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jueves, 7 de marzo de 2019

ENTREVISTA: LA ESCRITURA COMO DIVERTIMENTO


José Peraza Hernández

Clara Lecuona Varela posee el don de la palabra: desde la amena conversación hasta el rigor con que diseña libros de los más diversos géneros literarios. Desde la publicación de su primera obra De la remota esperanza (Editorial Mecenas, 2000) su currículum se ha engrosado con títulos que han recibido muy buena aceptación no solo en Cuba, sino también fuera de la Isla.

Mi primer acercamiento a sus textos fue gracias a la antología Queredlas cual las hacéis. XXI jóvenes poetisas cubanas del siglo XXI (Editorial Abril, La Habana, 2007). Siempre quise conocer a la autora detrás de esos poemas del divertimento, de esos mundos a través de la calma. Hace algunos meses la conocí personalmente y al privilegio de su amistad, se une ahora mi curiosidad por conocer los caminos literarios por los que transita.

El inicio

1. Hablar de los inicios podría parecer un lugar común. Pero el origen puede dar la dimensión del deseo, de las inquietudes que se unieron para gestar el camino a través de la literatura.

Esta es una de las preguntas más recurrentes, pero igual te digo: no sé.  Al menos no con exactitud. Vamos a descubrirlo mientras te respondo. 

Sucede que desde pequeña recibí una educación artística que vino desde casa: mi padre tocaba guitarra, mi madre pintaba y yo claro estaba en muchas cosas al mismo tiempo. En música, artes plásticas, teatro, y bueno estaban las famosas composiciones escolares. En esas me regodeaba haciendo mis propias adaptaciones al cine, porque mi visión entonces como ahora, sigue bastante cinematográfica.

Pues algo sí hacía y mucho: leer. Desde que alcancé el librero de mis padres (voraces lectores) leía todo cuanto podía. Claro yo tenía mi propio librero, pero el de mis padres me resultaba obviamente más interesante y misterioso. Conque, mira que fácil, acabo de encontrar la respuesta a tu pregunta sobre eso dado en llamar inicios. Comencé a escribir en cuanto aprendí a leer.

2. El público lector conoce a Clara Lecuona, fundamentalmente como poeta, pero has incursionado en el cuento y en la novela. ¿En qué género te sientes más cómoda y qué posibilidades te brinda cada uno?

Me siento más cómoda en la poesía y el cuento. La primera me facilita decir lo que pienso a sabiendas de que no va a ser comprendida tal como la concibo, lo que me divierte mucho. El segundo es otra manera de decir. En ambos utilizo todo lo que me aporta el devenir cotidiano: lo que veo y escucho en la calle, las anécdotas que me cuenta mi madre y de las que apenas me acuerdo (obvio, porque cuando sucedieron era muy pequeña), hasta por lo que comentan en la televisión.

Por lo general soy muy comunicativa, y una persona desconocida en ocasiones responde a una sonrisa o a un determinado comentario sobre el estado del tiempo con una cantidad de información que ni te imaginas. Guardo la información, y luego escribo. He escrito artículos periodísticos, algunos se han publicado y otros los guardo en un libro que pretendo publicar algún día.

La novela requiere de mucha disciplina, como todo, pero te permite regodearte más en la trama que el cuento. Claro que existe el llamado cansancio del escritor, y uno se percata de inmediato sobre todo en la novela.  Ahora bien, la novela es el género que más se vende a nivel internacional, por lo que si ahora mismo tuviera que responderte te diría que la novela me puede dar dinero y la poesía el gran divertimento. Con cuál me quedo…supongo que con ambas.

1.    Vayamos por partes. Te puedo asegurar que mi primer libro nunca fue De la remota esperanza. ¿Sorprendida? yo también. Mi primer libro en realidad llevaba por título Poemas bajo la lluvia, y no me enorgullezco de semejante nombre. Sobre todo, cuando apareció bajo otro y en un lugar de este mundo del que prefiero NO olvidarme: gajes de la juventud y total inexperiencia.

En cuanto a De la remota esperanza, fue editado como dices hace 18 años y uhm…digamos que no soy muy sentimental o apegada al pasado, conque ese libro es sólo eso y a todo lo que pude haberme referido en ese entonces, o ya no significa lo mismo o no lo percibo de igual manera. Lo quiero mucho, pero sólo eso.

La palabra evolución me remite a inmovilismo, si bien me explico: desde el instante en el que alguien piense que ha evolucionado está bien liado. Desconfío completamente de todo lo que sea considerado como tal.

La búsqueda, la insatisfacción, la mirada hacia adelante…no te dejan mucho tiempo créeme para determinar sobre la evolución o revolución de una obra, de un oficio, de una vida.

