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domingo, 10 de marzo de 2019

8M, APROVECHATEGUIS Y CHUPÓPTEROS


Lorenzo de Ara

“Me he acordado de los grafiteros escuchando a los implicados en el procés. Están educados en la misma escuela... o falta de ella. El sentimiento subjetivo por encima de las pautas interpersonales, la voluntad de los míos por encima de la ley de todos, lo que uno padece o le arrebata antes que los remilgos históricos, económicos o los miramientos sociales. Es inútil limitar los arrebatos, sobre todo si halagan un ego que se pretende superior sin el mínimo mérito para ello... “porque yo lo valgo”. Donde estén los caprichos, sobra la consideración de los hechos. La realidad es tiranía, dictadura: fascismo. Olvidemos los modelos que orientan y refrenan, reclamemos a voz en cuello la civilización artística y política del garabato”.

Fernando Savater, autor de lo que anteriormente han leído, sirve, como siempre, para iniciar una columna que intenta exponer lo que ayer sentí y sigo sintiendo hoy después de la manifa del 8M. Un éxito en España. Un fracaso de convivencia.

España cuenta con 47.000.000 de españoles. Población que varía, casi siempre a la baja. No hay niños. La natalidad es ciencia ficción. Se argumenta que debe estar prohibido traer hijos al mundo. ¡La vida está carísima! Por esa regla de tres, después de terminar la guerra, y hasta mediados de los 50, o comienzos de los 60, las mujeres en España se hubieran negado a ser madres.

Hambre, miseria, analfabetismo, enfermedades, cartillas de racionamiento, aislacionismo. Nuestros padres, sin embargo, sumidos en la pobreza absoluta, nos concibieron. Hoy no sería así.


Que si el horario laboral, que si el precio de la vivienda, que si el precio de la cesta de la compra, que si el coche, que si el colegio, que si la ropa de los niños, que si los cigarros y la cerveza.

Y hay verdad en esta retahíla de obstáculos. Pero, ¿y en el pasado? ¿Por qué nacimos nosotros en una España hambrienta, sin dinero, gris, fría? ¿Por qué?

Mientras tanto, León Gross vuelve a dar en la diana, señalando que “la resistencia a la realidad, otra de tantas resistencias descritas por Freud, casi siempre acaba frente al espejo.”

¿Lo de ayer es el fiel reflejo de lo que es España? ¿Es España el país más machista del mundo? ¿Es España el país donde la mujer vive secuestrada, atemorizada, perseguida, sistemáticamente humillada y asesinada? No. ¿Este no que grito y quiero que se oiga me condena? ¿Este no me convierte en un bárbaro? ¿Este no evidencia que soy un depredador?

Respondan ustedes.

Sé quién soy. Sé lo que es la mujer para mí. Sé el valor que tiene la mujer. No obstante, ayer, a pesar de la poderosa maquinaria propagandística, no convencieron. ¿Se equivocaron?

Y ruge la marabunta como siempre. Sale de debajo de la tierra, o de lo más hondo y oscuro del alma de las mujeres, hombres, partidos políticos, medios de comunicación.

Porque si lo de ayer es la foto real de la España democrática, ofuscada, callejera y revolucionaria, a lo mejor sería bueno tener en cuenta lo que escribe Rafa Latorre en “El Mundo”: “La razón por la que usted, señora, quizás tenga hoy la incómoda sensación de que una minoría exaltada está hablando en su nombre sin que lo haya autorizado. Usted, que pertenece a ese 77% que cree que el hombre que duerme a su lado no es un machista”.


¿Qué haremos, pues, con esas mujeres que se acuestas tranquilas, cómodas, libres, limpias, amadas, respetadas, iguales? ¿Reeducarlas en el odio y el rencor? ¿El feminismo de derechas no existe? ¿El feminismo ha muerto a manos del hembrismo?

Juan Manuel de Prada, que homenajea a Ana María Martínez Sagi (1907-2000) en una de sus columnas, recupera para que el lector respire aire limpio, lo siguiente de una mujer que ayer no hubiera salida a la calle, siendo, no obstante, feminista y catalana: “Siempre he creído…que la mujer tiene dos eternos enemigos. Uno pequeño, poco peligroso; el hombre. El otro, verdaderamente terrible, cruel hasta el martirio: otra mujer».

Siempre estarán ahí los aprovechateguis. Siempre en primera fila. Ellas, para la foto. Ellos, para la foto también. Y hombres y mujeres de España trabajando, unidos, buscando un mañana siempre mejor, pero sin esperar nada de quienes construyen futuros con sectarismo y odio guerracivilista.

Todos los chupópteros del vodevil político español se dieron cita ayer, junto a miles de buenos ciudadanos que en justicia quieren pasar de las muchas palabras a hechos concretos y definitivos. Yo también. Pero salieron, temo, engañados una vez más por la maquinaria más poderosa de producir mentiras y odio que ha sufrido España en más de cuarenta años.

Lo de ayer fue ¿una tergiversación neomarxista? Sinceramente respondo que sí. Y clamorosa.

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