José Melchor Hernández Castilla
En este artículo, seguiremos los pasos del
investigador José Antonio Cebrián Latasa, con su libro ““Ensayo para un diccionario
sobre los conquistadores de Canarias (2003)”.
Principalmente, desde 1402, con los normandos
conquistadores, Juan de Bethencourt y Gadifer La Salle, y seguidamente con
Maciot de Bethencourt, las islas de
Lanzarote, Fuerteventura y el Hierro fueron desprovistas de aborígenes casi
en su totalidad debido a las acciones esclavistas. La Gomera fue favorecida por
el pacto castellano y portugués, y sus primitivos pobladores (gomeros) quedaron oficialmente eximidos
de la esclavitud.
A partir de 1430, La Palma será el lugar elegido
para la captura de aborígenes (palmeses);
y en 1470, lo serán Gran Canaria (canarios)
y Tenerife (guanches).
La Pesquisa de Pérez de Cabitos, 1476-77, situaba a
las leyes del reino de Castilla bajo las normas canónicas, diferenciando entre
pagano (otra religión) y gentil (cristiano por vía del bautismo), lo cual implicaba
un derecho de libertad al aborigen bautizado.
La conquista de Gran Canaria (1478-1483) significó la expulsión de los aborígenes canarios de la isla (canarios). La mayoría de ellos fueron
acogidos por cristianos viejos en Sevilla en 1483, de la mano del conquistador
y obispo don Juan Frías (n.-1485/86), conquistador de Gran Canaria y protector
de los indígenas de la isla. Algunos canarios retornaron a Gran Canaria y eran
expulsados en 1491. Posteriormente, participaron en la conquista de La Palma
(1492-93) y Tenerife (1494-96), estableciéndose en Tenerife. Desde ese momento,
los canarios tuvieron los mismos
derechos que cualquier castellano en Tenerife.
Algunos gomeros fueron esclavizados por Fernán
Peraza el Joven en 1477 y liberados por mandato real en 1478, volviendo en su
mayoría a Gran Canaria. Posteriormente, un grupo de gomeros eran asesinados y esclavizados
por el gobernador de Gran Canaria, Pedro Vera en 1488-89, el cual fue
destituido por Francisco (Álvarez) Maldonado, y éste último les concedió la
libertad en 1491.
La mayor parte gomeros
se encontraban en Andalucía y Gran Canaria, y participaron en la conquista de
La Palma (1492-93) y Tenerife (1494-96), permaneciendo, en su mayoría, en
Tenerife. Los gomeros por el hecho de ser bautizados siempre fueron hombres
libres. No obstante, en Tenerife tuvieron persecución por el Adelantado, Alonso
Fernández de Lugo. El 2 de enero de 1505, el Consejo Insular de Tenerife decidió
expulsar a los gomeros de la isla. Ante este hecho, los gomeros protestaron
tanto en la Reformación hecha en 1506 al Adelantado, por el licenciado Juan
Ortiz de Zárate, como en el juicio de Residencia realizada al mismo en 1509 por
el gobernador de Gran Canaria, Lope Sosa. El 12 de diciembre de 1511, el
Cabildo de Tenerife solicitó un lugar fijo para ellos: “Se platicó sobre razón
que se debía pregonar por los guanches
desta isla a gomeros tovieses sus…
habitaciones e biviendas en los poblados, por manera que fuesen bien
acostumbrados e doctrianos en la fee”. El mismo Cabildo, en 1513 y 1517, pidió la
concentración de los gomeros en San Cristóbal de La Laguna; finalmente, se les
dejará residir, principalmente, en Daute, Anaga y Adeje.
Los aborígenes de La Palma o palmeses eran esclavizados en su mayoría por
Alonso Fernández de Lugo en la conquista de la isla de La Palma (1492-1493), pese
al acuerdo, alrededor de 1491, llevado por el gobernador de Gran Canaria, Francisco
Maldonado, con la palmesa Francisca Gazmira, para respetar a los palmeses de
paces. En 1494, Francisca Gazmira hizo la petición a los reyes católicos para
que liberasen a los palmeses de paces. El gobernador de Gran Canaria, Alonso
Fajardo, redactó un informe y lo envío a la Corte en 1495.
Tenerife, después de su conquista por los castellano, 1496,
conservó guanches, guanches horros
(guanches liberados de la esclavitud) y esclavos. Los guanches de guerra y
muchos de los guanches de paces eran esclavizados por Alonso Fernández de Lugo.
La mayor parte de ellos fueron llevados a los mercados de Castilla y Aragón.
Desde 1498, los guanches de paces tuvieron asegurada su libertada por mandato
regio, dado a conocer por el gobernador de Gran Canaria, Lope Sánchez de
Venezuela.
En la Real Cédula de 1500, mediante la Justicia de
Jérez, los reyes permitían la investigación y liberalización de los aborígenes
injustamente esclavizados (siempre que no hubieran cometido delito): gomeros,
palmenses del bando de Francisca Gazmira y guanches de Adeje, Abona, Anaga y
Güímar.
En 1504, El Cabildo de Tenerife declaró que ya en 1500 hubo de pregonar,
aunque ahora no hallan el pregón, que ningún esclavo podría ser ahorrado
(libertado) antes de 16 años de cautiverio y ello por evitar precisamente que
los guanches se liberasen mutuamente: “Otros y ordenaron e mandaron que por
quanto fue apregonado públicamente por mandado de su Señoría e Regimiento en el
año de mili y quinientos años e agora non se halla el dicho pregón, al qual se
refieren sy se falla, e sy non que valga en su lugar e sea avydo por ley (hordençança)
dende el dicho año de quinientos, que
todos los guanches y guanchas cativos non pudiesen ser horras syn servyr primero
diez e seys años a su señor, por los muchos dapños e robos que fazian los
dichos guanches pastores de los ganados, por que se ahorravan con los dichos
robos los unos a los otros con los ganados de sus señores”.
Con esta disposición del Cabildo
de Tenerife, surgieron los ahorramientos por pago pactado, antes de la fecha
establecida por la ordenanza (desde 1500 a 1516, 16 años de servicio).
Según el estudio del investigador Mariano Gambín García, “Los procesos
judiciales de esclavos palmeses y guanches en Sevilla (1494-1512). Nuevos datos
para su estudio (2014)”, las demandas por parte de los gomeros, guanches y
palmeses iniciadas en 1500 fueron resueltas en la Corte en 1511; encargando al
gobernador de Gran Canaria, Lope Sosa, finalizar los procesos de los
indígenas (gomeros, palmeses y guanches)
esclavizados en las islas.
De alguna manera, todos estos procesos en defensa de los aborígenes,
tanto en las Islas Canarias como en América, posteriormente se plasmaron en las
“Ordenanzas para el buen tratamiento de
los indios” o Leyes de Burgos de 1512. Por las mismas, los indígenas de las
Islas Canarias y los indígenas americanos eran libres, con sus derechos
correspondientes.
Los gomeros también participaron, junto con Hernan Peraza en la conquista de Gran Canaria. Fueron parte de las tropas de Fernandez de Lugo en la torre de Agaete. Así mismo el mencey de Lanzarote Guadarfia y 30 de los suyos participaron en la conquista de Fuerteventura. Y naturales de Lanzarote y Fuerteventura participaron en la conquista del resto de las islas
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