1.     Has sido merecedora de múltiples premios literarios no solo en Cuba sino también en el extranjero y te has desempeñado como jurado en otros tantos certámenes nacionales y foráneos. ¿Qué opinas de los concursos literarios?

Los concursos literarios son encuentros en los que se reúnen muchas tendencias, muchas personas, muchos gustos, y suponer que ganar o no va a definir a un escritor es una estupidez mayúscula. Sí pienso que ayudan a visibilizar a un autor que quizás hubiera tardado más en hacerlo: bajo esta última perspectiva es que pueden ser beneficiosos. Claro, si las alas y la mano que mece la cuna no tararean la nana interminable.

5. Cuando estás inmersa en el proceso de creación ¿Qué inquietudes te asaltan? ¿Existe algún tema que te obsesione y que reiteres en tu obra? ¿Cómo asumes dicho proceso?

Lo único a que aspiro cuando comienzo a escribir es a divertirme, tal como ahora. No soy una escritora que piense primero en el lector, para nada. Pienso primero en mí, y creo firmemente que quien afirme lo contrario adopta una postura de falsa intelectualidad, que ni apruebo, ni acepto…aunque con cierta lástima entienda que algunos requieran que acunen su ego de excelente personita con lacito azul y alitas, y bueno: vamos a dejar a esos otros volar…en paz.

Pero regresando a tu pregunta y rectifico: crear no me inquieta, sólo me asalta. De los temas, el devenir cotidiano, el amor, la música, los personajes históricos casi siempre desde una mirada compasiva. El tono amoroso, divertido, burlón hasta el punto de en ocasiones ser mordaz. Lo que sí te aseguro es que tengo que escribir desde el divertimento, desde la risa. La vida es tremendamente bella y no amerita verla de otro modo.

Crear es un proceso tan normal para mí como despertarme y abrir los ojos. Lo asumo desde la pregunta incesante, la búsqueda infinita de esa mínima esencia humana que nos une y nos separa: sólo es cuestión de observar y escuchar o viceversa. Todo es tan rápido que ya se ha incorporado a mí desde hace mucho tiempo y vuelvo a responder a tu pregunta: si existe un tema que realmente me obsesiona, es el tiempo.

6. ¿Qué autores te sirven de referencia? ¿Con cuáles te identificas?

Como siempre, responderé con la verdad, aunque me linchen: no tengo una lista de autores de referencia. Tendría que comenzar a escribir uno por uno los nombres de todos los escritores que he leído hasta el momento (los buenos para disfrutarlos y los malos para saber lo que no debo hacer). 

Tendría que buscar evento por evento que me ha definido como el ser humano que soy. Tendría que agradecer a todas las personas que me han contado sucesos de su vida. Tendría que agradecer en principio y siempre a mi madre, a mi abuela, a mi padre. Tendría que dar infinitas gracias a mi infancia.

Tendría que agradecerme incluso a mi…y congratularme por el mero hecho de crear algo, y no lo considero justo. No creo que ninguno de los escritores que he leído se haya considerado a sí mismo en su tiempo referentes de algo. Fueron adulados, vilipendiados, amados, en fin…rodeados de toda la miseria y la riqueza humana, tal como sigue y seguirá sucediendo mientras existan los seres humanos tal y como los conocemos.

Existen autores a los que regreso más que a otros. Pero eso tiene una explicación obvia: o bien se reeditan y compro sus libros o bien sigo esperando que se acuerden de ellos.

7. ¿Qué opinas de la poesía que se escribe ahora mismo en Cuba?

La poesía en Cuba, es un poco más de lo mismo salvo honrosas excepciones, tal como sucede con el realismo que se escribe y reescribe ad infinitum. Te expongo este tema sin tibiezas de ninguna clase, pues si no hago concesiones conmigo, no tengo que hacerlo con ningún otro por agradar.

Nuevos caminos

8. La labor del escritor siempre lleva implícita la exploración, el descubrimiento. ¿Por qué caminos transita en estos momentos tu obra literaria?

Sí te lo digo deja de ser exploración, descubrimiento, al menos de mi parte. Si alguien quiere redescubrirme o lo que sea, por acá ando y tránsito, en esta ciudad que es una sorpresa interminable. No pretendo irme a ninguna otra parte de momento.

9. Si tuvieras que definirte. ¿Cómo lo harías?

Me defino como una persona muy fiel con mis afectos, desafectos, convicciones y una insaciable lectora de eso que dieron en llamar el alma humana y yo denomino esencia. Esto significa que me gusta hurgar, escudriñar, provocar y conocer. Para ponértelo fácil, me apropio de una frase de T. Williams: “Yo soy como un mago de teatro, él da la ilusión que tiene la apariencia de la verdad. Yo doy la verdad con el agradable disfraz de la ilusión”.

10. ¿Qué es lo que más disfruta Clara Lecuona de la literatura?

Eso. ¡Disfrutar!

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