Jerónimo David Álvarez García
La España de la
Restauración (1874-1931) con su peculiar sistema político, económico y social
nos legó el Caciquismo, como
entramado de relaciones humanas del momento.[1] Este
régimen político extra legal actuaba en reducidos grupos, con control personal
sobre los órganos de gobierno y administrativos, disponía de los votos de su
clientela y actuaba con personalidades influyentes.
De
la vida política finisecular debemos subrayar la aprobación de los nuevos
aranceles proteccionistas, con los que el gobierno de Antonio Cánovas da un
giro a la política económica de los liberales.
El político malagueño sería el artífice de la Restauración Borbónica en acuerdo
con los moderados. Redactó la Constitución de 1876 y fue protagonista,
junto a Sagasta, de la política española en el último cuarto de siglo. Intentó
anular al Ejercito de la vida política y no pudo sofocar las revueltas cubanas,
ni dar pleno sentido al parlamentarismo, dominado por el Caciquismo citado. La
económica del país se consolida desde América con “los capitales enviados
que se canalizaron en diversas inversiones, entre las que destacan principalmente
la adquisición de fincas rusticas y urbanas, seguido de la realización de
prestamos hipotecarios, la promoción y participación en actividades comerciales
o industriales y la adquisición de valores financieros.”[2] El
rígido sistema político de la Restauración solo permitía la alternancia de dos
partidos: Liberales y Conservadores, mientras, las huelgas industriales del
norte de España, los alzamientos campesinos en Andalucía y las acciones socialistas y anarquistas, cierran el ambiente de
conflictividad. En 1891 se crea la Unió Catalanista y durante esa década Sabino
Arana convirtió los fueros en el símbolo de la soberanía vasca. Esta España de
17,5 millones de almas, quedaría retratada en Pequeñeces, obra del padre
Coloma[3] que
constituye una sátira a la sociedad madrileña del reinado de Amadeo I.
Canarias
se enmarca en ese contexto político-social y personificada en el grancanario
Fernando León y Castillo, diputado, ministro, embajador y partidario de la
división provincial, aspiración que no consiguió. Las islas asisten a su
reconversión agraria tras la crisis de la cochinilla de 1870; y el avance de la
economía es evidente con la creación de la Junta de Obras del Puerto de la Luz
de Gran Canaria. Mientras, la publicación de Cinco años de estancia en Canarias
de René Vernau,[4]
es otra muestra de los diversos trabajos con los que viajeros europeos
retrataron las islas.
La vida cotidiana de Realejo Alto queda plasmada en
diversas fuentes, como ejemplo un esbozo, el texto que nos legó Olivia Stone[5] tras visitar el municipio en 1883. La
viajera irlandesa relata: “a las 8:15 de la mañana
llegamos a Realejo Alto. Los dos Realejos -Alto y Bajo- realmente forman un
sólo pueblo, largo continuo y desordenado, una calle mas que otra cosa, con un
barranco entre los dos. Seguimos bajando por la calle, pendiente y toscamente
pavimentada, desde cuya parte alta se puede ver muy bien la iglesia, la mas
antigua de la isla, construida en el lugar donde bautizaron a los reyes guanches.[6]
Lo que primero llama la atención es que posee un chapitel, el primero que he
visto en las Islas.” Reanuda
la descripción del pueblo con observaciones sobre la vestimenta de los vecinos
y una detallada visión del interior del templo (al que habían entrado para
resguardarse de la lluvia). De esa exposición destacan las líneas relativas a
la talla de Nuestra Señora de los Remedios y su fiesta de septiembre.[7] Tras la
lectura y admiración de los libros parroquiales, la viajera se despide de un
sacerdote,[8] con el
deseo que se efectúe la reforma necesaria en el templo.
