la misma. Reducir el sueldo del
Alcalde entre los referidos porcentajes. De hecho, afirmaron y defendieron que
un Alcalde no podría cobrar más de 1.900 € al mes y, por supuesto, sin pagas
extraordinarias. Pero nada. Lo mismo que con el imperativo. La conciencia
también se les esfumó, y Marco - sin ese - González cobra la friolera de 1,06 €
menos al mes que su antecesor. Podemos tomarlo de dos formas. La primera,
pensar que se nos ahorramos un café al mes. La segunda, que es una tomadura de
pelo a la ciudadanía. Ahora tratan de justificar lo injustificable, por no
reconocer que se ha mantenido un discurso populista durante cuatro años. Era
mejor pedir disculpas. Por supuesto, de renunciar a las pagas extraordinarias,
también se olvidaron.
Pero lo de la conciencia
esfumada no queda solamente ahí. También el ideario y el discurso se cambia
para la gestión. Con hacer un poco de ejercicio de memoria, podemos recordar
como los populistas han venido utilizando hasta hace pocos días las concesiones
administrativas como ariete contra el anterior gobierno municipal. Si nos
preguntamos si algo ha cambiado, es únicamente que los antes gritaban desde la
oposición ahora están en el gobierno. Ya parece que no hay urgencia para resolver
concesiones, pues ni siquiera se nombra en la prosa del anunciado y denominado
pacto de cogobierno municipal, ni tampoco han variado las competencias que el
Pleno municipal ha cedido a la Junta de Gobierno. Lo único que ha variado son
que los que se decían de la gente, ahora están en el gobierno. Lo que antes era
sustraer del debate público, ahora es gestión más operativa. Lo que antes era
una sandez, ahora se confirma que era mentira. Y, por supuesto, no hacía falta
que lo fuera por imperativo legal. Ellos solos se han desenmascarados.
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