Lorenzo de Ara
El coronavirus nos mata. El Gobierno nos humilla y nos
condena a ser parias en el mundo. Alemania quiere salvar a la Alemania del sur
con sol y playas y cervezas. Asegura tener controlado el corona. Todo muy
lógico. El virus practica el politeísmo. Adora a tres dioses: Pedro Sánchez,
Pablo Iglesias, Ivan Redondo.
"Hacerlo incluso desde la tele, que es donde abrevan
las masas..." Lo más lúcido del texto que firmna Jorge Bustos en El Mundo.
El resto, qué quieren que les diga. Ni fu ni fa. Tirar la piedra y esconder la
mano. ¿Si el “El País” por un casual le ofreciera el doble de lo que gana en El
Mundo al señor Bustos, no practicaría el politeísmo que lleva el bicho, o sea,
postrarse a Sánchez, Iglesias, Ivan Redondo? Me hago la pregunta que,
naturalmente nunca tendrá respuesta. Yo pago 8 euros al mes para leer todos los
días El Mundo, y con gusto. Pero sé (la misma profesión ejerzo que el
prestigioso aludido), que el periodismo tiene dos salidas: mi bolsillo o el
bolsillo de la santísima trinidad del mal, con su gran ejército de arcángeles,
ángeles y querubines. (Ay, si la plaza del Charco hablara).
Al virus yo le pongo cara. Hasta ideología. Una Santísima
Trinidad del Mal. Un cuartel general localizado en Moncloa. Y ya pueden
acusarme de sectario, facha, antidemócrata, hombre sin cultura. Me la suda.
Si un gobierno al frente de un país que trabaja mal, que
gestiona mal, que miente, que reconoce el caos, que calcula a vuela pluma el
número de muertos diarios y habla de Pactos de la Moncloa, cuando en realidad
lo que quiere es un pacto por el guerracivilismo, ese gobierno sin duda es la
cara de la COVID-19.
El corazón de España late en hospitales y en tantos otros
lugares. También en periódicos todavía libres. Soy cristiano y católico. Sé que
hay Vida. La fe es una fuerza imbatible. Y claro que hay miedo, pero jamás ese
miedo a decir la verdad. Digamos la verdad. El virus tiene rostro.
Eso, eso, lo que diga el gobierno. Que nadie quiere
problemas. Que lo primero es llenar la nevera, que los niños vuelvan a la calle
a pisar la mierda de los perros, y que los estadios de fútbol recuperen la vida
microscópica que hace grande al llamado deporte rey. ¿Cuántos reyes hay en
España?
Lo otro, paparruchas de la derechona, bulos, fake news y,
supongo que FAES haciendo de las suyas, y 13tv pontificando con ese tal Antonio
Jiménez que cuando abre la boca pareciera que viene de practicar la apnea con
el PP. Aquí el sssssssssss cambiará el IBEX 35. Por cierto, ¿qué ha sido del
PACMA? Por hablar de algo.
Raúl Conde lo manifiesta mucho mejor que yo: “Causa estupor
que, en este trance, aún haya quien cuestione la necesidad de implantar un
ingreso mínimo vital. La mezcla de desempleo y pobreza es una bomba que amenaza
con liquidar el contrato social, pilar del modelo socialdemócrata que ha procurado
a Europa el mayor periodo de paz y crecimiento de su historia. Pese a los
titubeos en su gestación y la pugna entre Iglesias y Escrivá, sabemos ya que la
renta alcanzará a tres millones de hogares y será costeada con una prestación
de la Seguridad Social. Habrá un salto en la deuda pública, sí. Pero pensar
ahora en esto sería miope y mezquino. Hasta algunos de los popes del rigor
fiscal imploran más gasto.”
Y es que olvidamos que el número de familias que van a
quedarse sin nada será mayor, inmensamente mayor, que durante los seis años de
la última quiebra social, económica y laboral. Familias excluidas de la
sociedad.
Pero el ingreso mínimo vital en manos de Pablo Iglesias,
Pedro Sánchez e Iván Redondo es un Caballo de Troya.
Con la medida pueden inocular en la sociedad la necesidad
de vivir bajo una sola verdad, un solo criterio, un solo poder. En definitiva,
plegarse a la dictadura del social comunismo.
Personas que se queden sin pensión ni subsidio. Por encima
de mi cadáver.
Pero sé que el social comunismo en España se alimenta de la
miseria. De esa miseria consigue votos. Y la convierte en eterna.
Por último, se sabe que el número de muertos en China es un
50% más alto que el número oficial ofrecido por la dictadura comunista hasta la
fecha. La OMS aplaudió el “buen hacer” de los camaradas chinos. Y luego hay
mosqueo porque Trump anuncie que cierra el grifo. Y en España, con el social
comunismo boliviano aplanando inteligencias, más de lo mismo.
Cuando digan que podemos salir a la calle porque ya no hay
peligro, a ver quién es el guapo sanote que cree a este gobierno de marketing y
autobombo, de bulos y falsas noticias.
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