Juan Antonio Gómez Jerez
En 1789 se produjo en Francia el inicio de
lo que hoy conocemos como revolución francesa y de cuyo conflicto surgió el
lema libertad, igualdad,
fraternidad. Al mismo tiempo
en Estados Unidos se establecía la constitución americana que daba al ciudadano
un tratamiento de hombre libre. Estas cartas establecieron la influencia
necesaria para que se desarrollara a lo largo del siglo XVIII y XIX las
cartas de derechos humano y constituciones liberales que daban al hombre de la
época la libertad, igualdad y fraternidad que ya poseía tan sólo por nacer
humano por considerarse inherente al ser humano. Desde entonces el ser humano
ha ido acumulando derechos y libertades con desequilibrio dependiendo del sexo
al que se pertenezca o dependiendo incluso de los países y culturas en los que
vivamos, pero, siguen vigentes y cada vez más presentes en la evolución de la RAZA HUMANA.
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los
hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que
encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede
y debe aventurar la vida.”
“El Quijote” Miguel de Cervantes Saavedra
(1547-1616) Escritor español.
“Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que
lo son.”
Abraham
Lincoln (1808-1865) Político estadounidense.
“La fraternidad es el amor recíproco, la tendencia que
conduce al hombre a hacer para los demás lo que él quisiera que sus semejantes
hicieran para él.”
Giuseppe
Mazzini (1805-1872) Político y periodista italiano.
LA LIBERTAD es la capacidad que posee el ser humano de poder obrar según
su propia voluntad, a lo largo de su vida; incidiendo así en la responsabilidad
sobre sus actos y al mismo tiempo teniendo en cuenta que esa libertad no le da
derecho sobre ninguna otra persona. Tanto en La Carta de los Derechos Humanos
como en las constituciones nacionales de los países más avanzados socialmente,
se recoge este derecho inalienable e inherente al ser humano. La libertad tiene
distintos aspectos dependiendo de donde vivamos o de si somos hombres o mujeres
incluso nuestras creencias ya sean políticas o religiosas nos hacen “menos
libres” si somos estrictos para con ellas y las llevamos a su último extremo.
Somos “capaces” de ser libres y reclamamos libertad constantemente pero creo
que no somos “capaces” muchas veces de reconocer la libertad de los demás y eso
hace que las relaciones interpersonales se deterioren y entren en conflictos.
“Mi libertad y la forma que tengo de entenderla no
está por encima de la tuya; pero, tu libertad y la forma que tienes de
entenderla tampoco está por encima de la mía.”
Esta sería la forma que tengo de ver la libertad, enclavada
en el respeto mutuo y empatía de unas personas por las otras, nadie
está por encima de los demás dado que creo que todas las personas somos
iguales. Al estar en sociedad y vivir interrelacionados los unos con los
otros no nos queda más remedio que adaptar nuestros conceptos de libertad y
someterlos a revisión para intentar de una forma empática vivir plenamente en
libertad y seguir avanzando en un mundo más libre y sosegado que no nos
precipite a conflictos que tan sólo conseguirían el avance de la merma de las
libertades. Somos libres pero también somos seres inteligentes y eso nos va a
llevar a saber gestionar nuestros derechos y nuestros deberes.
"Somos libres pero debemos tomar
conciencia de que los demás también lo son"
LA IGUALDAD es aquel derecho inherente que tienen todos los seres
humanos a ser reconocidos como iguales ante la ley y de disfrutar de todos los
demás derechos otorgados de manera incondicional, es decir, sin discriminación
alguna por motivos de nacionalidad, raza, sexo, creencias, o cualquier otro
motivo que nos pueda hacer diferentes o nos relegue a una minoría. Todas
las personas somos iguales los unos con respecto a los otros, pero, ¿Es esto realmente cierto? ¿Nos
sentimos iguales con respecto a los demás? ¿Nos tratan de forma que nos
sintamos iguales al resto? ¿Tratamos
a los demás como a iguales? Reflexionemos
y saquemos análisis de todo lo que representa ser libre. La igualdad nos hace y
nos permite también ser diferentes y es esa diferencia y esa variedad humana,
la que hace, desde mi punto de vista, que el ser humano en su variedad sea
absolutamente maravilloso. De hecho lo es. La igualdad es lo contrario de
discriminación y sinónimo de salud humana. Si todos somos iguales no
debería haber nadie por encima de nadie ni privilegios de unos y otros no. La
igualdad forma parte de nosotros, forma parte de de nuestra razón de ser.
Todos los seres humanos somos iguales los unos a los otros y
con los mismos derechos, independientemente de cual sea nuestro sexo,
nacionalidad, raza, condición sexual, creencias religiosas o políticas o
cualquier otra cuestión que nos haga diferentes a la mayoría establecida.
FRATERNIDAD es el afecto y vínculo entre los seres humanos que de una
forma natural se ven y se entienden como hermanos con la consiguiente empatía,
amistad y camaradería entre los unos y los otros. Reclamamos nuestra libertad e
igualdad, pero es más difícil reclamar la fraternidad para la raza humana
porque vivimos en un periodo en el que las personas nos hemos vuelto más individualistas
de lo normal y hemos ido perdiendo nuestro sentimiento de empatía natural para
con los demás. A las demás personas debemos tratarlas bien y de una forma
natural, no porque queramos que a nosotros nos traten bien, sino porque
naturalmente esa debería ser nuestra actitud para el resto de seres humanos.
Pero, es verdad que provocamos en los demás lo que damos, es decir, si damos
agresividad y falta de empatía y de respeto tendremos eso también para
nosotros, pero, si damos respeto, educación y cariño también recogeremos esa
actitud para nosotros. Es cuestión de practicar, nos irá muchísimo mejor y nos
entenderemos más.
LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD UN TANDEM QUE PARA UN BUEN
FUNCIONAMIENTO DE LAS SOCIEDADES HUMANAS SON INDISPENSABLES. EL BUEN EQUILIBRIO
ENTRE LOS TRES CONCEPTOS QUIZÁ NOS HAGA A TODOS MÁS FELICES Y PLENOS COMO SERES
HUMANOS TOLERANTES.
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