La
estructura social del municipio se constata con múltiples nombres propios que
cohesionan su entramado humano. Sin orden de importancia, invocaremos como
principales contribuyentes a pretéritos realejeros como fueron: Miguel Chaves
Albelo, Francisco García Oramas, Pedro Rodríguez de la Sierra o Remedios Fregel
Oramas, sin olvidar al influyente Eliseo González Espínola, a quien se retomará
al finalizar. El devenir de la realidad finisecular en Realejo Alto queda
fielmente documentado en las actas de su ayuntamiento; iniciamos a su
estudio.
El
año 1890 había finalizado con la alcaldía de Estanislao Fragoso García.[9] En las actas de enero siguiente se constata nuevamente[10]
su presidencia, mientras la secretaria es ostentada por Domingo Suárez.[11] Junto a estos
cargos, en sesión de 4 de enero de 1891, se relaciona a los concejales: Juan
Fernández y González, Vidal Torres, Felipe
Hernández, Domingo Pérez González, Juan González Estévez, Francisco López y
Gonzalo Fernández. El acta de 8 de enero establece la composición de la Junta
Pericial de la Contribución Territorial,[12] para el
bienio 1891-1893. La sesión del día 23 ejecuta los apremios, por los cuales se
inicia el cobro de créditos de la Hacienda Pública liquidados, vencidos y no
satisfechos, al tiempo que se advierte de los
impagos de la contribución territorial y
de numerosas cédulas personales[13] Las
juntas municipales aprueban el extracto de las sesiones celebradas por el
ayuntamiento, en el segundo trimestre, que se enviaran a la autoridad
competente para ser insertadas en el Boletín Oficial de la Provincia. El
mes de febrero comienza con el “llamamiento y declaratorio de soldados de
los mozos de reemplazo”, y en el acta de 15 de febrero se retoman los temas
de recaudación e impuestos. En la sesión de 22 de febrero Augusto Fernández
comunica, que debido a su mal estado de salud, renuncia de su cargo de
apoderado municipal que había ostentado hasta el momento, motivando que “para
cobrar de la caja de la Provincia los intereses del cuatro por ciento de las
imposiciones intransferibles, que posee este ayuntamiento en representación de
los bienes de propios”, se nombre a Eladio Alba.
En la sesión de 1 de marzo se confirma como
recaudador municipal a Agustín Rodríguez Yumar y como agente ejecutivo de los
impuestos municipales a José Díaz González. También se acredita el abono a la
Jefatura de Montes del diez por ciento de los efectos forestales (8 pesetas),
para obtener la licencia y proveer al municipio de horquetas para “levantar
la vid” y proceder a su cultivo. Se examinó el presupuesto “adicional”
al ordinario vigente del ejercicio 1890-1891. El acta de 15 de marzo, siempre
bajo la presidencia de Estanislao Fragoso, documenta la instrucción de los
expedientes de mozos: en estos se da excepción del servicio militar a varios
jóvenes realejeros, los motivos son diversos, por ser “hijo único de una
madre pobre a quien mantiene”, mozo mal alistado del quien no se registró
su fallecimiento en 1873 o ser “hijo único de padre pobre sexagenario”. Por
último, en acta de 29 de marzo“se trajo a la vista el pliego de condiciones
bajo las cuales concede este ayuntamiento la recaudación de los impuestos
consumo y sal, repartimiento general y cédulas personales”. Las
reclamaciones entre administraciones queda patente tras la reunión de la
Comisión Provincial: en su extracto de sesiones de día 6 presidida por Poggio,
a la que concurren los vocales Velázquez, Pineda, Febles, Leal, Rodríguez Pérez
y Casabuena se acordó proceder contra los Ayuntamientos de La Orotava,
Vilaflor, La Victoria, La Guancha, Realejo Alto y Bajo y Santiago, hasta que
fuera efectiva su deuda con el contingente provincial.[14]
Los registros municipales de 12 de abril reflejan
el Proyecto del Presupuesto Ordinario para 1891-1892. De ese texto se deduce el
