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domingo, 31 de marzo de 2019

NUESTRA IDENTIDAD EN LA CONSTITUCIÓN


Cristina Tavío

Dice la periodista y fundadora del portal News Deeply, Lara Setrakian, que el periodismo es poder conocer para llegar a contar. Bajo esta premisa, el Parlamento de Canarias acogió esta semana la jornada de estudio “El nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias desde la perspectiva periodística”, con el fin de trasladar a nuestros profesionales de la comunicación las principales novedades y cambios que produce la Ley Orgánica 1/2018, de 5 de noviembre.

Seis ponencias que versaron sobre el significado e implicaciones de la reforma; Régimen de las instituciones autonómicas y organización territorial; Novedades Institucionales del título preliminar y proyección exterior autonómica; derechos y deberes ciudadanos; la controvertida cuestión del régimen electoral; y nuestro régimen económico y fiscal.

Quiero agradecer al Área de Derecho Constitucional de la Universidad de La Laguna que haya organizado estas jornadas divulgativas y especialmente a su profesor titular, Antonio Domínguez, y los profesores de nuestra Universidad José Miguel Ruano, Vicente Navarro, Gerardo Pérez, Israel Expósito y Alberto Génova, que aclararon muchas dudas de los allí presente sobre el nuevo Estatuto.
Coincido plenamente con todos en que este texto nos aporta identidad en el marco de la Constitución Española, un estatuto de última generación que pasa de 65 artículos a 202, ordenados en un título preliminar y 7 títulos numerados, a los que se añaden sus disposiciones adicionales, transitorias, derogatoria y final.

Hablamos de nuestra norma institucional básica que, entre sus principios, destaca la definición del ámbito espacial de Canarias, con la reafirmación de las islas y sus cabildos, así como sus municipios como entidades básicas y autónomas; el fortalecimiento de la cohesión de los canarios, canalizando su vocación como eslabón entre Europa, América y África; su contribución a la paz y a un orden internacional más justo o la consolidación y avance de la sociedad canaria en el marco de la Constitución.

Con esta reforma es destacable que nuestro Régimen Económico y Fiscal (REF), avalado por nuestra Carta Magna, queda desvinculado de la financiación autonómica general, adquiriendo una fundamentación más sólida pues se entiende que está basado no sólo en hechos históricos sino también diferenciales.

Como siempre hemos defendido, forma parte de nuestro acervo histórico y es la garantía que tenemos los canarios de un trato diferencial que nos permita alcanzar la total igualdad. No estamos hablando de un privilegio, sino de los derechos que se nos reconoce debido a nuestra lejanía y fragmentación territorial, de acuerdo con nuestro carácter de Región Ultraperiférica de la Unión Europea.

Así queda recogido en el artículo 3, sobre lejanía, insularidad y ultraperificidad, pero también en las más de 60 referencias a lo largo del Estatuto, que nos ofrece una potencialidad enorme, pues ninguna comunidad autónoma tiene reconocido este estatus.

Otra cuestión importante, y a la que los expertos hicieron referencia, fue el hecho de que este nuevo Estatuto reconoce a Canarias como la primera autonomía con mar, y además de definirnos como Archipiélago atlántico, asegura en su artículo 4, punto 2, que las aguas que queden integradas dentro de nuestro contorno perimetral recibirán la denominación de aguas canarias.

Y, a menos de dos meses de las elecciones autonómicas, son remarcables los cambios producidos en el nuevo Estatuto, que prevé la aprobación de una Ley Electoral en un plazo de tres años. Hasta entonces, se fija en 70 el número de diputados que elegiremos en el Parlamento de Canarias.

 A los escaños ya repartidos por Islas se sumará un total de 9 que se asignarán a la circunscripción autonómica de Canarias y que supondrá una urna más en los próximos comicios del 26 mayo.

 Me siento tremendamente orgullosa de haber sido vicepresidenta del Parlamento de Canarias en la legislatura de aprobación de este texto histórico, pleno de novedades, que refuerza y desarrolla tanto nuestros hechos diferenciales como nuestras competencias. Como allí se dijo, todo puede ser mejorable pero no cabe duda de que nuestro Estatuto contribuirá a seguir fortaleciendo el desarrollo social, económico y político de Canarias.

sábado, 30 de marzo de 2019

UNA CIUDAD QUE TIENE ALCALDE


Lorenzo de Ara

“Todo lo que se ha hecho en el Puerto de la Cruz lleva nombre y apellido: Cabildo Insular de Tenerife”.

Uf, dicho así, cuesta creer que las puertas del ayuntamiento continúen abiertas. Y más aún que los gobernantes, con Lope Afonso al frente, se despierten todas las mañanas con el recuerdo de que tienen la obligación de dirigir (?) la ciudad.

La política, desde siempre, ha hecho posible que extraños compañeros de cama disfruten en el lecho sin necesidad de apagar la luz. Ni la sábana más sedosa hace falta.

La política posee un encanto que convierte en bella a la bestia.

Pero de un tiempo a esta parte, hay políticos que vociferan (no como fieras), pero sí como charlatanes de feria.

La política local (ayuntamiento, Cabildo) es un verdadero lodazal. La mediocridad por metro cuadrado es insuperable.

Si con certeza se sabe que en la Luna no hay vida, en la política local es cada vez más apabullante la vida carente de inteligencia.

Puerto de la Cruz (resulta hasta grotesco tener que recordarlo) ha tenido un gobierno que por primera vez en mucho tiempo ha dado estabilidad política a la ciudad. Dicha estabilidad ha sido la pieza fundamental para que inversión privada y pública recuperaran la confianza en un fisco de tierra enclavada en el Valle de La Orotava.


Puerto de la Cruz no está recibiendo del Cabildo favores, ni siquiera está poniendo las manos para que el gobierno insular acalle el llanto de una viuda desamparada. No hay en la inversión del Cabildo nada que no se ajuste por entero a lo que en justicia le corresponde a una ciudad sin la cual el norte de la Tenerife se hundiría en la miseria.

No es Carlos Alonso un rey mago. Al contrario. En calidad de presidente del Cabildo tiene la obligación, no la gracia, de atender las demandas históricas del municipio.

Y sería descabellado enterrar el papel que el Cabildo ha protagonizado en estos cuatro años de mandato que ya terminan. Ha resultado ser una colaboración fructífera, o casi fructífera al cien por cien.

Cierto es que durante muchos años los políticos locales han demostrado ser una losa en el camino que conduce al progreso. Ha sido el ayuntamiento, con PSoe, CC y PP, el causante de muchos de los males del Puerto de la Cruz.

Y no hay que olvidar que los políticos que nos han representado son vecinos, parientes, amigos. O sea, hombres y mujeres de nuestras calles, de nuestras plazas, de nuestras playas, de nuestros colegios e institutos.

El gobierno actual, con Lope Afonso al frente, tiene el mérito de haber conseguido lo que en un principio parecía presentarse como una tarea hercúlea y, a ratos, imposible de culminar con éxito. Esa estabilidad política, que torpemente no saben hacer llegar a la opinión pública como hacedora de mucho bien, ha sido y sigue siendo la mayor aportación en estos cuatro años de gestión con luces y sombras, aunque he de admitir que a mi juicio, prevalecen las luces, sobre todo si ponemos a la alcaldía como epicentro del cambio que se está experimentando.

