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domingo, 28 de enero de 2018

LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA RECONOCE LA CULTURA CANARIA


Isidoro Sánchez García

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con un acto cultural como el celebrado el martes 23 de enero en el Paraninfo de la Universidad de la Laguna. El Rector Magnífico, don Antonio Martinón, nos había invitado al acto de entrega de la Medalla de Oro al profesor de Prehistoria, don Antonio Tejera, y al grupo de Los Sabandeños. Acudí en compañía de mi hija, profesora de Derecho en la citada Universidad, con la que compartí a finales del año 2017 un debate con el amigo profesor Sami Nair, mitad argelino y mitad francés, compañero en el Parlamento Europeo en la transición del milenio.

En la sala del Paraninfo me encontré con viejos amigos y conocidos del mundo universitario, de la política y de la conservación de la naturaleza. Profesores como Wolfredo Wildpret, Antonio Machado, Aurelio Carnero, Emilio Sanz, Humberto Hernández, José Manuel de Pablo y Plácido Bazo; periodistas como Juan Cruz Ruiz, José Manuel Pardellas y Leopoldo Fernández; profesionales de la arqueología que habían sido compañeros y alumnos de Antonio Tejera; el alcalde de San Cristóbal de La Laguna, de donde había sido edil el sabandeño Elfidio Alonso, la alcaldesa de Arico, villa natal del profesor Tejera en cuyos barrancos aprendió la historia de los guanche, el ex presidente Fernando Fernández y los exconsejeros Rafael Díaz y Víctor Díaz, del gobierno de Canarias, consejeros del Cabildo insular y responsables del Patrimonio Cultural, Miguel Angel Clavijo y Aranzazu Gutiérrez, además de antiguos alumnos de la ULL, en la que participé en el curso 1958-59, con residencia en el Colegio Mayor San Fernando, cuando el selectivo de ciencias, antes de viajar a Madrid para estudiar ingeniería de montes.


Antonio Tejera, Antonio Martinón y Elfidio Alonso. Foto / Eldiario.es

Antonio Tejera, Antonio Martinón y Elfidio Alonso. Foto / Eldiario.es

A lo largo de dos horas disfruté como un enano ante la majestuosidad física de Tejera y Elfidio y de sus curriculum profesionales y ante la actuación musical del dúo Fabiola Socas y José Manuel Ramos, quienes nos deleitaron con una folía y algo más, como le gustaba decir al recordado Dacio Ferrera. Además de los discursos de rigor de los premiados, de los laudatios leídos por los profesores universitarios relacionados con las propuestas académicas, y del magnífico rector, Antonio Martinón, me llamó la atención las referencias que hicieron Antonio Tejera y Elfidio Alonso de sus maestros. Tejera, de don Jacinto en la escuela del Barranco del Río ariquero, y de Emilio Lledó en la ULL; Elfidio, de los Ferrera, entre otros músicos. Curiosamente conozco a un matrimonio lagunero del que soy amigo, Luisa y Armando, hijos de don Jacinto ella, y de los Ferrera, él. En verdad que todos los asistentes salimos entusiasmados ante la riqueza espiritual del acto, un auténtico y verdadero reconocimiento de oro por parte de la histórica Universidad de San Fernando de La Laguna hacia la cultura canaria. A un profesor universitario, Antonio Tejera, que nos enseñó a conocer más y mejor a nuestros aborígenes, y a un grupo lagunero de músicos que han proyectado durante muchas décadas, al mundo canario, europeo y americano la identidad del muticulturalismo de las Islas Canarias. Me acordé del regalo que nos hizo Elfidio en el Puerto de la Cruz, del disco “Canario, Lucha”, en 1977, y  de la noche de San Ginés, en Arrecife, con Los Sabandeños y Los Campesinos, en agosto de 2009.

Antonio Tejera (i), Elfidio Alonso en representación de Los Sabandeños y Antonio Martinón (d). Foto/ Isidoro Sánchez G.

