Javier Lima Estévez
La
revista Hespérides: artes, ciencias, literatura y deportes, en
su edición del 29 de agosto de 1926, disponible para su consulta en el portal
Jable de la ULPGC, dedica en ese número una edición especial al municipio de La
Orotava.
Consultando sus páginas, encontramos una interesante entrevista a la
profesora Luz Hernández (mujer de Miguel Rueda). Con cierto recelo inicial,
inicia sus palabras con una serie de impresiones respecto a los beneficios
inigualables del Valle de La Orotava frente a otros espacios, recurriendo para
justificar su premisa a la descripción que ofreciera Alexander von Humboldt
tras su estancia en la isla a finales del mes de junio de 1799. En opinión de
Luz Hernández, las características del Valle eran únicas, tanto para las
personas sanas como de quebrantada salud, mostrando, como ejemplo, Las Cañadas
del Teide, lugar que describe como el espacio en el que se ha “basado el
florecimiento de la isla de Tenerife”. Era una maestra del Pago de la Perdoma y
a las preguntas sobre ese núcleo orotavense no duda en añadir diversas
consideraciones. De esa forma, describe que cada mañana, mientras se dirigía a
la escuela, podía observar desde cien metros antes a sus queridas alumnas, quienes
le saludaban al grito de: “Buenos días, doña Luz”. Las escolares se unían a la
maestra, “llegando a constituir durante el trayecto, un animadísimo y simpático
grupo”. Luz no dudaría en anunciar la realización de diversos proyectos en la
escuela y su actitud favorable por encontrarse en un contexto “donde hay luz,
aire, frondas y pájaros, animación y alegría, hace palpitar de
emoción y muestra la íntima relación que existe entre la naturaleza y el
arte”. Sin embargo, con tristeza y cierto enfado, llega a afirmar que muchas
alumnas tenían serias dificultades para acudir con regularidad al colegio. Una
circunstancia que, atendiendo a un núcleo de importancia agrícola, derivaba de las
exigencias de las jóvenes para prestar auxilio en el hogar (realizar recados,
cuidar de sus hermanos pequeños, ir a por leña, cortar hierba, etc). No
obstante, anota el interés del propio alcalde, Cándido Pérez Estrada, por
imponer sanciones sobre aquellas alumnas que presentaran faltas sin justificar.
Por otra
parte, la maestra no dudaría en anunciar con satisfacción la noticia de recibir
una máquina de coser durante el siguiente curso, siendo, por entonces, un
instrumento importante en el proceso de enseñanza.
El
periodista, finaliza la entrevista con las siguientes palabras: “Con maestras
como la señora Hernández, no solo se acabarían los analfabetos, sino que en
plazo breve nos pondríamos respecto a la instrucción a un nivel envidiable”.
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