Lo que se ha hecho y se hace en la ciudad tiene nombre y apellido: Puerto de la Cruz.

Los protagonismos en Cinemascope, además de falsarios, ya comienzan a aburrir.

viernes, 29 de marzo de 2019

TELEVISIONES NECESARIAS


Salvador García Llanos

La Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA) ha dado a conocer esta semana los resultados de una encuesta, elaborada por la firma 'Gfk', relativa a la consideración que merece a los españoles el papel de los medios públicos autonómicos y su impacto. La metodología de confección es importante -antes de entrar en detalles y valorar conclusiones-, pues se trata de un sondeo hecho entre mil personas, a escala estatal -parece que la estratificación territorial no es muy consistente- con preguntas directas y personales, no telefónicas.

Algunos resultados son llamativos y registran impresiones contrarias a las predominantes en amplios sectores de profesionales y de la opinión pública. Así, cuando tanta gente ha hablado de cierre de estos medios, resulta que un 73,4 % de los encuestados opina que los servicios audiovisuales públicos autonómicos son necesarios. Otra cosa, que desconocemos, es que luego consideren que la programación es mediocre, de cobertura deficiente o de sesgos en sus informativos y entretenimientos; pero que estiman necesaria la disponibilidad de canales autonómicos de radio y televisión, lo son en gran mayoría.

Otro porcentaje elevado, el 82,5, respondió que los servicios audiovisuales públicos de las comunidades autónomas promueven e impulsan la cultura y las diferentes lenguas del territorio español. En concreto, las televisiones son las que más colaboran en la promoción de los rasgos y características culturales de zonas y comarcas.

El presidente de la FORTA, Andreu Manresa, recalca que el estudio refleja el crecimiento de la atención de los ciudadanos a las ofertas de los canales autonómicos, “con formatos y tendencias -dice- en constante evolución. Pero el interés por los contenidos cercanos que afectan al día a día de la gente, sigue más vigente que nunca”. Se apoya la Federación en el número de producciones audiovisuales registrado el pasado año, doscientas ochenta, un indicador claro de esas expectativas. Cierto que luego habrán de despejar las dudas que suscita la negociación con las plataformas digitales a la hora de calibrar los costes de emisión pues en algunos casos el canal propietario suele verse obligado a retirar el contenido audiovisual de sus propias plataformas. La gestión y explotación de derechos es una asignatura sujeta a cierta controversia, pues los costes económicos de los contenidos han de verse compensados por la mayor difusión de una serie o de un conjunto de programas, garantizándose el cumplimiento del servicio público que inspira las prestaciones de un medio de comunicación autonómico.

Bien. Si cambia la percepción que se tenía de la consideración de las emisoras audiovisuales autonómicas ya podrán esmerarse sus responsables, en el nuevo ciclo político que se avecina, en ofrecer una programación de calidad, con productos fiables, creíbles, interesantes y que respondan a unos patrones de solvencia mediática y competitiva que no contribuyan a la tendenciosidad ni a la vulgarización, sambenitos que arrastran. Procede en algunos casos aclarar estructura organizativa, modernizar la gestión y transparentarla. Ya lo saben: una buena parte de la ciudadanía dice que estos medios son necesarios. Aprovechen la brisa.

HERÁLDICA SOBRE LA HISTORIA DE: La Orden de los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores


José Peraza Hernández

Los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, también conocidos como "amigonianos", en recuerdo de su fundador, es una Congregación creada por Monseñor José María Amigó y Ferrer.

Nació este fundador en Masamagrell (Valencia), el 17 de octubre de 1.854, en un hogar de rancio abolengo cristiano, donde se crió en unión de sus hermanos Emilio, Julio, Genoveva, Josefa y Rosa. Contando diecisiete años, murieron sus padres y José María y sus hermanos fueron recogidos por un sacerdote que se encargó de su educación.

A esa edad, en la que otros muchachos entienden tan sólo de las cosas mundanas, se despertó un acusado interés por los problemas sociales, un interés que lo acompañó durante toda su vida. Convenció a algunos amigos para que lo acompañaran a la Escuela de Cristo y siguiendo las directrices que allí se impartían dedicó todo su tiempo libre a atender a los enfermos en los hospitales, a catequizar y alfabetizar a gentes de las barracas y a visitar y ayudar, en la medida de sus posibilidades, a los presos en la cárcel. Data de esta época su admiración y amistad con Gregorio Gea, fundador del Patronato Obrero de Valencia y gran impulsor de diversos programas católico-sociales que se fueron desarrollando en esta ciudad a partir del último cuarto de siglo XIX.

Movido por un intenso deseo de entregarse a Dios y a la ayuda del prójimo, José María decidió hacerse religioso. Este fue el motivo por el que tomó la decisión de trasladarse a Francia e ingresar en los Capuchinos.

Al tomar el hábito, y siguiendo la costumbre de la época, cambió su nombre de pila por el de Fray Luis de Masamagrell.

Pasados tres años de su estancia en Bayona, decidió regresar a España con los primeros religiosos que volvían al suelo patrio tras la desamortización de Mendizábal. El primer lugar donde desarrolló su actividad evangelizadora fue Antequera, para pasar después a Montehano, en la provincia de Santander. Ambos lugares fueron testigos de la labor del joven capuchino. Fue precisamente en el último pueblo mencionado donde fue ordenado sacerdote (año 1.879).


Como sacerdote, una de sus ocupaciones era visitar regularmente la cárcel de Santoña, poniéndose en estrecho contacto con los presos. Y fue ante el espectáculo que contempló en aquel penal donde niños y jóvenes compartían celdas con los mayores, viviendo en espantosa promiscuidad, siendo los más débiles objeto de toda clase de humillaciones por los más fuertes, lo que despertó, en el padre Amigó no el deseo, sino la necesidad, de hacer algo por ellos. E hizo todo cuanto estuvo en su mano en su ansia de dulcificar y hacer más llevadera la existencia a aquellas gentes, muchas de las cuales eran más dignas de lástima que de condena.

De Montehano fue traslado a Valencia, en el año 1.881, ciudad de la que había salido casi ocho años atrás. Desde el convento de la Magdalena, en Masamagrell, reemprende sus tareas apostólicas y toda la comarca valenciana conoce muy pronto la labor del capuchino.

Su preocupación principal continuó siendo las clases más necesitadas y marginadas, entre las que se contaban las visitas a la cárcel. Precisamente el penal de San Miguel de los Reyes constituye uno de los sitios a los que dedicó más atención. Comprendió que los presos estaban necesitando ayuda y con un grupo de jóvenes, formados en las Escuelas de Cristo, emprendió una labor social con los presos. Contando treinta años, funda, en el Santuario de Montiel (Benaguacil), a las hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, a las que destina, de acuerdo con su constante preocupación social a cuidar a los enfermos más desamparados e hijos de familias necesitadas.

Cuatro años más tarde funda, también en Valencia, a los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores para que se preocupen de educar cristianamente y reinsertar en la sociedad a los jóvenes marginados.