Antonio Tejera (i), Elfidio Alonso en representación de Los Sabandeños y Antonio Martinón (d). Foto/ Isidoro Sánchez G.

EL IDIOMA, EL ACENTO, LA VOCALIZACIÓN


Evaristo Fuentes  Melián

Al leer “Peste de vocalización”, de Álex Grijelmo (diario EL PAÍS, pág.46, sábado 27.1.18), se me ocurren tantas cosas que intentaré resumir. Le ruego al sr director y a la defensora del lector me publiquen y me envíen un mínimo comentario. Doy las gracias por anticipado  a ambos.

Llevo años defendiendo, sin que nadie me preste la atención debida, que las películas mejicanas o argentinas, por ejemplo,  deben venir subtituladas, para que los diálogos se entiendan en todo el mundo hispanohablante.  Lo que dice Susana Díaz de dejarse de “estereotipos, tópicos y prejuicios”, está bien, pero por encima de ello es primordial que cada frase de la conversación se entienda.

En cuanto a medidas de distancia, peso y volumen observo que, por ejemplo,  cuando el original en inglés dice millas, el doblaje castellano dice kilómetros. Me parece correcto, es un buen criterio.

Y paso a narrar algunas anécdotas:

1.- El dúo humorístico canario ‘Piedra Pómez’ basa sus enjundiosos  monólogos o diálogos en el juego constante del significado de las palabras.  Hay una, “totorota”, muy usada popularmente en Canarias, que  muchos peninsulares no sabrán ‘traducir’…

2.- Una de las mejores  anécdotas que he oído es la que voy a contar: un turista alemán llega a  las afueras de mi pueblo, La Orotava (Tenerife), y pregunta por una tienda famosa de calados y bordados típicos canarios hechos a mano. El paisano que se encuentra en su camino el alemán, le explica, en su jerga canaria de las zonas rurales—que viene a ser como un castellano chapurreado, atiborrado de seseos—dónde está la tienda especializada en bordados. Pero el turista alemán, al oír tal cantidad de medias palabras y balbuceos, no entiende nada, le da las gracias educadamente al canario del campo y sigue su camino. Es decir, que el canario se queda satisfecho pensando que ha informado correctamente al alemán, pero el alemán no ha entendido ni papa (por cierto: papa es el nombre típico de patata).

3.- El caso contrario es el de un canario que viaja en el Imserso con su esposa, se pierden en la ciudad de Valladolid y le preguntan a una señora de allí; no le entienden nada y el canario comenta luego con su esposa: ¿qué defecto tiene esta señora en la boca?

4.- Y otra anécdota más: un enfermo canario de una zona rural, está grave y acaba de salir de la anestesia de una operación, en una conocida clínica madrileña. Entonces, las primeras palabras que pronuncia es una sola, insistentemente: “secura, secura, secura…”. La enfermera peninsular  le responde “sí señor, lo suyo se cura, usted permanezca tranquilo, relajado…”. El enfermo insiste “secura, secura…”. Al final llegó un médico canario y le explica a la enfermera peninsular que el enfermo tiene sed, secura.

En conclusión, insisto: las películas hispanoamericanas deben llevar subtítulos, y en general las películas cuya trama o su argumento se desarrolla en alguna región o zona geográfica española específica, hablada en la jerga, modo de expresarse verbalmente, léxico o estilo exclusivo de esa zona concreta, deberían llevar subtítulos.  

sábado, 27 de enero de 2018

SE NECESITAN MÁS INSPECCIÓN A LAS EMPRESAS


José Peraza Hernández

Las cosas de la vida, y lo que podemos ver y observar, al día de hoy, ya no son cosas que nos sorprenden, ni los extrañan.

