José Melchor Hernández Castilla
El título de este artículo pareciera un juego de palabras, aunque
realmente no lo es. A medida que vayamos avanzando en el texto se entenderá el
sentido del mismo.
“La Caleta de Orotava”, de La Arautava o del Araotava es mencionado por
primera vez, el 29 de diciembre de 1505, por el Cabildo de Tenerife para que se
hiciese un bodegón o venta de vino en el mismo (Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1497-1507. Edición, estudios y notas de
Elías Serra Ráfols, páginas 193-194). El 7 de diciembre de 1506, el
propio Cabildo de la isla propone que “se faga un muelle en el puerto del Araotava”: “les parecía que
en el puerto del Araotava se puede haser un muelle para cargar e descargar las
mercaderías que se cargaren e descargaren, que apropiavan e apropiaron para
renta de los propios desta dicha ysla, el dicho muelle e casa que se ha de
haser en el dicho puerto del Araotava”
(Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1497-1507, página 139).
El 7 de mayo 1512, se informa que en las “caletas de Taoro del Araotava se embarcaba mucho pan, trigo y
cebada (Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1508-1513, página 152). El 30 de
junio de 1512, “Bartolomé Benites hizo saber que por la caleta de Taoro se saca
mucha madera y se dice que es con licencia” (Acuerdos del Cabildo de
Tenerife, 1508-1513, páginas 155-156). Asimismo, se habla de “la dehesa de la Caleta, 1513” y la “dehesa de la Caleta del Araotava, 1522” (Acuerdos del Cabildo de
Tenerife, 1518-1525, página IX y página 129, respectivamente). De alguna
manera, el nombre de la dehesa unido a la caleta nos está indicando una posible
residencia de la primigenia población del Puerto de la Cruz.
El 30 de marzo de 1523, “para la salud del pueblo” se solicita dos
guardias para cada una de las calas y puertos de Tenerife, entre ellas se encuentra
“La Caleta del Araotava con la otra que
está debaxo della” (Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1518-1525, página
142).
El 8 de marzo de 1539, el Cabildo de Tenerife insta “en lo del sacar
agua en la caleta del Araotava e
hacer pozos en dicha caleta”, para que “así los navíos que allí surgen a cargar
y descargar mercaderías, como los yentes e vinientes a la dicha caleta tengan
agua que bever, de lo qual hasta agora han tenido e tienen falta en la dicha
caleta, proveyeron e mandaron”. Según información del 5 de abril, del propio
cabildo, “Ruy Pérez, e començó a abrir el pozo e halló el agua” (Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1538-1544,
página 85 y 197, respectivamente).
En todos los casos, ya sea la Caleta de Taoro, la dehesa de la Caleta
del Aroaotava o Caleta del Araotava hablamos del mismo lugar, puerto de La Orotava.
Puerto de La Orotava, a partir de la mitad del siglo XVI, se conocerá como Puerto Viejo. Así, lo describe Antonio Ruiz Álvarez (Síntesis
Histórica del Muelle del Puerto de la Cruz o de Orotava, Anuario de Estudios Atlánticos, nº 19,
1973, páginas 404-405): “El lugar escogido como más seguro para fondear las naves fue el formado
por la ensenada del barranco de San Felipe, cuya playa era la mejor que se
conocía -nos dice Álvarez Rixo-, y en su
punta del naciente se edificó el castillo y un murallón que protegía la
desembocadura del barranco; este sitio era conocido como Puerto Viejo; frente a esta playa estaba el llamado Limpiogrande, que era el fondeadero de
las naves gruesas en el invierno por ser su fondo de arena, que comprendía un
espacio bastante largo de Este a Oeste entre 40 y 50 brazas de profundidad”. Y añade la razón de su desuso: “La parte que de
dicho fondeadero quedó fue completamente arruinada en la noche del día 7 al 8
de noviembre de 1826, cuando el terrible aluvión que inundó pueblos, arrasó
casas y haciendas, cuyos escombros cegaron un espacio de más 200 metros dentro del
mar, y el castillo, que antes era azotado por las olas a marea alta, quedó a
unos cincuenta metros retirado. Con tal motivo sufrió mucho el fondo del Limpio.
Desde el Castillo de San Felipe hasta la playa de Martiánez todo era y es bajas
y rocas, en medio de los cuales está la pequeña caleta llamada Boca del Puerto o Puerto Nuevo, cuyas
peñas las hizo romper Francisco Xuárez de Lugo, para hacerlo servible después
que el barranco cegó la ensenada de Puerto Viejo”.
“En este día, mes e año dicho,
en presençia de mí, Lucas de Rodrigues Sarmiento, escrivano público, el dicho
Governador e Leonardo Turiano yngeniero e los dichos regidores, vieron e
visitaron el Puerto de la Cruz del
dicho lugar de La Orotava y el puerto
viejo del dicho lugar el Caletón de
la Pez e playa de Martiánez y
los anduvieron viendo e visitando, de que doy fee. Lucas Rodrigues Sarmiento,
escrivano público” (Torriani, Leonardo, 1588; Autos y Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1587-1588, en Descripción
de las Islas Canarias; Cabildo de Tenerife, Tenerife, 1999, página 437).
Leonardo Torriani nombra, en 1588, 4 puertos o calas en el Puerto de la Cruz: puerto
viejo (puerto de La Orotava), puerto de la Cruz (puerto o muelle nuevo),
caletón de la pez (puerto del Rey o puerto de San Telmo) y Playa Martiánez. En
el plano del ingeniero Próspero Casola (1635), se puede visualizar las 4 calas.
De alguna manera, los distintos
puertos nos muestran los lugares donde habitaban los pobladores del Puerto de
la Cruz. Sabemos que los primeros pobladores debieron estar en las dehesas del
Puerto de la Cruz o sus alrededores, y que a la vez o posteriormente, también
ocupaban las zonas del actual Muelle, San Telmo y Martiánez, ya en el siglo XVI.
La existencia de fuentes en Martiánez, San Telmo y el pozo de la plaza Concejil
apoyan esta tesitura.
A pesar de que realmente no se
puede hallar una fecha concreta de la fundación del Puerto de la Cruz, si
hubiera que ponerla sería la de 29 de diciembre de 1505, donde el Cabildo de
Tenerife concede el permiso para una casa oficial como es un bodegón;
actualmente, sería la concesión de un permiso para abrir un bar o un
restaurante en la ciudad turística.
Para concluir, el primer muelle de
la ciudad es el puerto de La Orotava, llamado también Puerto Viejo (hoy Playa
Jardín); y el puerto de la Cruz es
el llamado Puerto Nuevo (actual muelle del Puerto de la Cruz), por el que
recibe la ciudad su nombre.
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