Los Terciarios Capuchinos con su trabajo educativo, elaboraron a principios de siglo un método educativo para la recuperación de los menores con problemas de conducta y participaron activamente en la elaboración de la primera Ley Tutelar de Menores de España y en la implantación de los Tribunales Tutelares.

A los cincuenta y dos años de edad, monseñor Amigó fue nombrado obispo de Solsona y más tarde de Segorbe. Su actividad no varió en lo más mínimo en su trato afable y sencillo y su apoyo en los movimientos católicos en favor de agricultores y obreros. Como obispo, monseñor Amigó continuó atendiendo a todas las congregaciones que había fundado y que se iban extendiendo por todo el mundo, trabajando en un campo tan difícil como es el de la educación de los jóvenes. En el año 1.934, próximo a cumplir los ochenta años, su salud se quebrantó de forma alarmante. Trasladado a Godella, a la casa de Terciarios Capuchinos, moría plácidamente el día 1 de octubre. Tres días más tarde era enterrado en Masamagrell en la Iglesia de las Terciarias Capuchinas.

Hoy, siguiendo las directrices que marcó su Fundador, los Terciarios Capuchinos dirigen su misión principalmente a aquellos niños y jóvenes que, por mil razones, han tropezado en la vida o no han encontrado su camino, que la desgracia ha aventado y el vicio o la droga prostituido. Su acción educativa y terapéutica abarca la totalidad de la persona y la causa o circunstancias que hayan podido desencadenar las situaciones difíciles que ellos presentan, sean familiares, sociales, sicológicas, etc. Esta labor la llevan a efecto en centros de readaptación, de protección o preservación, de observación y diagnóstico, de acogida, en hogares o casas de familia, en escuelas profesionales o agrícolas, en comunidades terapéuticas, en consultorios sicopedagógicos, en residencias juveniles, en barrios marginados, etc.

El objetivo principal de los Terciarios es promover el desarrollo integral del menor, procurando su realización individual y su progresiva readaptación y reinserción en su medio sociofamiliar, ayudándole a adquirir madurez y autonomía. Abarcan cuantas actividades ayuden a liberar a los jóvenes de la problemática en la que se hallan inmersos, sea personal, social o familiar. Especial interés tienen las actividades deportivas, ocupacionales, culturales, de formación profesional, cívicas, humanas, catequéticas, etc.

Atentos al devenir de los tiempos, y a la diversidad de lugares y culturas, los Terciarios Capuchinos organizan y planifican su acción en un sistema coherente y progresivo cuyas características más notables son: conocimiento exhaustivo del menor; la atención en una terapia individualizada, gradual y dosificada, respetando el tiempo de todo proceso reeducativo en sus fundamentales y progresivas etapas, trabajando en pequeños grupos en ambiente agradable, abierto y familiar.

Los Capuchinos Terciarios desarrollan sus actividades en trece naciones de Europa y América.

LOS MUERTOS SALEN DE DÍA


Clara Lecuona Varela

Jim Morrison murió un mes antes de yo nacer.
Le cantó a una mujer llamada Clara.
Quiero pensar lo hacía para mí.

El Papa se voló la cabeza.
Al final fue sólo un hombre destrozado.

Colgó los guantes,
dijo Adiós a las Armas.
Excepto a la única que necesitó.

Quiero pensar estoy junto a él.
para decirle:

Es mentira, Ernesto.
Es mentira.
Guarda el arma.
En cualquier caso, separa muchas balas
no sea toquen a la puerta.

Silvia Platt decidió introducir su cabeza en el horno.
El mismo donde se deleitó
haciendo confituras de manzana.

El viejo Tolstoy también nos visita
y sonríe mientras

Edgar se despide sobre un charco.
Un pequeño charco de agua

Un día comprendí que estaba sola.
midiendo hacia atrás las horas.
Como un laberinto.

No sé si al final alcanzaré a ver algo más.
Por el momento.

Jim Morrison y yo coleccionamos muertos.
Cierro los ojos

Él acaricia mi pelo, lo cubre
con unas extrañas flores que se me antojan violetas.
y canta:  Clara.

Un mes antes de yo nacer.

UN CANARIO EN MÉXICO


Juan Calero Rodríguez

Tal parece que con el exceso de información que disfrutamos, trae consigo cerremos las puertas a lo cotidiano, perdiendo la huella del que encuentra otro futuro profesional, como el barco cuando zarpa del puerto y en el agua siguen las ondas de siempre, como si no hubiese estado, salvo que deje un mal recuerdo como la mancha de grasa que tarda en diluirse.

Conocí personalmente a Samir Delgado en el Encuentro de Escritores Canarios celebrado en La Orotava, en 2016, digo personalmente porque cuando aquello se hablaba mucho de su obra. Recuerdo que como interlocutor era un verdadero imán atrayendo con fuerza huracanada el interés del arrabio embobecido en que nos convierte a los demás. A la hora de almuerzo nos dijo en una conversación a tres que no podía compartir más tiempo con nosotros porque esa tarde se iba para Madrid. Luego supe que había ido a trabajar a México. Y perdí su estela. Supongo que algo parecido ocurriera en el resto de la comunidad literaria en Canarias, porque no escuché hablar más de Samir Delgado durante un par de años. Posteriormente surgió la amistad por las redes sociales, hasta hace poco en que publicó un primer artículo en su nueva columna de un periódico provincial canario y dio motivo a esta entrevista.

¿Qué es para ti, México y qué ha significado cambiar tu mundo canario por el mexicano?

La experiencia mexicana está significando un revulsivo vital para desarrollar nuevos horizontes de compromiso cultural sin tener que renunciar al vínculo permanente con las islas. Desde la condición de nuevo emigrante resulta más cercana la posibilidad de habitar varios lugares a la vez y participar en diferentes tradiciones literarias que constituyen un espacio común de mayor envergadura. Ver Canarias desde México confirma su excepción como referente tricontinental de una insularidad predestinada a ser cosmopolita. Y México habitado desde la condición de residente extranjero también resulta apasionante por que se repiten episodios históricos que permanecen en el imaginario colectivo de ambas orillas.

¿Qué opinas de la sociedad mexicana tan extremadamente polarizada y complicada?

La actualidad mexicana tiene su lado positivo, por ser un país extremadamente amplio y diverso no se puede reducir a los lugares comunes de la prensa y de la política oficial. Todos los días suceden cosas maravillosas y una gran parte de su población vive en una suerte de alegría cotidiana que refleja el valor ético, la educación cívica y la altura cultural de una República latinoamericana del siglo veintiuno. Los nuevos tiempos de la sociedad mexicana se inclinan favorablemente a la superación del lastre de la corrupción generalizada y la posibilidad de incorporar nuevos rumbos de cambio social a beneficio de las mayorías. Un ejemplo en medio del desastre está siendo la reivindicación cultural de las identidades indígenas y una nueva generación de jóvenes mexicanos que deberán tomar el pulso a Estados Unidos y encontrar un futuro mejor sin depender de la sombra del imperio.

Samir, como autor has editado varios libros de cuentos, ensayos y poemarios con los que has obtenido premios en varios concursos en Canarias y la península; hoy en día, cuando accedemos a cualquier información mediante un aparato que llevamos en el bolsillo y las redes sociales anulan hasta la omnipresente televisión ¿Vale la pena seguir escribiendo? ¿Qué significa para ti escribir?

