Antonio-Pedro Tejera Reyes*
“Por mi fe que habéis bebido demasiado vino canario, un
vino maravilloso y penetrante que perfuma la sangre antes de que se pueda
decir: ¿qué es esto?”. William Shakespeare.
“El vino es la cosa
más civilizada del mundo” Ernest Hemingway
Cristalería fina y de calidad, es el acompañante ideal de
los buenos vinos, un orden y puesta en escena muy cuidada por los más expertos
diplomados sommeliers. F/ Tejera Reyes.
ALGUNOS ANTECEDENTES
Nos son conocidos los antecedentes históricos de la mítica
mención de William Shakespeare, sobre los vinos canarios que siempre se han
dirigido al producto que se cosechaba desde tiempo inmemorial en la zona norte
de la isla de Tenerife fundamentalmente desde Tacoronte hasta Santa Úrsula. El
tiempo le ha dado la razón a todo esto, si bien ahora el vino del sur,
desconocido hasta hace bien poco, obtiene premios frecuentemente de carácter
internacional. El vino de Canarias, tiene un cartel internacional de reconocida
categoría.
Viene este pequeño
reportaje, acompañado de algunas de nuestras correrías alrededor del vino,
generalmente tinto, que ha sido y es nuestra bebida preferida. Años estuvimos
almorzando diariamente con el célebre “PATERNINA BANDA AZUL”, que en esos
tiempos diferenciábamos hasta sus
cosechas. Ha llovido mucho después de todo eso…
En el Casino de Bruselas, atendido por una de sus amables
anfitrionas, saboreando un clásico tinto, en una recepción ofrecida a la
Organización Mundial del Turismo, por la Comunidad Europea. F/Tejera Reyes.
El caso es que ahora, – y siempre – ha habido “genios” que
se la dan de entendidos en vinos, cuando lo único que saben distinguir de ellos
es el precio y la etiqueta. De sobra lo sabemos, y eso nos trae al recuerdo
aquel presumido amigo que solo bebía –
según él decía – Buchanan, de 12 años – y que no había quién le cambiara su
hábito, pues de whisky se creía verdadero experto. Un buen día le hicimos una
trampa en el Hogar Canario-Venezolano de
Caracas, y tomando whisky, al tercero le pusimos a beber Blender, que era un
whisky que venía en barricas de Escocia y se embotellaba en Venezuela. El
hombre ni se enteró. El Blender, fue muy
popular, pero los “entendidos” decían que era malo. Dios los guarde…
A estos de hoy con el vino les ocurre igual. Al cuarto vaso
estamos seguros que los ponemos beber del más corriente tarraconense y ni se enteran.
Natasha García, Río de Janeiro, Brasil; y Dévora Isaías,
Quito, Ecuador, licenciadas en turismo suramericanas, brindan con vino de
Tenerife, en la Navidad 2010, en pleno Puerto de la Cruz, durante sus estudios
de gerencia turísticas que seguían en nuestro centro de estudios turísticos
internacional, CIESTCA. F/Tejera Reyes.
EL VINO DE CANARIAS, DE TENERIFE
Recuerdos y más recuerdos sobre vinos y la calidad de los
mismos, nos llevan a uno de los mejores que recordamos, vino tinto puro que
degustamos algunas semanas en el restaurante que estaba en la carretera de La
Esperanza, de la isla de Tenerife, el célebre “Casa Belisario”. Eran los
tiempos de su apertura, 1961-1962. Allí probamos el mejor vino tinto que
recordamos, si bien en aquel entonces no teníamos los escenarios de comparación
que el tiempo nos ha dado.
Otra memorable ocasión la vivimos en casa del amigo D.
Luis, un isleño repatriado de Venezuela que había dejado hijos y nietos en este
país, y que cosechaba un vino solo para los amigos, en Santa Úrsula. Ahí sí que
nos sorprendió, pues ya teníamos muchos “horas de vuelo” y sabíamos a que
sabía hasta el famoso “Vega Sicilia”.
De vinos algo hemos aprendido, y una cosa sí que es cierta,
ni los más publicitados ni los más solicitados son los mejores. Hay excelentes vinos que no han
tenido la suficiente publicidad, que son mucho mejores que los que están
acreditados a través de los años.
Año 2009. En Bordeaux, Francia, atendido por el famoso
enólogo propietario de una de sus más importantes bodegas, degustando uno de
los vinos de los mejores acreditados del mundo, en una visita especial de la
Organización Mundial del Turismo. F/Tejera Reyes.
Probando el vino de la cosecha anual en 1999, el Día
Mundial de Turismo, en San Vicente, Chile, en las bodegas Chateau Los Boldos,
un vino que se exporta íntegramente a Holanda. Una experiencia inolvidable.
F/Tejera Reyes
La experiencia y la comercialización de las marcan forman
un conglomerado de circunstancias que le dan el valor y la salida al producto.
Con el vino pasa igual.