capítulo de gastos que asciende a 17.672,53 pesetas, en tanto el ingreso
desciende a 4.357,67 pesetas, generando un déficit de 13.314,86 pesetas. Estos
números son aprobados por unanimidad y se exponen al público durante quince
días. En el acta de 19 de abril se procede a la lectura del Censo de 1887, que
refleja como la población de derecho del pueblo suma los 3.816 habitantes y los
electores 669. La ley electoral divide el municipio en dos distritos: Pueblo y
Cruz Santa. Al Pueblo corresponden: La Alhóndiga, Plaza de la iglesia, Calle
del Medio, Puente Abajo, Calle el Sol, Puente Arriba, Godínez, La Callita,
Calle del Agua y adyacentes de San Benito, La Fuente, El Horno, Toscas de
Romero, barrio de San Agustín y caseríos del Patronato, La Longuera, Méndez, El
Burgado, La Gorvorana, La Carrera y parte norte de La Montañeta. A la Cruz
Santa pertenecerán: dicho pago y el caserío de El Mocán, Los Pasos, La Garrota,
La Gañanía, Los Morales, La Piñera, La Cartaya, sur de La Montaña, La Zamora,
La Florida, Placeres, Las Furnias, El Madroño, Palo Blanco, Lomo Incienso, La
Hoya de Pablo, La Treviña, El Viñátigo, Las Llanadas, El Mollero, Casa de Lugo,
La Ferruja, Los Tres Pinos y La Hoya de Farrais.
En
acta de día 23 leemos como la Comisión Provincial reclama al ayuntamiento, los
pagos atrasados del ejercicio (antes citados en la prensa regional). El
Consistorio remite la contabilidad demostrando que satisfizo esa cantidad y
solicita la suspensión del embargo al que está sometido: “toda vez que no es
necesario esa medida de rigor para que este ayuntamiento cumpla tan sagrado
deber como promete verificarlo en todo el próximo mes de mayo”. La sesión
extraordinaria del día 30 da cuenta como el Gobierno Civil concede el
aprovechamiento forestal de “cien latones”, librando de urgencia el diez
por ciento del efecto. El primero de mayo acaece el nombramiento de las
personas que presidirán las mesas en las elecciones de concejales: el alcalde preside
la mesa del pueblo y el primer teniente de alcalde Vicente González Hernández
la de La Cruz Santa. El Boletín Oficial de la Provincia advierte que los
municipios de Realejo Alto, Santa Brígida,
Realejo Bajo y
Pájara
deben dar “cuenta del acuerdo de solicitar autorización para gravar
ciertos artículos”.[15]
En sesión de 17 de mayo
se advierte que “ha estado de manifiesto al publico el padrón para la
cobranza del impuesto de cédulas personales” y se observan otras notas
económicas e impositivas. En el extracto de la sesión de la Comisión
Provincial (...) del día 13, leemos que la presidió el Sr. Poggio, (…) y
leída y aprobada el acta de la sesión anterior, se tomaron los acuerdos
siguientes: (…) decir al ayuntamiento del Realejo Alto que el contingente que
le correspondió el presente año asciende a 4.127,67 pesetas, en lugar de las
3.800 que supone.[16] El acta de día 30 documenta que el
Ayuntamiento de La Orotava comunica la discusión y aprobación del presupuesto
de corrección publica de la cárceles de partido”. El consistorio
realejero debe designar un representante, por lo que nombra a Juan Padrón y
León, vecino de aquella villa. La fiscalía
de la Audiencia de Las Palmas publica la relación de los nuevos fiscales
municipales para el bienio 1891-1893: en el partido de La Orotava, para Realejo
Alto se designa a Agustín Chaves Albelo y para Realejo Bajo a Juan del Carmen
Pérez[17] Al
reanudar la lectura de la actas, vemos como el 14 de junio el alcalde notifica,
“que hallándose propagada en el vecino pueblo del Puerto de la Cruz la
epidemia variolosa,[18]
era en todo punto necesario, tomar toda clase de precauciones para que, caso de
que desgraciadamente este pueblo fuera invadido, no haya los terribles
estragos, que son consiguientes cuando las poblaciones están desaseadas”.
