Pan y circo, como en la antigua Roma. De sobra es conocida
la política por la que los dirigentes acostumbran a distraer la atención de sus
graves problemas políticos, o para disimular las carencias en la gestión,
ofreciendo ayudas económicas de todo tipo y fiestas, muchas fiestas, como
cuando el César ofrecía a la plebe romana pan y circo. De esa forma el pan
viene con aquello de “¿qué hay de lo mío?”, mientras que el circo viene con las
fiestas y la alegría, que para eso había que ilusionarse. Sin embargo, se
olvidan que, hoy en día, ni la gente es plebe, ni tampoco es tonta.
Ahora bien, lo que quizá desconcierte un poco es que sean
los propios políticos los que conformen el circo como, no con cierto asombro,
observan empleados públicos y ciudadanos en los pasillos de las Casas
Consistoriales del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz. No sería justo decir que
todos los miembros del nuevo gobierno están entregados al disparate y al
esperpento, pues es evidente que hay quienes tratan de aprender y empezar a
gestionar atendiendo al interés general, pero, desgraciadamente, se ven
arrastrados por, quienes no habiendo encontrado todavía su despacho, se dedican
a revolotear por los pasillos, dando voces, y con el único objetivo de sacarse
fotografías en los jardines de la llamada Casa Rahn con todas las amigas que
allí vienen a verlo. Es que los retratos en esos jardines quedan estupendos
para las redes sociales.
En este espectáculo, más bien dantesco que artístico, Marco
- sin ese - González, se afana, cual domador, en tratar de frenar los impulsos
de aquel concejal que quiere ser artista y que, viviendo un sueño que jamás
imaginó disfrutar, no sabe cómo, ni quiere tampoco, moderar sus impulsos. Él
disfruta como un niño, confundiendo la cercanía del político con lo chabacano,
y arrastrando el nombre de la Institución hasta límites insospechados, y eso que
ha tenido algún que otro antecesor en esa Corporación que mejor no nombrar.
Pero es que, nunca antes se había visto que la función de un concejal, además
de retransmitir por las redes sociales como saluda a sus amigas, fuera la de
manifestar en estas que “el Puerto de la Cruz ya está alegre porque hemos
encontrado al dueño de Puppy”. Y claro, es como aquel payaso que al principio
produce hilaridad mas, tras interrumpir en todas y cada una de las
representaciones, se vuelve cansino y cargante.
De esa forma, ese concejal amigo de la farándula gana
protagonismo frente a los acróbatas y contorsionistas que son los simpatizantes
de Podemos. Estos deben realizar todo tipo de piruetas para poder poder encajar
lo que decían durante los cuatro últimos años y lo que ahora hacen en realidad.
Y es que no deja de ser inaudito escuchar como una concejal afirma en la
comisión informativa que preside que el objetivo político de la nueva
concejalia de Desarrollo Democrático es “tener conocimiento de cada una de las
áreas”, o, que el propio portavoz del gobierno, como si de un malabarista se
tratase, tenga que abiertamente reconocer con respecto a los nombres de las
nuevas áreas que “los nombres son una cosa y lo que lleva dentro es otra”.
Seguramente eso explica que para sentirnos orgullosos de ser portuenses, que
parece que es el objetivo de la nueva concejalía de identidad portuense,
tengamos que vestirnos con el traje típico de La Palma para ir al baile de
magos del Puerto, o, que el pregonero de las Grandes Fiestas de julio sea
nacido en Gran Canaria y no residente en el Puerto de la Cruz, y que nada tiene
que ver - no seamos mal pensados - que es una forma de ganarse una televisión
local para que promocione hablando bien del nuevo circo que ha llegado a la
ciudad.
También tenemos a los escapistas que son aquellos con los
que no va la cosa, y que tratan de desmarcase, de forma disimulada, eso sí, del
riesgo que supone estar todo el día de fiesta, y, además, haciendo público sin
rubor ese ambiente festivo y el jolgorio que se vive en los pasillos del
Ayuntamiento. Es verdad que el peligro es uno de los aspectos mas emocionantes
de un circo, no obstante, también es igualmente cierto que resulta curioso que
lo comprometido sea llevar a la Administración Pública lo de “la vida es un
carnaval” y comportarse como tal, buscando siempre el aplauso de sus
admiradores. El tiempo dirá si, ante el histrionismo, alguno se convierte en el
“hombre bala” y desaparece del lugar para no volver. Veremos también si triunfa la cordura o seguirán
tratando de hacer reír al pueblo de cualquier forma, ya sea cantando, ya sea
haciendo mímica o haciendo figuras con globos.
Quizá el espectáculo podría ser divertido si fuéramos los
portuenses meros espectadores, pero, desgraciadamente, esta función nos afecta
a todos. Poco a poco, dejaremos de reír y nos daremos cuenta que se ríen de
nosotros y, esperamos, no nos hagan llorar. A su vez, nos percataremos,
esperemos que no muy tarde, que cada vez que alguno levanta la voz para decir
que no le gusta la función, sueltan a las fieras correligionarias, aquellas que
suponemos dirigidas por el domador, a la sazón también director, despedazan en
las redes sociales y en los “mentideros” del Puerto, que los hay, todo tipo de
rumores malintencionados, falacias y calumnias, no vaya a ser que la gente se
canse del circo y éste se tenga que ir con todos los que viven de él,
despidiéndose su director con “agradecido y emocionado, solamente puedo decir,
gracias por venir”.
Nada que añadir 👏👏👏👏...
ResponderEliminarPrefiero que en mi Ayuntamiento me represente personas carismáticas,afables,cercanas al pueblo,simpáticas,ese tipo de personas que Ud las califica como miembros de un circo,que una persona como Ud que está en la oposición porque NADIE lo quiere.Cómo lo clasificariamos a Ud y a los que piensan cómo Ud?.... Clasista,oportuno,despechado.... Que mal perder tiene Ud Señor.!!! Humildad ,siempre le faltó humildad dicen!!! Yo hoy digo que Ud nunca la tuvo.
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