¿Es probable que en alguna ocasión hayamos visto que alguna empresa o negocio se presenten situaciones de extrañas o desagradables, en cierta manera, que pueden rebasar los límites que establece la ley ¿

En muchas ocasiones, estas situaciones se pueden resolver solicitando una hoja de reclamaciones en el propio negocio para comunicarlas a las autoridades sobre tales irregularidades. No obstante, y de acuerdo a la gravedad de la situación, no siempre se podrá resolver por este medio, y tendremos que acudir a la opción de mandar una inspección de trabajo al negocio donde vemos que se comete la infracción.

Esta claro que, que cuando tienes un trabajo, es realizar el trabajo por el que estas contratado, y es por que debes de realizar. Pero no hacer varios, aquí te pongo ahora, luego vete allí, y así sucesivamente. Siempre se ha respetado, cosas que es ley.

Pero en muchos casos, no debemos de extrañar que, hay muchas empresas que se aprovechan desde que entramos en crisis.

Muchas o muchos no denuncia por miedo de perder su puesto de trabajo, porque están sujetos a prestamos u hipotecas etc.

Siempre habido diversos casos relacionados con el trabajo, te daba de alta en la seguridad social, meses despuéblate le daban de baja, habido tantos y tantos fraudes, que sería una larga lista por numerar etc.

Dicho esto, pude ver por la Televisión Canaria el miércoles 24 del presente mes, hablando sobre la Inspección de Trabajo de Canarias.

Lo que me hizo acordar, lo ocurrido 22 de este mismo mes, donde estando en un Centro Comercial, donde la verdad que había gentes. Pues me lleve una sorpresa, ya que me encontraba en una de las cajas, y había una persona delante con la cajera. Cuando termino, se dirige a mí, y me dice, que lo sentía, donde había recibido una llamada, que cerrara caja. Y que fuera a recoger las barcas de las compras por los pasillos. Seguidamente, - me dice, perdone, pero, donde no manda capitán, no manda marinero. – Le digo, pero Ud. no es cajera, - dice sí. Pero aquí, somos multiuso, o lo tomo o lo dejas.

Mi opinión, para acabar con estos abusos, ya que sabes que las trabajadoras y trabajadores, no van a denunciar. Pero sí es convenientes, que los inspectores, hagan acto de presencia, y observen los movimientos, y pregunten a las misma por su categoría, y hagan más inspecciones a las todas las empresas en general.  Seguro que se acabarían con mucho tipo de abusos, de diferentes tipos.

Se habla de "El mayor porcentaje de irregularidades detectadas no quiere decir que hay más empresas irregulares, sino que el trabajo previo, la selección previa se está haciendo mejor y estaban encontrando a las empresas que no están cumpliendo frente a las muchas que sí cumplen", manifestó.

Según el balance de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, durante el pasado año se detectaron 6.112 infracciones que resultaron en la aplicación de sanciones por más de 18,4 millones de euros. Al finalizar el ejercicio del 2017, el número de actuaciones superó las programadas hasta alcanzar un total de 58.060 actuaciones.

USTED


Valyen Hernández

Aquí escribiendo lo primero que viene a mi mente y en lo primer que pienso es en tu recuerdo. 

Tu cara, tus ojos, tu sonrisa esa que llego a mi vida y me lleno de felicidad. Fuiste cómo un bello amanecer, una tierna ilusión, un fugaz sueño de amor. Poco fue el tiempo para mirar tus ojos, pero lo suficiente para quedarse en mi mente y corazón. Sabe es difícil comprender que no era el momento que no eras para mí, pero me alivia me consuela los maravillosos momentos que el tiempo me permitió a tú lado y le doy gracias a dios por conocerte y a la vida por darme la oportunidad de amar. Perdona si eh querido llenar el vacío de mi corazón con tu recuerdo. Pero desde que te conocí tú has vuelto a encender la llama que en mi había estado apagada por mucho tiempo. Hoy quisiera fundir mi alma con la tuya, convertirnos en uno solo y aunque no estés a mi lado nunca más, y a pesar de todo el dolor que siento y de que nunca me quisiste siempre y siempre te recordare como mi más bella ilusión.