El dictamen del medico titular Manuel Pestano[19] obliga
a la vecindad a eliminar, asear y retirar focos de infección. En la sesión de
21 de junio se discutió el “repartimiento del impuesto de consumos del
corriente año económico”, pues se ha decretado al municipio por su
incumplimiento, multa de 50 pesetas, designándose los pertinentes peritos. Días
después toman posesión los técnicos del impuesto de consumo. En la sesión de
día 28 se notifica un caso de viruela en la Casa Higa, en la persona de Miguel
González Cartaya. Se toman las medidas higiénicas y alimenticias precisas y se
advierte a los vecinos, (el municipio pagaría los gastos de cuidado y
alimentación del afectado).
El
uno de julio se produce la renovación parcial de concejales tras las elecciones
de mayo. En esa sesión es reelegido alcalde por mayoría absoluta de concejales,[20]
Estanislao Fragoso. La relación de ediles prosigue con el primer teniente de
alcalde, Manuel González Fuentes, la segunda tenencia recae en Juan Fernández
González, como regidor sindico es designado Valentín Toste Estévez y regidor
interventor de la contabilidad, Vidal Torres Acosta,[21] la
lista finaliza con: Felipe Hernández González, Domingo Pérez González, Benito
Rodríguez González e Hilario de Ávila.[22] Debemos señalar que a la toma de posesión no
acude el concejal Ramón Hernández González, sin que justificara su ausencia.
Las sesiones ordinarias se fijan los domingos, “después de la misa mayor.” Asimismo,
se establecen las comisiones
permanentes: 1º Presupuesto y Contabilidad, 2º Instrucción Pública, Sanidad y
Policía Urbana y Rural, 3º (sin denominación), 4º Caminos vecinales, montes, aguas y Policía de Abasto.
A lo redactado se añade la relación de los alcaldes pedáneos, a saber: por La
Cruz Santa, Gabriel de León Álvarez, para la zona alta de Las Rosas, Celestino
Chaves Luis y por La Carrera, Domingo Hernández Febles. También es designado
secretario, Benito Vasconcelos Olivero[23] y
depositario Pedro González Luis. Es confirmado como médico titular Manuel
Pestano, guarda local Vicente Oramas y Chaves, auxiliar de guarda local,
Baldomero Oramas Hernández[24] y
portero del Ayuntamiento Juan Yanes González.[25] Por
último se cita al concejal no presentado, (el acta siguiente refleja su toma de
posesión y el motivo de incomparecencia, prueba de ello es que el día 5
renuncia por enfermedad). En acta de 22 de julio se registran temas impositivos
y económicos.
Asimismo,
en verano de la sesión de 2 de agosto, siempre bajo la presidencia de
Estanislao Fragoso, se recuerda que la Comisión Permanente de la Diputación
Provincial decreta embargo del cincuenta por ciento de los ingresos del
municipio, por las cantidades adeudadas a ese organismo. Se presenta la
contabilidad ante los concejales y se responde a la Comisión del error existente,
a juicio de la municipalidad, en las cantidades reclamadas. En la siguiente
sesión se notifica como Felipe Machado y Ascanio[26]
protesta por la imposición municipal a su finca de “Palo Blanco”; es citado con
los antiguos propietarios para comprobar in situ la demanda. De nuevo, en acta
de día 9 se reclama ante las autoridades económicas, por el excesivo cupo
asignado a algunos impuestos locales. Las restantes sesiones estivales abordan
variados asuntos locales, como el nombramiento de las juntas municipales de
sección territorial, industrial y no contribuyentes, la resolución del litigio
emprendido por el Sr. Machado y la instrucción de numerosos expedientes de
prófugos. Finaliza con septiembre, ahondando en las temáticas económicas y las
pugnas con la autoridad provincial.