La escritura es una forma intensificada de vivir, más allá de los tópicos sobre la imagen de los escritores y el mundo aparte de los libros en medio de la vorágine de los más media, la escritura sigue siendo una conciencia iluminadora de estar vivos. El problema de los nuevos analfabetismos y de la ausencia de la literatura en la vida cotidiana de la ciudadanía se encuentra en la pérdida infinita de las posibilidades de experimentar el milagro de la vida.   

De todos los géneros abordados ¿con cuál te sientes más cómodo y por qué?

Siempre he tenido predilección por el género poético al subrayar con su lenguaje un mayor potencial de experimentación. Aunque la narrativa me parece imprescindible para asumir el desafío de estar vivo. Muy lejos estoy de la novela negra y de todo producto cultural que tenga algo que ver con la autoayuda o los bestsellers. Por otro lado, el ejercicio del periodismo cultural me ha brindado un apasionamiento por los otros que me ha alejado del aislamiento crónico de las élites literarias.   

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Samir Delgado nació en Las Palmas de Gran Canaria hace apenas cuarenta años. Condensando un poco su sustancioso currículo diremos que además de escritor y poeta es Licenciado en Filosofía y Maestría de Investigación en Prácticas Artísticas y Visuales; Investigador especializado en arte y literatura contemporánea, desarrolla proyectos internacionales en festivales y espacios de cultura en Europa, Estados Unidos y América Latina; gestor cultural de festivales internacionales; profesor en el Instituto Autónomo de Artes Modernas INAAM, en Durango; coordinador del Aula de Literatura de la Universidad Juárez y fundador del proyecto “Tren de los poetas” Estación Internacional de Poesía Contemporánea. También ha sido locutor de radio y director de escena, colaborador habitual de medios de prensa escrita y digital tanto en España como en México. Coordinador del Encuentro Internacional de Literatura 3 Orillas (2007-2016).

¿Mantienes un método de trabajo o lo haces por impulso emocional del momento?

Desde hace años la escritura diarística ha significado una metodología cotidiana, el día que no se escribe es un día abocado a la extinción de la memoria, aunque es verdad que pueden pasar semanas sin llegar a concretar un solo poema y de repente surge el repentino flujo de creatividad que puede durar días, semanas. He escrito libros enteros bajo esa determinación caótica, bastante anarquista. Todos los días sucede la posibilidad inaudita de escribir y ese es el camino a explorar sin abandonar en ningún momento la perplejidad ante la vida y la belleza de estar vivos.

Hoy en día cuando apenas se hace crítica literaria, o, mejor dicho, se ha convertido en mera complacencia entre amigos ¿qué valor puede tener?

He leído recientemente la correspondencia entre Octavio Paz y Tomás Segovia que duró décadas a pesar de las interrupciones y la lejanía entre ambos autores. Y me di cuenta de que la crítica literaria es una forma de amistad donde la coherencia y el deseo de compartir una verdad implica unos valores de transparencia y de sinceridad. Las generaciones de escritores están abocadas al silencio de la crítica cuando no existe un ambiente cultural propicio para el progreso y el diálogo entre los coetáneos de un tiempo y un lugar. En Canarias sucede exactamente el peligro de ese silencio, por eso considero que hay que cultivar las buenas amistades que conllevan el rigor ético y la pasión por la literatura.

Como lector, ¿qué prefieres, la novela, testimonio o poesía?

Siempre que entro a una librería busco con pesar la lejana estantería de la poesía y eso evidencia el abandono generalizado de la cultura, en mi etapa de estudiante cada día tomaba en préstamo hasta cinco libros distintos, entre novelas y ensayos de filosofía, los leía de un modo voraz y ácrata, hasta que asumí el hecho relevante de que lo importante era ser lector y aprender a ubicarse en cualquier conversación en medio del umbral de incertidumbre que representa la información de Internet.  

¿Qué autores te han marcado más?

Sin duda Julio Cortázar y Federico García Lorca. Y entre los autores canarios Manuel Padorno y la generación surrealista de Gaceta de Arte, tengo una convicción de fe sobre la existencia de una literatura nacional canaria, atlántica y tricontinental, todos los días descubro en otros autores como Derek Walcott o Lezama Lima que también pertenecemos al Caribe y que hemos sido los otros en la trastienda sur de Europa. He leído por rachas de temporada buena parte de la literatura europea y latinoamericana del siglo XX, y cada vez siento una admiración y curiosidad creciente hacia autores árabes o africanos, de la cultura querer o de las minorías indígenas. Todas las literaturas tienen a un Rimbaud por descubrir.

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Samir frecuenta como artista invitado y conferenciante a eventos internacionales, hasta el momento ha sido llamado a eventos en Estados Unidos, México, Colombia, Cuba, Alemania y Palestina, como también ha sido traducido al inglés, portugués, alemán, rumano, italiano y árabe en revistas especializadas.

¿Ha incidido la actividad periodística en tu quehacer?

La oportunidad de realizar crónicas de la vida cultural canaria y de hacer reseñas de libros y entrevistas a autores de cualquier procedencia y condición ha significado una oportunidad para ejercer la escritura de un modo existencial, una forma de vida. Se vive como se escribe, eso es real y maravilloso.

Y, por último, como descendiente de otras culturas donde es inevitable su influencia en nuestra formación como persona, ¿mantienes intacto el sentimiento canario?

En todas partes defiendo la identidad canaria como una forma de rebeldía, es más una conciencia que un sentimiento, las islas tienen el don de ofrecer la pertenencia a su destino a través del nacimiento o de la adopción, y creo que mi compromiso con las islas no ha sido tanto por haber nacido en ellas, más bien por una adopción tardía, al tomar conciencia de sus problemáticas ecológicas y sociales. Viviendo fuera se siente de un modo más radical y libre la identidad canaria.   

Para terminar esta entrevista hecho un vistazo a sus más recientes actividades y veo que no para en su quehacer, por ejemplo, ser llamado al proyecto expositivo “Roja Melancolía” en la capital de la India, conferencias y presentaciones en diversos puntos de la extensa geografía de México, aparecer un nuevo ensayo sobre la colección de arte suizo "Parket" en una revista peruana y de nuevo, Estados Unidos, esta vez en diversas lecturas en Boston y Nueva York para abril de este año.

APOCALIPSIS


Teresa González


Ojos verdes

que en el carrizo

se calcinan de sus hojas      


Fauna de mis venas

que se apagan tus colores   

de arcoíris con el fuego


Ojos míos en la multitud     

que socava sus restos

el ombligo de  la Tierra    


Esfera universal

que te pulverizas

con su lengua incandescente       

en el finito de la vida

jueves, 28 de marzo de 2019

¡QUÉ MODALES!


Salvador García Llanos

Difícil decir qué ha exhibido el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, con su declaración alusiva a una manifestación del innombrable. ¿Músculo, ganas de confrontación, autoridad exacerbada, poderío, soberbia, un alarde de chulería o mero fragor dialéctico propio de la precampaña electoral? Difícil.