COLOMBIA: EL RIESGO ES QUE TE QUIERAS QUEDAR

Antonio-Pedro Tejera Reyes

APUNTES DE UN HERMOSO PAIS ANDINO
Para mi amigo Asdrúbal Angulo Romanovich
con el mejor de mis recuerdos
y un gran abrazo.

RECUERDOS EN LA DISTANCIA
Para nosotros escribir sobre Colombia, en caer en el baúl de los más hermosos recuerdos y las más imborrables situaciones vividas alrededor de nuestras célebres andanzas dentro de un verdadero enjambre de aventuras que no fueron soñadas, en el más puro de los sentidos, relacionados con la enseñanza del turismo.

De aquella primera incursión nuestra con un curso de turismo en nuestra Venezuela – Maturín y Barquisimeto – nace la invitación (1972) de la Corporación Nacional de Turismo de Colombia, liderada por Nicolás del Castillo Mathieu, para que recorriéramos su país mostrando todo lo que habíamos preparado para enseñar lo que era el turismo, en esa Venezuela de los años sesenta-setenta del pasado siglo. El representante en Caracas, de esa entidad colombiana se había desplazado a Barquisimeto a recibir nuestro curso impulsado, no sabemos ahora muy bien porque circunstancia. Tal fue su reconocimiento y su recomendación, que la Corporación, no dudó en ponernos todas las mejores condiciones para que informásemos a los amigos colombianos lo que nosotros sabíamos de turismo, dictándoles nuestros cursos en sus más preclaras ciudades en aquellos pasados años. Bogotá, Medellín, Cartagena de Indias, Cali y Popayán.


En el centro de la imagen, el espectacular Hotel Intercontinental Medellín, en su inmejorable situación, de los más cálidos recuerdos durante el curso de estudios turísticos, impartido por el Centro de Estudios Turísticos de Canarias, en el año 1973, organizado por la Corporación Nacional de Turismo de Colombia

Fueron días maravillosos, acompañados de ilustres profesores paisanos que desde Canarias nos desplazamos al hermano país, y completamos un tremendo recorrido que propició, el documento que guardamos como “oro en paño”, que muestra el éxito de nuestra misión.

Pero no es este singular periplo de lo que queremos tratar en este reportaje. Vamos a referirnos al envío que nos hace nuestro particular amigo Asdrúbal Angulo, un artículo de despedida del corresponsal de la BBC Mundo, en Colombia, y de la alta sensibilidad del mismo, al enjuiciar al país y a sus gentes. No tiene desperdicio. Es un documento que muestra todo un poder de observación signado por el análisis que hace de ello este periodista, con un encomiable sentido de la realidad de nuestra querida Colombia.


Una visión parcial del suntuoso Hotel Intercontinental Cali, sede de nuestros cursos de turismo   organizados por la Corporación Nacional de Turismo de Colombia en 1973.

Nos encontramos ante la visión de este experto periodista, sobre un país que nos marcó decididamente la ruta de nuestro periplo americano, y que conocemos de punta a punta, desde Santa Marta, Barranquilla y Cartagena - como dice la canción – hasta las estribaciones de Ipiales y Pasto, incluida nuestra visita en Ipiales a su espectacular Santuario de Las Lajas.

 No podemos borrar de la memoria, Medellín Cali, Popayán, Buenaventura… Bogotá y su aeropuerto El Dorado, donde un avión de la prestigiosa AVIANCA, nos brindó la oportunidad de comprobar cómo se valoraba nuestra presencia en el país, retrasando su salida para esperarnos y abriendo nuevamente sus puertas para que subiésemos a él, cuando ya estaba a punto de comenzar su rodaje para despegar hacia Cartagena. Nuestro compañero en esa ocasión, el Dr. José Luis Mederos – testigo de esta aventura - y el suscribí esto, no salíamos del asombro.


1973.  Ante la puerta del Museo del Oro, en Bogotá, recibiendo las atenciones de un Policía de Turismo, de la musicalidad de la ciudad.