El Boletín Oficial de
21 de septiembre publica que en Realejo Alto[27] se
halla en poder del recaudador las cédulas personales para que los interesados
procedan proveerse de ellas. Por el acta de 3 de octubre, con motivo de los
temporales e inundaciones acaecidos en Almería, Toledo y Valencia, se insta a
los vecinos a contribuir con la suscripción abierta para ese desastre. A esta
se suma el Consistorio, empleados municipales y las comisiones en barrios y
pagos del municipio que recaudan donativos. A final de mes se ingresa en los
organismos provinciales la tasa de aprovechamiento forestal. Noviembre comienza
con la solicitud formulada a Elíseo González Espínola,[28] para
que restituya al Ayuntamiento, los materiales y maderas de propiedad municipal
que obran en su poder, también se decretan arreglos de urgencia en la
carnicería. Finalmente, otra nota de la Comisión Provincial de su sesión del
día 18, advierte al Ayuntamiento realejero que no puede anularse el embargo, y
que la diferencia que existe entre lo que en sus presupuestos tiene consignado
y lo repartido por contingente de la provincia debe figurar en el adicional
próximo.[29]
Concluye nuestro periplo por las actas
municipales en diciembre, mes que se caracterizó por los numerosos temas
económicos e impositivos. En sesión de 27 de diciembre prosigue la pugna por
los atrasos solicitados desde la Comisión Provincial. El pleno solicita a ese
organismo permiso para recaudar un nuevo impuesto, quien se la deniega, al
tiempo que reitera la suspensión del embargo.[30] Queda
de manifiesto las diferencias entre las administraciones local y regional: bien
por la interpretación o mero cumplimento de la legislación vigente o por la
lectura subjetiva de las diferentes facciones (partidarias u opuestas a la
división provincial). Por lo demás, de este estado de cosas se nutría la
cotidianidad local. Ese y otros antecedentes vistos en esta serie, evidencian
la evolución de su burguesía en el siglo XIX. Esta supuso la consolidación de
su base social, efecto que llega hasta la actualidad en las estructuras
sociológicas de su heredero histórico: Los Realejos. Este municipio queda
definido por sus vecinos de corte burgués, en gran número instruidos, que basan
su economía principalmente en el sector terciario, conformando una amplia clase
media. Por eso en los últimos años su posición y actividad hubieron de atraer
una importante población foránea.
Publicado
en La Prensa-EL DÍA, el sábado 24 de febrero de 2018
[1] ÁLVAREZ GARCÍA, J. David, “Aproximación a
la vida cotidiana de Realejo Alto hacia 1890”, La Prensa-El Día, 17 de
enero de 2016. También remitimos a AA.VV, Los Realejos, Una Síntesis
Histórica.
[3] El cambio del Romanticismo al Realismo
supuso para las letras españolas un periodo de transición. De sus autores
citamos a Pedro A. de Alarcón, Juan Valera o Pérez Galdós y recordamos que don
Benito fue tío abuelo de Guillermo Camacho y Pérez-Galdós (1898-1995)
ínclito historiador realejero, autor de La Hacienda de los Príncipes o La
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de Realejo de Abajo; La
Iglesia de Santiago de Realejo Alto.
[4] Rene Vernau (1876-1938) fue un botánico y
antropólogo francés, viajo por Europa con fines científicos y visitó las islas
entre 1884 y 1935, realizando diversas publicaciones sobre Canarias, como la
citada en el texto. Los viajeros
europeos no sólo dejaron constancia escrita, además nos legaron pinturas
como las hermanas Ella y Florence Du Cane o las fotografías del portugués Antonio Passaporte, (una de sus láminas
ilustra este trabajo). Agradecemos su
cesión a Mauricio Méndez Febles,
https://www.facebook.com/RINCONES.Y.MOMENTOS.DE.LOS.REALEJOS/
[5] STONE, OLIVIA. El Planeta Tenerife,
pp.330-333. Para profundizar en su biografía véase: GARCÍA PULIDO, Daniel. “Olivia
Stone: Aproximación a una biografía desconocida”. La Prensa-El Día. 15
de febrero de 2015.
