En casa,
trabajamos los dos, tenemos un sueldo mensual, y con el panorama nacional e
insular de empleo, damos gracias cada día por ello. Pagando todos los impuestos
habidos y por haber, tan necesarios para la sostenibilidad del bienestar
social, escuelas, hospitales que como
ciudadanos demandamos. Todos y todas creemos que nos merecemos, gratuidad de la
enseñanza, un buen servicio de salud, limpieza del entorno, etc. Sin embargo,
no todos somos ciudadanos, por lo menos merecidamente.
Cuando
comento que en casa hemos colocado fibra óptica, para mejorar las
telecomunicaciones, internet, etc. Primer comentario de un conocido: ¿cuánto
pagas? Y siguiente comentario, ¡ahh, yo pago 40 euros al mes, mucho más barato
que tú, y pirateo canales de pago. Ante este comentario, se me queda la cara de
pocker.
Se te
estropea el coche, te vas al taller, factura con IGIC, un sablazo si además se
acerca fin de mes, pero lo pagas y te
quedas tranquilo por su fiabilidad y garantía, etc. Hasta que aparece el amigo
o amiga de turno y te enteras que en
aquella calle escondida hay un hombre que te arregla el coche por la mitad de
precio. Ahora bien, no se sabe dónde tira los residuos, si reviste peligrosidad
para los vecinos y vecinas, ya que a
veces he visto alguna caja de cambios en una acera, o manchas sospechosas en la
calzada.
Te llega la
contribución de la casa, te la descuentan directamente de la cuenta bancaria,
pero resulta que en aquella vivienda… viven cuatro familias, que han edificado
sin ningún permiso, que no tienen ni número en la puerta. Cuando estas personas
se enteran que la basura en el Puerto de
la Cruz es la más cara de nuestra isla, o quizás de España, a ellos les
resbala, pues viven tres familias pero solo pagan por una. Por supuesto que
tampoco pagan la contribución de la vivienda.
Y no hablemos del vecino que piratea la wifi, o
del que se mete de ocupa, bueno vamos a dejar que el pobre tenga un techo,
decimos, pero encima rompe el tabique de
la vivienda de al lado, de una señora mayor que vive un mes en casa de cada
hijo, y vuelve a su vivienda, y se encuentra un boquete en la pared porque ese
pobre ocupa necesitaba electricidad para su plasma e internet y no se le
ocurrió nada mejor que coger y enganchar la luz de su vecina.
Ahora bien: El que piratea los canales
de pago, se queja de la programación y de lo cara que está la telefonía ¡la más
cara de Europa!, El mecánico se queja de que su hija no tiene beca de estudios,
el que no paga basura se queja de la suciedad del barrio y el ocupa exige una
sanidad universal.
Sí,
queremos que bajen los precios de la telefonía, queremos educación y sanidad
pública y gratuita para todos-as, queremos que todas las familias tengan
derecho a una vivienda, pero también queremos que todos tengamos los mismos
derechos y los mismos DEBERES como ciudadanos.
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