Salvo dar pie a que se cumpla, una vez más, aquella frase acuñada, “en la derecha todos se saben lo de todos”, las palabras de Aznar no pasan inadvertidas. Va el innombrable y suelta que “la izquierda ha llevado al rincón a la derechita cobarde”. El ex presidente se da por aludido y replica: “A mí, mirándome a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde porque no me aguanta la mirada”. Uno, minimizando a todo un espacio político. Otro, luciendo rostro de pugilista sobrado.

En fin, que no parecen modales muy edificantes los suyos. Cierto que, conscientes de que la fragmentación del espacio y que tres luchando por su conquista significa una contrariedad, hacen esfuerzos por aglutinar, pero lucir esos arranques dialécticos, aparte de reflejar algunos rasgos de la personalidad política, se presta a interpretaciones que parecen no muy favorables, ni siquiera entre los más fieles.

Aunque luego se den un abrazo y pelillos a la mar hasta la próxima colisión. Pero un poquito de humildad no vendría nada mal, ¿verdad?

miércoles, 27 de marzo de 2019

DE VERDAD QUE DESBLOQUEAN EL BOTÁNICO?


Salvador García Llanos

En unas fechas plagadas de anuncios y propósitos, de intenciones y previsiones, no pasa inadvertida la aspiración de desbloquear la ampliación del Jardín de Aclimatación de La Orotava, popular Jardín Botánico del Puerto de la Cruz, hecha por el director del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), quien estima que sus planes son los de poner en marcha tal ampliación por todo este año 2019.

Si eso se produjera, se pondrá punto final a un larguísimo proceso de más de treinta años caracterizado por la inacción y la incapacidad para hacer realidad una actuación que parecía o parece maldita. Nos hemos ocupado en numerosas ocasiones de un problema en el que si hubo voluntad política para solucionarlo, no se ha notado. Hemos escrito casi todo lo que se puede decir de una prolongación o de una paralización que han frenado el desarrollo de un recurso científico, turístico y social que, en una ciudad donde escasean, ha mermado, cuando menos, una opción que seguro miles de personas hubieran agradecido.

El caso es que las obras, iniciadas en 1988 y pendientes de concretarse desde hace cinco años, han sido formalmente recibidas. Ahora se trataría de adjudicar la gestión de las nuevas dependencias que acogen varias salas multiusos, una tienda y un restaurante. Eso comporta la convocatoria de un nuevo concurso. Por lo tanto, aún hay que cumplir con trámites y confiar en que estos se desarrollen sin sobresaltos. Se admiten las buenas intenciones, pero faltan los hechos: es lo que el pueblo portuense quiere contrastar.

Recordemos que el Botánico es un Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Jardín Histórico. Tan solo por eso debería tener un tratamiento más sensible. Y eso significa que desde las administraciones responsables pongan el máximo interés para desbloquear la situación. Lo contrario sería prolongar la desidia.

martes, 26 de marzo de 2019

HERÁLDICA SOBRE LA HISTORIA DE: La Congregación de los Hermanos Menesianos


José Peraza Hernández

Esta congregación religiosa tiene una fecha, el de junio de 1.819 que jamás olvidarán cuantos en ella se encuentran integrados.

Porque es entonces cuando Juan María Robert de la Meninas, Vicario Capitular de Saint-Brieuc y Gabriel Deshayes, párroco de Auray y Vicario General de Vannes, se ponen de acuerdo y ambos firman en Saint Brieuc el tratado de unión que les asegura la convergencia de sus esfuerzos y que no son otros y según sus palabras, que luego confirmaron con sus hechos, "de procurar a los hijos del pueblo, especialmente a los del campo bretón, maestros profundamente piadosos".

Pero maestros que no solamente enseñen la religión de Cristo, sino también educadores que hagan salir a la masa de campesinos del abrumador analfabetismo en que se encuentran. Para resumirlo con muy pocas palabras: enseñar al que no sabe. Así de fácil y así de sencillo sobre el papel, pero más difícil de lo que pueda suponerse en la práctica si se tiene en cuenta la época en que esta congregación fue fundada. Que se iban a encontrar con numerosos inconvenientes en su camino, no lo ignoraban ninguno de los dos fundadores, pero animados por su fe, no dudan en entregarse con todo su ardor a la obra naciente. Para eso, la primera emisión del voto de obediencia tiene lugar en el retiro común de Auray, el 15 de septiembre de 1.815. Ahora lo que resta es el trabajo, la labor misionera de educación llevada hasta sus últimos límites sin reparar en los sacrificios y menos en los inconvenientes humanos. Es por eso que la naciente Congregación de los Hermanos de la Instrucción Cristiana crece rápidamente. Pero hace falta un centro. Y es Francia a la adquisición de un edificio por el Padre Deshayes, como el Padre de la Mennais convierte a Ploermel, a partir de noviembre de 1.824, en el centro de la Congregación.

Naturalmente, en un principio, las condiciones fueron muy precarias y no hace falta hacer un gran esfuerzo de imaginación para saberlo. Numerosos obstáculos se hacen presentes y, sin embargo, la nueva Congregación, animada por sus fundadores, se pone en movimiento y del centro parten los jóvenes para llevar a las regiones más abandonadas de Francia no sólo la luz del Evangelio, sino también movidos por la intención de enseñar las primeras ciencias profanas. Hay que enseñar a leer y escribir a los que no saben.

¿Francia solamente? No, esto sería reducir su campo de acción y lo que la nueva Congregación desea es hacerse presente en todo el mundo porque sus fundadores no ignoran que la ignorancia es general en muchas partes y esa ignorancia es a la que hay que vencer siendo aquel que la recibe blanco, negro o amarillo, que el color de piel no cuenta para el verdadero cristiano. Así que son muchos los jóvenes miembros de la Congregación los que, impulsados por su entusiasmo, cruzan el océano y los mares, para llevar a los pueblos atrasados de América, y África los conocimientos de los que tan necesitados se encuentran.

Debió ser una lucha titánica, pero la Congregación continuó adelante.

No obstante, y aunque ya en la plena seguridad de futuro del Instituto al que ha consagrado su vida, y rodeado del afecto de los ochocientos cincuenta y dos Hermanos y de las Hijas de la Providencia de Saint Brieuc, una Congregación religiosa que también ha fundado Jean Maríe Robert de la Mennais piensa que la obra todavía no es completa, que no ha hecho bastante. Acaso ya adivina que la muerte lo reclama y antes de abandonar la vida terrenal, dice al hermano Cipriano, algunos días antes de su final como ser animado, hecho que ocurre en Ploermel el 26 de diciembre de 1.860: "Hijo mío, a tí te encargo que termines mi obra".


Por su expreso deseo y respetando su memoria, los Hermanos de esta Congregación, fieles a las intenciones de su fundador (Hay que decir la expresión "su fundador" con que se designa a Juan María Robert de la Mennais, es porque Gabriel Deshayes, elegido en 1.821, Superior General de la Compañía de María (Monfortianos) le dejó la dirección efectiva de los Hermanos de Ploermel, permaneciendo como su superior hasta su muerte en la fecha que ya ha quedado citada) pues bien, los hermanos de la congregación se esfuerzan en su labor, impartiendo en las escuelas la educación cristiana y la instrucción a la juventud.