[6] Obsérvese que desde esta época queda de
manifiesto la legendaria historia de la antigüedad y erección de la iglesia
[7] Si el lector deseara profundizar en el
estudio de ese culto (datado desde 1529 en Realejo Alto) y su fiesta
contemporánea, remitimos a ÁLVAREZ GARCÍA, Jerónimo David y LIMA ESTÉVEZ,
Javier en Las fiestas patronales de Realejo Alto en honor a Nuestra Señora
de Los Remedios: (1907-1959) y más recientemente a LORENZO LIMA, Juan A. y HERNÁNDEZ M., Josué,
(ed.), Remedios: testimonio devocional de Los Realejos.
[8] Ángel F. Barreda Hernández (1850-1918) fue
párroco de Santiago del Realejo (1878-1918). Si no se especifica lo contrario
las biografías de los vecinos han sido extraídas de los registros municipales y
Juzgado de Los Realejos.
[9] Vecino de La Cruz Santa. Casó con Isabel
Zamora con quien procreó a Manuel y José Bernardo (emigrantes a Cuba) y en
segundas nupcias con Candelaria Armas García. Propietario, falleció viudo a los
70 años el 21.03.1901.
[10] Libro de Acuerdos de este Ayuntamiento del
año económico de 1890-1891. (06.07.1890-28.06.1891). Sign. 13/39. Cod. A.1.1.3.
Ilustre Ayuntamiento de Realejo Alto. Archivo Histórico Municipal de Los
Realejos. (A.H.M.R).
[11] Domingo Suárez Albelo (hijo de José Suárez
del Pino y María Arbelo, naturales de Las Palmas), era natural de La Laguna y
casó con Juana Arocha y Casanueva con quien procreó a Celia, Eduvigis, Domingo,
Juana, Gaspar y Margarita Suárez Arocha. Domiciliado en el Puente Abajo, 4, falleció
el 05.04.1895 a los 54 años.
[12] MORENO BUENO, Tomás. Breve crónica de un
siglo de Catastro en España (1906-2002). De las funciones de este organismo
destacaba el deslinde y amojonamiento en presencia de los propietarios; con su
asistencia, firmaba y autorizaba el acta que recogía la actuación, archivada en
el Ayuntamiento causaba efectos jurídicos en el plazo de 3 meses si no existía
reclamación Cuando ocurrían desavenencias entre los propietarios, adoptaba la
traza del lindero en litigio. Además contribuía a la determinación de la
riqueza municipal mediante el producto de los rendimientos de cada masa de
cultivo imputando individualmente la riqueza. La Junta Pericial Municipal
colaboraba con el procedimiento para la obtención de datos donde intervenían el
Catastro y los vecinos, así como los representantes de los propietarios. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2725618 Consulta del día 08.01.2018.
[13] El precursor del Documento Nacional de
Identidad, tiene su regulación en el Real Decreto del Ministerio de la
Gobernación de 15 de febrero de 1854: se suprimen los pasaportes y
documentos que se expedían a viajeros y vecinos para libre transito en
territorio nacional. La Autoridad correspondiente facilitará a padres o cabezas
de familia una cédula de vecindad para sí y otra para cada individuo de su familia
con arreglo al padrón. Los viajeros deberán proveerse del documento y
presentarlo a la Autoridad. Los criados necesitarán cédula separada otorgada en
virtud de reclamación del amo si están sirviendo, y si no lo están en vista de
su padrón respectivo. Se abonará un real de vellón por las cédulas solicitadas,
cualquiera que sea su número. Se exceptúan del pago: a pobres de solemnidad,
peregrinos, braceros que no tengan mas medio de
subsistencia que el jornal diario, obreros de mismo caso y las viudas y huérfanos
que sólo posean pensión inferior a 1.500 reales. Los extranjeros usarán sus
pasaportes como cédula de vecindad. Estas se repartirán a domicilio a los
empadronados, por los dependientes de la Autoridad. Se renovarán en el mes de
enero de cada año, repartiéndose de la misma manera que ha quedado expresado.
La falta de cédula de vecindad será causa legal para la detención del omiso y
para la imposición de las multas o penas de los pueblos donde reside y de
pasaporte en los viajes que emprenda. Gaceta de Madrid, núm. 413, p.1, viernes 17 de febrero de 1854. http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1854/413/A00001-00001.pdf Consulta
del día 08.01.2018.
