José Melchor
Hernández Castilla
Lothar Siemens Hernández y Liliana Barreto de
Siemens, en su estudio Los Esclavos
Aborígenes Canarios en la isla de la Madera (1455-1505), número 20 (1974), en Anuario
de Estudios Atlánticos, nos indican que los contingentes de esclavos canarios
llegados a la isla portuguesa de la Madera debieron ser muchos en la segunda
mitad del siglo XV, procedentes de Gran Canaria, La Palma, Tenerife y La
Gomera, con la tarea de ser pastores y elaboradores de azúcar. Se sabe que
muchos de estos canarios, relacionados con el negocio del azúcar en la isla de
Madera, retornaron a la isla de Gran Canaria, pasado 1483, ya como portugueses. Queremos reseñar dos notas sobre los portugueses de Madeira y su relación
con las Islas Canarias y su influencia mutua:
1) “Buena parte de los portugueses establecidos en
Canarias y de los que traficaban con estas islas procedían, como se habrá
visto, de la Madera… pero la corriente principal se dirigía del de la Madera al
de las Canarias… De la Madera se llevan a Canarias, como se ha visto, el
cultivo de la caña y la industria azucarera derivada del mismo. Y con el
cultivo y la industria, los agricultores especializados y los maestros y
oficiales indispensables para introducir, dirigir y desarrollar todo este dulce
negocio del azúcar” – José Pérez Vidal- (1968).
2) “Es bien
sabido, efectivamente, que de la misma manera que Pedro Vera hizo traer
frutales y cañas azucareras de la Madera a Gran Canaria después de 1483, en que
terminó la conquista de esta isla, también de la Madera llegaron luego los
cosecheros, los maestros de azúcar y el personal auxiliar que formaban los
carpinteros, caldereros, refinadores, etc. Tras el estudio de estos documentos,
presumimos que muchos de aquellos portugueses que vinieron a las Canarias a
fomentar el negocio del azúcar no eran otros que antiguos esclavos aborígenes
canarios, ahora libertos, cristianizados y ostentando los apellidos de sus
padrinos portugueses o el de sus antiguos amos madeirenses. En abono a esta
conclusión hay que señalar que algún lusitano trajo incluso apellido de
toponímico canario, cual es el caso de Juan de Gáldar, portugués, que
aparece citado en documentos de nuestras Islas desde fines del siglo XV” -
Simens Hdez y Barreto de Siemens- (1974).
Los portugueses, excluidos de las Indias
(1492), encontraron en Canarias, sobre todo a partir de las conquistas de La
Palma (1492-3) y Tenerife (1494-96), oportunidades en la agricultura, en el
comercio y en los oficios que en su país no tenían.
José Pérez Vidal, en su estudio Aportación
Portuguesa a la Población de Canarias, número 14 (1968), en Anuario de Estudios
Atlánticos, considera la época de 1483-1510 como el periodo clave para la
influencia de los portugueses en Las Islas Canarias, por la continua llegada de
éstos a las mismas. Según este mismo autor, la afluencia de los portugueses a
las Islas Canarias debió seguir en aumento durante todo el siglo XVI,
alcanzando su grado más alto con el imperio de Felipe II, cuando ambos reinos
permanecieron unidos.
Para el investigador José Antonio Cebrián Latasa (2003), autor del libro
Ensayo para un Diccionario de Conquistadores de Canarias, la importancia
poblacional de los portugueses comienza
a partir del año 1500. Según el mismo autor, el portugués Gonçalo Dias (Gonzalo
Díaz), carpintero, construiría y pondría en funcionamiento los primeros
ingenios azucareros de Taoro, Icode y Dabte; y vendría a la isla en 1498,
frente a un grupo nutrido de portugueses y sus familias, asentándose en Daute e
Icode, mayormente.
Entre 1499 y 1525, se realizó el repartimiento de
tierras y aguas por parte del Adelantado, Alonso Fernández de Lugo (1456-1525),
en Tenerife. Entre los beneficiados se encontraban: castellanos, portugueses, aborígenes (canarios,
gomeros, guanches), italianos y flamencos.
En los Acuerdos del Cabildo de Tenerife I
(1497-1507), de 7 de septiembre de 1501 ya se nombran con entidad propia y en
segundo lugar los portugueses: todos los
vecinos e moradores estantes e abitantes, asy castellanos como portugueses, canarios, gomeros e
guanches (Acuerdos del Cabildo de Tenerife I, 1497-1507, número del acuerdo
243).
En los Acuerdos del Cabildo de Tenerife III, de 1965, Elías Serrá
Ráfols, en la introducción (población), escribe lo siguiente: “Como tierra
nuevamente poblada, las gentes son de muy varia procedencia. Distinguen entre
cristianos y guanches, también gomeros. Pero entre aquéllos hay, no menos,
varias procedencias: sin duda abundan los castellanos, esto es, naturales
del Reino de Castilla, ello desde luego entre los grupos dominantes; pero vista
la frecuencia de artesanos y labradores
portugueses, además de técnicos como
los maestros de azúcar, se llega a dudar si en cifras que no poseemos
serían más éstos que aquéllos, aunque con menor influjo político, social y
cultural”.
Elías Serrá Ráfols, en la introducción de Acuerdos
del Cabildo de Tenerife IV (1518-1525), de 1970, relata que en El Cabildo de
Tenerife, sus regidores, 26 de septiembre de 1522, comentan que hay mucha
cebada ese año, de la que se mantienen los
naturales de Gran Canaria y gomeros y guanches y esclavos, que es la cuarta
parte de la población. Así, la parte mayoritaria de la población estaría
compuesta por castellanos y portugueses.
Leopoldo de la Rosa Olivera (1978), en su libro “El
Siglo de la Conquista: El Repoblamiento de los Reinos de Icod y Daute”, comenta que los repobladores
portugueses ascienden al 80% de la población en Icod y en Daute, según los
protocolos notariales hasta 1520.
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