El apostolado misionero que dio comienzo en el año 1.837, continuó en la misma línea en Guadalupe, Martinica, Senegal, Guayana, San Pedro y Miquelón, Tahití y Haití.

Cierto que los acontecimientos de la política francesa repercutieron en ellos y cuando se vieron expulsados de la mayor parte de los territorios mencionados, ni dudan en trasladarse a Canadá. Quede perfectamente claro que nos estamos refiriendo a épocas ya felizmente superadas, no a la actualidad. Esta advertencia debe hacerse para que no existan malos entendidos.

En el año 1.876, la Congregación ve reforzadas sus filas por una doble adhesión: La de los Hermanos de Gascuña en el año citado, Congregación fundada por Monseñor de la Croix d'Azollete, Obispo de Auch, y la de los Hermanos de Santa María de Tinchebray, fundada por el sacerdote Charles Agustín Duguy. Pero las malas épocas no han pasado para la Congregación: en el año 1.903 es abolida y expoliada en Francia lo que hace que el número de Hermanos descienda de dos mil doscientos a poco más de un millar. Más no por eso los que quedan pierden su fe, ni se desaniman, ni renuncian a la meta que soñaron sus fundadores.

La Congregación consiguió mantenerse en su país de origen, Francia, merced a que muchos de sus Hermanos no se sienten vencidos y desafían los peligros y las posibles sanciones, trabajando en la clandestinidad.

Buscando nuevos campos de acción, la Congregación se implanta en Bulgaria, Turquía y Egipto. Su desarrollo cada día es mayor en Canadá donde ya estaba presente a partir de 1.886. Se establece en España, Inglaterra y los Estados Unidos. Pero existen otros países que están más necesitados de la labor de la Congregación y así, esta se va extendiendo por África, Uganda, Tanzania, Seyllelles, Kenia, Ruanda, Burundi y Zaire, y en América, Argentina, Uruguay, Chile, y en Asia, el Japón.

Los Capítulos Generales sucesivos, paralelamente a la extensión territorial del Instituto han complementado su organización he insistido sobre la unidad fundamental que existe entre la vida religiosa y el apostolado.

La Congregación ha sabido adaptarse a los tiempos y por eso, superiores y hermanos han comprendido que la eficacia de la acción depende un mayor nivel de cultura, así como de una profunda vida espiritual alimentada por los conocimientos bíblicos y teológicos.

lunes, 25 de marzo de 2019

GOTARREDONA


Evaristo Fuentes Melián

Ramón Gotarredona Prats fue en 1961 Capitán General de Canarias y África Occidental Española, con sede en Capitanía SCTF. Era un hueso con los oficiales a sus órdenes, mientras que a la tropa sin graduación la trataba digamos, dentro del ámbito  militar, lo que podemos considerar hasta con cariño. Gotarredona era un hombre recio, duro y firme, como corresponde a un jefe militar de vocación incuestionable.

Y  voy a contar una anécdota: estaba un miliciano alférez de la IPS (que fue aquel desaparecido acuartelamiento de verano para estudiantes universitarios, que estaba enfrente del aeropuerto de Los Rodeos), de una familia muy conocida en Tenerife, cuando en una de las maniobras o marchas militares  iba en un esbelto caballo, mientras que la tropa sin graduación lo acompañaba a  pie, caminando, como dice el refrán “en el coche de san Fernando, un ratito a pie y otro ratito andando…”.

Pero tuvo el alférez de marras, la mala fortuna de que, en una de esas maniobras o marchas, se tropezó de improviso, nada menos que con el Capitán General Gotarredona. Y al percatarse el general del señoritismo del alférez--- él a caballo y  los demás ‘guripas’ a pie---, le hace bajar de la montura y encarga a uno de los soldados que se lleve al cuadrúpedo a su caballeriza. Pero el soldado tuvo la mala fortuna de ser pisado en un pie, por una pata con herradura de aquel ‘Rocinante’ de ocasión, lo cual le llevó a la enfermería, y gracias a Dios sin males mayores, fue dado de alta al poco tiempo.

Y así se escribe la historia.

Espectador

sábado, 23 de marzo de 2019

EL TRONO DE LAS PENURIAS


Lorenzo de Ara

En uno de sus libros, Fernando Savater relata cómo los primeros cómicos de la antigüedad iniciaron lo que incluso hoy se celebra con notable éxito. Reírse de los filósofos. En los teatros, calles, plazas, ágora, los caraduras (también inteligentes) provocaban la risotada del público/vulgo con imitaciones o alusiones a Sócrates y Platón, principalmente. Mofarse del que piensa es algo muy corriente. En Grecia se ejercía con frenesí.

La patria de la filosofía y donde alumbró la democracia, era más partidaria de los cómicos histriónicos que del bla, bla, bla de Sócrates, para ser pocos días después (es un decir) acusado de prostituir la mente de los jovencitos atenienses. ¡Cicuta!

La cultura (¿se le ocurre al lector otra palabra?) de la risa fácil que genera el pensador entre el votante/vulgo, continúa vigente y no pierde fuerza.

Los periodistas son destripadores de primera. Los grandes medios de comunicación son armas de guerra que cortan y descuartizan. A los periodistas y medios de comunicación se unen las redes sociales. Así se configura un ejército invencible.


Leer a Kant es una pérdida de tiempo. Lo mismo pasa si coges el libro de Ortega y Gasset de la estantería. ¿Qué haces con Nietzsche? ¿A qué esperas para quemar ese libro de John Stuart Mill? ¿Por qué animas a tus hijos a que no desperdicien la ocasión de leer “El banquete” de Platón?

Hasta sorprende que Cayetana Álvarez de Toledo decida morir en Cataluña. Ella no quiere ser mártir, pero sabe que la despedazarán. Hasta los suyos.


Y es que una sociedad que ha elegido a Pilar Rahola (Salvador Sostres lo recuerda) para desempeñar el papel de sacerdotisa suprema del bien, no es que tema la llegada de la mujer inteligente, es que está preparada para matarla con la risa que solo las hienas dominan desde que echan a correr por las Ramblas.

Pensar es un error. Y se paga caro. Si usted pertenece al grupo de los que habitan en la casita del perro guardián, tiene garantizado, que lo sepa, no el éxito, pero sí la alegría de ver cómo serán los suyos los que ocupen el trono de las penurias.

BARRIOS, EL TIGRE


Salvador García Llanos

José Antonio Barrios, el Tigre (Ediciones Aguere e Idea) es el título del libro de Rafael Lutzardo en el que glosa la biografía humana y deportiva del que fuera destacado jugador tinerfeño, internacional olímpico. La obra será presentada el próximo lunes 29 de abril en el Casino de Tenerife. Este es el prólogo:

"Los más jóvenes bromeaban con él, en la cancha y fuera de ella, cuando le veían alardear, en un salto, en un choque, en un esprint...

-¡Tigre! La voladora...

(Alusión irónica a algún estímulo externo, a algún elixir secreto que alargaba los valores de su garra y de su potencia).