[14] Diario de Tenerife, 20.03.1891, p.1.
BULL. Biblioteca de la Universidad de La Laguna. Este rotativo según se
advierte, se publicaba todos los días excepto los domingos y fiestas de gran
solemnidad.
[17] Boletín Oficial de Canarias, 19.06.1891, p.2.
En el partido judicial de La Orotava se nombra juez municipal, en el bienio
1891-93, a Tomás González y González por Realejo Alto. Diario de Tenerife, 17.06.1891,
p. 2. Jable, ULPGC
[18] La viruela, aunque más estacionada en el
tiempo, fue más virulenta que las pestes y afectó principalmente a los niños,
lo cual frenó el crecimiento de la población. En el siglo XVIII, la viruela
mató a 60 millones de personas en Europa, principalmente menores. Las grandes
epidemias de esta enfermedad se erradicarían en el siglo siguiente. BARDET,
J.P. / DUPAQUIER, J. Historia de las poblaciones europeas, I y II.
[19] Casó con Mercedes Olivera. Su hija María
Pestano Olivera fue camarera de Nuestra Señora de los Remedios de Realejo Alto
y su hijo José Pestano, párroco de Nuestra Señora de la Concepción de Realejo
Bajo (1898-1903).
[20] La normativa municipal exigía que el concejal
“sepa leer y escribir, por ser el caso sexto de incapacidad para su
desempeño, según articulo cuarenta y tres”.
[21] Natural de Puerto de la Cruz y vecino de La
Carrera. Propietario, casó con Tomasa Pérez Hernández y en segundas nupcias con
Petra Estévez López, natural de Realejo Alto, con quien procreó a Petra, Vidal
y Martina. Falleció el 15.01.1915, a los 66 años. Su hija Petra Torres Estévez
casó con Dámaso Febles Pérez (hermano de José, Ignacio y Candelaria). En tanto,
su hijo Vidal casó con Claudina Hernández Siverio y procrearon entre otros, al
chófer Juan Torres Hernández, padre de la bibliotecaria Pilar Torres García. En
este punto apostillamos, que queda pendiente de estudio la importante
emigración de vecinos de La Carrera hacia el casco de Realejo Alto a comienzos
del siglo XX.
[22] Natural de Realejo Alto, aparcero y
domiciliado en el Viñátigo. Casó con Jorgina Pérez Rodríguez y procrearon a
Cecilia, Antonia, Juana, Nicolás, Sebastián, Antonio, María y Pedro. Falleció
el 29.03.1896 a los 65 años.
[24] Vecino de la Calle El Medio, nació en 1853,
casó con María García León y procrearon a Dolores y María Oramas.
[25] El Padrón de habitantes de 1889 del
Ayuntamiento de Realejo Alto (A.H.M.R), lo censa en Calle de la Alhóndiga,
20
[26] Probablemente, hermano de Lorenzo Machado y
Ascanio (1804-1862) benefactor de la música en ambos Realejos
[28] Alcalde y terrateniente realejero, casó con
Mª Bonifacia de Zárate Morales, padres de doña Rosa Zárate, que vendió
el edificio del Colegio Nazaret al alcalde Miguel Cedrés, (las monjas
residieron en una vivienda de El Cantillo de la Calle El Medio unos meses,
hasta que se acondicionó el inmueble). Además, vendió a los médicos vascos
Fernando y Rodrigo Echagüe Cerrajería su vivienda. A su vez Julián Jiménez
Falcón (padre del alcalde Evelio Jiménez Fregel), compró a su hermana Candelaria González Zárate la
vivienda familiar, sito en la actual Avenida Tres de Mayo.
[30] Libro donde toma sus acuerdos este ilustre
Ayuntamiento de Realejo Alto durante el año económico arriba expresado,
1891-1892. Libro de Actas (01.07.1891-26.06.1892). Sign. 13/40. Cod. A. 1.1.3 A.H.M.R
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