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sábado, 26 de septiembre de 2015

CRISIS, DEL LATÍN “CRISIS” INDICA UNA COYUNTURA DE CAMBIOS EN CUALQUIER ASPECTO DE UNA REALIDAD ORGANIZADA PERO INESTABLE.


Juan Antonio Gómez Jerez


"En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra.”
Eugenio Trias. (1942) Filósofo español.

Crisis y más crisis que nos aborda cada día en las noticias, en el trabajo, en la familia, entre amigos, incluso en nosotros mismos vive la crisis. Se apodera de nosotros esta sensación de inestabilidad e incertidumbre causada por esta crisis generalizada que lo envuelve todo, que lo pisa todo.  Pero, ¿Dónde está la crisis? ¿Quién gobierna esta crisis?

LAS CRISIS SON OPORTUNIDADES DE CAMBIOS

Las crisis nos persiguen desde que el hombre apareció en este planeta, y siempre fueron, un momento adecuado para efectuar cambios sociales, económicos y personales. Si miramos la crisis como un desastre que destruye nuestro orden ya desordenado se convierte entonces en un desastre socio-económico y personal, cuando podría ser un aliciente para efectuar los cambios de las cosas que no funcionan o que no queremos que formen parte de nuestra vida. ¿Qué queremos nosotros? ¿Qué queremos hacer con nuestra vida y en nuestra vida?



“En los momentos de crisis,   sólo la imaginación es más importante que el nacimiento.”    
Albert Einstein. (Científico alemán) 

   Todos los acontecimientos indican que está habiendo un cambio importante en nuestro mundo actual, casi podríamos decir que se desmorona nuestro sistema tantas veces fuertemente controlado, pero ciertamente estamos inmersos en una inestabilidad que “desespera”, Supongo normal, dentro de esta situación socio-económica cíclica. Está en nosotros afrontarla y ganarle la batalla. Las crisis tienen una función: estimularnos; si no lo conseguimos no habrá sido efectiva ni habrá tenido ningún sentido su aparición. Las crisis vienen, se crean, se difunden y se meten en nosotros con la finalidad de establecer en nosotros los cambios necesarios para poder seguir adelante en nuestra evolución como sociedad y como especie. Así pues, las crisis pueden ser vistas como un sistema de limpieza de todo aquello que no queremos, que no nos interesa; de todo aquello que nos hace daño incluso aspectos de  nosotros mismo que tanto valoramos y que a veces son un lastre y un obstáculo para seguir adelante. Deberíamos empezar por nosotros mismos, yo el primero, a hacer análisis de nuestra actitud a todo lo que sucede a nuestro alrededor, de cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás. Es darle un giro y sacarle partido y aprendizaje, cosa que valoramos muy poco, a esta situación de crisis de la que podemos aprender mucho, si queremos. Probablemente la crisis la han generado unos cuantos, poderosos; pero nosotros hemos sido, en cierta forma, cómplices activos de todo nuestro sistema. Quizá sea tiempo de cambiar de una vez por todas.

Nuestro mundo se ha metido, lo hemos metido, en una ruleta que gira desordenadamente a nuestro propio alrededor. La crisis que ahora nos visita es algo más que un problema socio-económico y financiero, se trata de una crisis de valores y sentimientos que nos empuja adelante, a aprender a valorar las cosas que hasta ahora no habíamos valorado: familia, amistad, amor, paz, etc. Se nos pierde en el camino y en el horizonte y nos da miedo afrontar esta situación.

Nos guste o no vivimos en un mundo interrelacionado que interactúa con todos nosotros y con lo que han llamado mundo globalizado y cualquier cosa que suceda en cualquier rincón del mundo afecta al resto del conjunto. La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de transformaciones sociales, económicas y políticas que les da un carácter global. 

“La globalización está provocando un obsesivo afán de identidad,  que va a provocar muchos enfrentamientos.  Nuestras cabezas se mundializan, pero nuestros corazones se localizan.”
 José Antonio Marina. (1939) filósofo español. 




Nos dedicamos a nosotros mismos con tanto afán que parece que  fuéramos seres individuales, cuando, somos seres interrelacionados los unos con los otros y deberíamos aprender que somos un gran puzle que encaja perfectamente, pero, que se desencaja con bastante facilidad. Las crisis forman parte de nuestra sociedad y de nosotros mismos porque nosotros mismos somos seres cíclicamente en crisis y eso se extrapola a nuestra sociedad y más directamente a las personas que nos rodean y forman parte de nuestro entorno más cercano e íntimo.

LA CRISIS, se acerca a nosotros con varias caras; de una parte se nos muestra con esta cara económico-financiera que nos agobia y nos hace sentir indefensos e inestables, pero, a la que deberíamos estar acostumbrados dado que nos visita con frecuencia. Por otro lado hay una crisis cuya cara es socio-cultural que nos trastoca una serie de valores y derechos adquiridos que se desmoronan y hacen tambalear parte de los cimientos de esta sociedad. Y al mismo tiempo la crisis se viste de religión ya sea cristiana, musulmana o judía enfrentando a  los tres mundos y dejando de explicarnos una serie de cosas para las que no teníamos respuestas y si cada vez más preguntas. Como quiera que sea y vengan por donde vengan las crisis representan el declive socio-económico y socio-cultural de nuestras distintas sociedades y nos empujan e invitan a cambiar, a modificar, a hacer limpieza de las cosas que ya no son válidas y definitivamente a evolucionar conjuntamente por un mundo diferente más justo socialmente. ¿Qué deberíamos hacer?



Cada persona, cada conjunto social es diferente los unos de los otros y cada cual tiene una serie de necesidades e intereses distintos. Somos seres inteligentes y socialmente evolucionados, cuestión que nos permite tomar conciencia de lo que hacemos bien y lo que hacemos mal. La cuestión está en cómo afrontar esta crisis de grandes dimensiones. Quizá se trate de una verdadera evolución y estamos viviendo el final de una era, quizá no, quizá todo cambie, o no. Quizá nosotros cambiemos, quizá no queramos cambiar, pero en el caso de que queramos… pongámonos en marcha ya, antes de que acabemos con nosotros mismos y no podamos contar otra crisis.  

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