Barrios, a José Antonio Barrios Olivero le apodaron el Tigre. Desde que en la calle San Juan Bautista, en el capitalino barrio de El Toscal, jugaba, entre otros, con Justo Gilberto, Luzbel y Jorge Fernández, atentamente observados por Enrique Sanfiel, el Sordo, entrenador inolvidable que llegó a ser Campeón de España de Aficionados, desde entonces Barrios ya enseñaba su poderío, unas aptitudes físicas portentosas.

Si además de correr y de no dar un balón (o una pelota) por perdida, metía goles, ahí fraguaba el delantero. Se comprobó cuando ingresó en los juveniles y en el Tenerife Aficionado. Bullicioso era un adjetivo que utilizaban mucho los cronistas de la época: así le calificaban, porque, en efecto, no paraba, lucía una viveza fuera de lo común. El Tigre se perfilaba como un futbolista distinto que se proyectaba a base de brío y garbo, de superar las marcas más crueles, de remates inverosímiles y de goles de todas las facturas que celebraba primorosamente.

Por eso le llamó Riera, para que debutase en el primer equipo, con dieciocho años, cuando Erasto fue baja por lesión. Después, Ramón Cobo le renovó la confianza y Barrios se hizo un fijo. Fue mediados los sesenta del pasado siglo, con la Segunda división dividida en dos grupos, norte y sur. La alegría de ser Pichichi en el sur fue menor cuando, al registrar un punto menos, que el Mestalla, el Tenerife perdió la categoría.

Pero después daría un salto deportivo importante. El pasado mes de octubre se cumplió medio siglo de aquella participación en el equipo nacional que disputó los Juegos Olímpico de 1968. España ganó dos partidos (contra Brasil y Nigeria) y empató con Japón que, al final, sería medalla de bronce, arrebatada a los anfitriones. El seleccionado hispano perdió precisamente con México (2-0) en cuartos de final.

Tras el entorchado olímpico, a su regreso, suscribió ficha profesional con el Tenerife. Veinticinco mil pesetas de la época. “Fui corriendo a ver a mi madre, quien creyó que las había robado”, confiesa espontáneamente mientras repasábamos algunos episodios de su trayectoria. Su identificación con el equipo de la tierra, naturalmente, se acentuó. Domingo Ledesma le ayudó muchísimo. De él habla con apreciable afecto, igual que de Julio Plasencia, su orientador en los infantiles Weyler y Toscal. Con el reajuste de las categorías, jugó once partidos en Tercera división, hasta que en diciembre de aquel 1968 fue traspasado al Granada, entrenado por el francés Marcel Domingo, y en el que ya figuraba el arquero tinerfeño Cipriano González Rivero, Ñito. En aquella plantilla, que terminó en octavo lugar de una Liga de dieciséis equipos y en semifinales de la Copa (donde cae con el Athletic Club de Bilbao), también se integraban Ruiz Sosa, Porta y Vicente González.

Tres años y medio permaneció Barrios en la ciudad de La Alhambra. Los técnicos del Barcelona se fijaron en él. A estas alturas, el jugador ya ha completado sus perfiles: rompedor, valiente, moledor, capacidad rematadora... un auténtico 'saco de los golpes'... para Johann Cruyff, indiscutible estrella blaugrana. El Tigre jugaba de espaldas y el holandés se beneficiaba -y mucho- del aguante del tinerfeño, con quien se abrazaba efusivamente cuando anotaba. Barrios hizo doce goles en los dos años que jugó en el Barça. “Marinus Michels, el mejor entrenador que he tenido”, confesó.

Próxima estación: Alicante. Cuatro años. Posiblemente, el mejor Hércules de su historia, con Arsenio Iglesias Pardo al frente, un meritorio quinto puesto en la Liga. El Abrelatas, otro apodo. Allí coincidió con Juanito el Vieja. La dupla isleña del Hércules causaba estragos. Aún es recordada en la ciudad mediterránea.

Muy cerca, en Valencia, le aguardaba el Levante Unión Deportiva, en Tercera, donde estuvo dos temporadas, una de ellas la del ascenso. Ya hacía gala de su veteranía.

Y el retorno a Tenerife, temporada 1980-81, con José López Gómez en la presidencia del club y Justo Gilberto aún con gasolina para transitar por el 'callejón del 8', cuando aún no estaba bautizado así por el periodismo especializado. Jugó gratis. Ahí le conocimos y le tratamos, descubriendo sus rasgos y su personalidad. En las transmisiones para Radio Popular de Tenerife, seguíamos hablando del 'saco de los golpes'. A su lado, los jóvenes lucían habilidades y le respetaban al margen de la cancha. Por su entrega y por su trayectoria, el directivo Guillermo La Serna redactó una carta proponiéndole como director deportivo.

Tras abandonar el Tenerife, viste los colores blancos de la Unión Deportiva Orotava, su último equipo. Le convencieron el doctor Buenaventura Machado, presidente; y Nolito Sánchez, preparador. Volvió a hacer gala de su entrega, tal fue así que los rectores del club de la Villa le confía la dirección técnica. En un viaje a La Palma, coincidimos antes de un encuentro con el Mensajero: Barrios seguía siendo puro nervio, continuaba enseñando durante el almuerzo y se desgañitaba en el banquillo como si de un principiante se tratara.

Demasiada experiencia atesoraba como para que Javier Pérez no le reclamara. En la temporada 1986-87, acepta la vicepresidencia de lo que fue el germen de una etapa histórica del Club Deportivo Tenerife: Alternativa. Junto a Benito Joanet, Martín Marrero, Feria y Andrés Mateos forja un dirección deportiva de lujo.

Esta es su vida, a grandes rasgos, la que ha querido desgranar Rafael Lutzardo en este volumen en el que reúne opiniones y testimonios que acentúan la trayectoria de un un futbolista singular, todo corazón y todo entrega. No es exagerado decir que estamos ante una auténtica leyenda deportiva. Los textos con que Luis Padilla, Juan Galarza, José Manuel Pitti y José Antonio Pérez, primeras firmas y voces del fútbol albiazul de los últimos tiempos, desmenuzan en las siguientes páginas sus cualidades, sus números, sus hitos y sus interioridades así lo acreditan.

-¡Tigre! La voladora...

Resuenan aún las expresiones de ánimo y admiración que subrayaban aquella pasión de un delantero al que no importó hacer de 'saco de los golpes', de blanquiazul, de rojiblanco, de blaugrana o de olímpico con tal de que su equipo saliera beneficiado".