Las marcas se afirman por sus cosechas y no todas son
iguales, “eso lo perciben los vinicultores y conocedores, hasta por el viento
que llega a las parras”…De eso si sabemos mucho, pues lo hemos aprendido con
los expertos y sabiendo degustar los vinos. Tenemos hasta algún Diploma sobre
lo mismo. Lo íbamos a publicar, pero otras fotos de más relieve, nos han
parecido que daban más contenido a estos leves comentarios sobre el valor del
vino.
DIFERENCIAS INDISCUTIBLES
La importancia del cultivo de la vid, es hoy una autentica
fuente de riqueza para algunos países. Base fundamental de la gastronomía
moderna, todo lo que gira alrededor del vino se ha convertido en una especial
atracción para el turista que quiere conocer las distintas producciones
vinícolas que se hacen en el mundo.
Lejos queda el “Demestika” griego, o el “vino de Tea” que
encontrábamos en Santa Cruz de La Palma, como único exclusivo lugar donde se
podía degustar pues es elaborado con uvas negramoll y albillo y envejecido en
barricas de tea (pino canario) lo que le confiere un intenso aroma y sabor
típico a resina”… El Blanquillo de Lanzarote – cultivado en viñas de suelo
volcánico – lo tuvimos muchos años siendo un emblema en las islas. Así, los
vinos de los distintos cosecheros, en todas las Islas Canarias tienen sus
clientes. El canario de antes sabía mucho de vinos, y las gentes del norte de
Tenerife, eran auténticos expertos.
Año 2008. Congreso de la Conpeht, en Santiago de Chle.
Fotografía para la posteridad ante una de las más famosas bodegas chilenas,
protagonista de la marca “Casillero del Diablo”. F/Tejera Reyes.
En la bodega CONCHA Y TORO, degustando su última cosecha,
y aceptando el regalo de la copa grabada, otro de nuestros trofeos vinícolas
del Museo Turístico que disfrutamos. F/Tejera Reyes.
Ahora la química se ha impuesto y los chinos son capaces de
fabricar vinos de rioja o burdeos, al igual que antes hacían los de Tarragona
el vino de Tacoronte. La química ha podido con todo, pero así y todo, el que
tiene la suerte en Canarias de tener un amigo que produce vino, sabe muy bien cuál
es el sabor que diferencia, una cosa de la otra.
Hoy la química, decimos, ha podido con casi todo. No con
todo. Hay todavía expertos que conocen y diferencian donde se han adulterado
las esencias naturales que nos ofrecen los vinos bien cosechados y madurados.
El vino que bebíamos en aquellos viejos tiempos en “Casa
Belisario”, no lo cambiamos por nada, y hoy en Tenerife, se cosechan vinos que
no tiene nada que envidiarle a los mejores del mundo. Esa es la realidad.
EJEMPLOS A RECORDAR
Como hemos venido apuntando, el consumo del vino ha ido
tomando cuerpo a medida que ha aumentado el turismo en el mundo. Así hemos
visto países donde no se le daba ninguna importancia al cultivo de la vid, que
han dirigido sus pasos a experimentar con su producción. Un ejemplo vivo fue en
los años ochenta del siglo pasado la unión de dos poderosas empresa de bebidas
venezolanas, el cognac Martell y la Cerveza Polar, que crearon una marca,
POMAR, y comenzaron a producir vinos
plantando cepas francesas en las región zuliana de Venezuela, lugar que
escogieron los enólogos como el ideal para el proyecto. Producían un buen vino.
Desconocemos cuál es su actual situación.
Conservamos en nuestro particular museo turístico, alguna
cantidad de botellines de vinos degustados en diferentes viajes, como un
imperecedero recuerdo donde aparece la referencia del vuelo, trayecto y fecha
del mismo. Un culto al vino.
En el Hotel Emancipador, Paracas, Perú, disfrutando de
unos langostinos a la piedra, maridados con el exquisito TACAMA, una especial
invitación de nuestro amigo Eduardo Jaureguí, presidente de la Cámara de
Turismo de aquel núcleo turístico del
País. F/Turistamagazine.
Inolvidables recuerdos del famoso vino TACAMA
permanentes en nuestro particular museo turístico, llenos de vívidas añoranzas…
“del puente a la alameda, menudo pie la lleva por la vereda que se estremece,…
F/Tejera Reyes.
Otra sorpresa para nosotros ha sido el encontrar en Perú un
vino excepcional – nos referimos a su versión blanco – de la marca “Tacama”. Desconocemos
la empresa, pero nos hemos encontrado con un vino que no tiene nada que
envidiarle a los mejores del mundo, lo hemos degustado en varias ocasiones
acompañando distintos menús, y quedamos convencidos de su calidad. Esperemos
que no sea un espejismo, pues Perú y su espléndida acreditada gastronomía
merecen este delicado acompañamiento vinícola, en especial su famoso ceviche.
“Un vaso de vino en
el momento oportuno, vale más que todas las riquezas de la tierra” (Gustav
Mahler) Servir es mi ocupación.
*Del Grupo de Expertos de la Organización mundial del
Turismo. OMT.
*Pluma de Oro de Rotary Internacional. Puerto de la Cruz.
Tenerife. Islas Canarias.
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