viernes, 22 de marzo de 2019

HERÁLDICA SOBRE LA HISTORIA DE: La Orden Agustiniana


José Peraza Hernández

Dios escribe derecho con renglones torcidos". Posiblemente, jamás podría afirmarse esto con mayor razón que referido a San Agustín fundador de la Orden Agustiniana, que comenzó un tanto torcido en sus dudas y vacilaciones, incluido el maniqueísmo. para terminar tan derecho que su vida y sus obras le merecieron ser elevado a la santidad. Comencemos por el final. Muerto San Agustín su cuerpo fue enterrado en la iglesia de San Esteban de Hipona, donde permaneció hasta finales del siglo VII. Pero, invadido el Norte de África por los musulmanes, los cristiano, que huyeron se llevaron con ellos las reliquias del santo de su devoción trasladándolas a Cagliari en Cerdeña, donde se veneraron probablemente en la iglesia de San Saturnino. Pero esta tranquilidad fue momentánea. Los musulmanes pasaron el mar, invadieron la isla, y las reliquias de San Agustín quedaron en su poder. Solo existía una forma de rescatarlas: tentar la codicia de los sarracenos, mediante la compra de los preciosos restos y esto fue lo que hizo el rey Ilustrando, pagando por ellas la suma de setenta mil ducados de oro. Las reliquias llegaron a Génova desde donde fueron trasladadas a Pavía donde los restos fueron colocados en la Cripta de la Real Basílica de San Pedro in Coelo Áureo. Siguiendo con la tradición, se dice que al ser colocados en su lugar se vio brotar una fuente milagrosa que devolvía la salud a los enfermos. Todo esto sucedía en el año 725. Se tomó una precaución: para que las reliquias no desaparecieran en tiempos de guerra fueron escondidas en la cripta. Fueron descubiertas, casualmente, en el año 1.695 casi un siglo después. En 1.743 ya estaba terminado el mausoleo que los Padres Agustinos habían comenzado en el siglo XIV. A él fueron trasladados los restos de San Agustín.

Hacia 1.790, la Orden Agustina fue despojada de su iglesia, llevando el cuerpo de su fundador a la Iglesia de Jesús. Llegó después un tiempo calamitoso para los agustinos, su Orden fue abolida y los restos de San Agustín fueron llevados, a la catedral. Allí permanecieron algún tiempo un tanto olvidados hasta que fueron expuestos a la veneración de los fieles. En el año 1.900 el Papa León XIII devolvió la Basílica de Pavía a la Orden Agustina y los restos de San Agustín fueron trasladados a ella. San Agustín dejó escrita una Regla para sus monjes, copiando los sentimientos de su espíritu y de su corazón. A su muerte se la dejó en testamento como su mejor tesoro. Y que lo es, lo demuestran las muchas comunidades que, esparcidas por el mundo, se alimentan de ella: Padres Agustinos, Dominicos, Jerónimos Premostratenses, Trinitarios, Servitas, etc. Agustín era africano, nacido en Tagaste, en el año 354, una pequeña ciudad romana en lo que hoy es Argelia. Sin que recibiera el bautismo fue educado por su madre, Santa Mónica, en la religión cristiana, que posteriormente abandonó hasta el momento de su conversión. El ansia de hallar la verdad y quizás influenciado por la lectura del "Hortensius" de Cicerón, pasó a la práctica de la religión maniquea. Años más tarde abandonó la secta maniquea para ir a residir a Roma y Milán. En el año 386 se retiró a Cassiciaco lugar donde escribió sus primeras obras. Recibido al bautismo y de vuelta a la religión cristiana, es ordenado sacerdote para, años más tarde ser consagrado como Obispo de Hipona. Murió durante el asedio del ejército vándalo a Hipona.

De sus padres cabe decir que en tanto su madre era mujer virtuosa y de pacífico temperamento, su padre, Patricio, poseía un carácter más bien irascible, siendo un modesto propietario que soñaba para su hijo un brillante porvenir. Pero sus recursos eran modestos, de modo que el futuro Santo tuvo que interrumpir sus estudios a los dieciséis años. San Agustín diría más tarde: "Hacía pequeños hurtos a la mesa y despensa de mis padres para dar de comer a los niños que, más humildes que yo jugaban conmigo". Existe la época de su estancia en Cartago donde no se recata en explicar que para él lo más atractivo y feliz era amar y ser amado, pero que gozaba no solamente con la amistad, sino también con la concupiscencia. Fue en Cartago donde pudo reanudar sus estudios, y donde se unió a una mujer y como él dice: "No en legítima unión, sino en relación de concubinato". Pasa después a Milán convertido ya en catedrático de retórica. Y cuando llega su conversión, el joven Agustín se da cuenta de sus errores pasados y ya sólo mira hacia el futuro: el cristianismo que ya siente como la fuerza verdadera, ya sabe que Dios es la substancia espiritual que todo lo trasciende y todo lo domina, sin mezclarse con la materia ni con las cosas.

Demos un salto en el tiempo y tomemos a Agustín cuando abandona Italia y regresa a la tierra que lo vio nacer. Ahora ya lo hace con una idea fija: La de comenzar una vida de comunidad, una vida sencilla, apartada del tráfago humano, dedicarse al conocimiento de la sabiduría que da el conocer a Dios y a uno mismo. En Tagaste, vende los terrenos que había heredado de su padre y el dinero que le dan por ellos lo distribuye entre los pobres. Funda el primer monasterio agustiniano: al principio, el número de discípulos es pequeño. Su ideal de vida es la contemplación, y por eso que la jornada en el Monasterio de Tagaste, primero de los que después se convertiría en la Orden Agustiniana, es la oración, la conversación y el estudio. Así, en Tagaste, el ideal monástico está perfilado en sus líneas generales.


El Fundador de los Agustinos, tiene como base para su Comunidad un pasaje del "Libro de los Apóstoles": "La multitud de creyentes poséela un solo corazón y un alma única, y todo era común entre ellos". La amistad llevada hasta sus más extremados límites la fraternidad, es la esencia de la vida agustiniana. Sus monjes han de vivir en extremada pobreza, alternando el trabajo con el estudio y guardando la debida armonía con la vida contemplativa y la oración. Si se leen las obras de San Agustín se verá que las palabras que con más frecuencia aparecen en ellas son amor y caridad. Y de ahí que se llegue a su célebre sentencia: "Ama y haz lo que quieras porque nada de lo que hagas por amor será pecado". San Agustín escribió nada menos que ciento trece obras y esto lo hizo en medio de trabajos y obligaciones de su cargo como Obispo de Hipona. La figura de San Agustín es tan gigantesca que hasta una figura de la teología protestante como es Harnack, escribe de él: "¿Dónde encontrar en toda la historia eclesiástica de Occidente un hombre de influencia comparable a la de San Agustín?

Después de San Pablo, ocupa el primer lugar de la Iglesia. Nadie, ciertamente le puede igualar ni en ciencia ni en talento". La ciudad de Hipona fue sitiada por los vándalos. La catástrofe se abatió sobre la ciudad. San Agustín, ya anciano, sintiéndose próximo a la muerte, no podía ofrecer otra cosa que la fuerza de sus oraciones y sus palabras: "Todos vosotros gritáis desesperados. Pero escuchadme bien; el cielo y la tierra pasarán, pero la palabra de Dios no pasará. Tiempos terribles y difíciles, afirman los hombres. Pero el tiempo lo hacemos nosotros. Como nosotros seamos y nos comportemos, así será nuestro tiempo. Los bárbaros podrán quitárnoslo todo, pero nunca nos arrebatarán lo que Cristo guarda y nos ofrece".

En la noche del 28 al 29 de agosto del año 430, el inmenso corazón de esta figura gigantesca no sólo de la Iglesia, sino de toda la Humanidad, dejó de latir. Al carecer de bienes, no hizo testamento, pero -escribe Pixidio- dejó a la Iglesia numerosos sacerdotes y Monasterios donde se practicaba la continencia y la abstinencia.