COLOMBIA Y EL TURISMO
Todo en Colombia respira turismo. Un país, que, en aquellos tiempos que recordamos, ya tenía un equipo de guías de turismo oficiales - algunas de las cuales asistieron a nuestros cursos – y sorprendentemente una policía de turismo, como veremos en una gráfica en este reportaje -  algo casi inaudito en aquel entonces - que no existía en ningún país de América y que tampoco conocíamos que existiera en Europa.

Colombia ya entonces nos mostró su vocación turística, cuyos valores naturales son de una extraordinaria importancia y que los colombianos han sabido componer de forma muy acertada, como hemos visto recientemente, sin ningún género de dudas, ya que ellos acompañan a estos recursos naturales, con una alta profesionalidad, como pudimos comprobar con los directores de sus empresas turísticas, gerentes de  hoteles, sus profesionales de la enseñanza y sus mando directivos políticos y empresariales de quienes guardamos los mejores recuerdos.


El Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas, en Ipiales, lugar de peregrinación católica, imponente construcción de estilo gótico, visitado anualmente por miles de turistas, otra de las grandes joyas turísticas de Colombia.

TURISMO Y COMPETENCIA TURÍSTICA
Desde al Río Magdalena, hasta las cúspides de Los Andes, todo en Colombia, es una sinfonía de atractivos que nos llevan hasta su gastronomía, con su ajiaco, o la sobrebarrida, como unos ejemplos de la calidad de su imaginación para componer los deliciosos platos típicos del país, a los que se une su incomparable café, el clásico “tinto” que nos acompañó en todas nuestras intervenciones en aquellos memorables cursos, y que hoy es un atractivo que ya se ofrecía gratuitamente en su aeropuertos en los años sesenta del pasado siglo.

“Colombia tiene con que” fue el reclamo publicitario de la campaña política, de un alcalde de Cali. Es una verdad soñada por otros países competidores en su proyección turística, aunque esta palabra sabemos no es acertada, pues en el turismo todo es complementario y la competencia, si bien en la superficie lo parece así,  en el fondo de su estructura, todo es un complemento, y el turismo del norte del hemisferio que viaja a América del Sur, le gustaría recorrerla toda, y si un año viene a una zona de Colombia y se sorprende y se asombra en la Catedral de la Sal, o las playas de  la Marbella cartagenera, al otro año, le gustaría ver donde Jorge Isaac situó a su “María”, o el Cali que cuenta Palacios en su “El Alférez Real”, todo esto sin nombrar el impresionante .  - no tenemos otra palabra más apropiada para catalogarlo - Museo del Oro, en Bogotá, capital Colombia – la Atenas de América - donde desde el pent-house de su edificio Tequendama, veíamos la ciudad bajo nosotros, distrayéndonos  e inspirándonos en nuestras aulas, ya que desde allí comenzábamos un recorrido que nos llevaba hasta el Valle del Aburra y su Medellín, con su Hotel Intercontinental, en aquellos tiempo ya muy famoso, y desde allí a la heroica Cartagena de Indias, para saltar, nuevamente pasando por Bogotá a esa Cali, de nuestros mejores recuerdos, y al ambiente mítico de un Popayán, que significaba la presencia y el contacto con el mundo colonial colombiano, como lo viéramos más tarde en Pasto.

No termina ahí nuestro periplo colombiano que en otra memorable ocasión nos llevara hasta Pasto, después de dirigir un curso en Cúcuta y seguir la ruta atravesando el país de un lado a otro, con parada y conferencias en Cali, y una espléndida ruta por tierra, hasta Pasto.


Cartagena de Indias, una de las joyas turísticas de Colombia, cargada de anécdotas
y vivencias, en nuestros cursos de turismo, donde incluso ofrecimos uno especial a
los policías de ciudad, en el año 1973.

LOS RECUERDOS Y VIVENCIAS DE NATALIO COSOY
“Un país enredado”, es la definición cariñosa que este corresponsal de la BBC Mundo, hace de una Colombia donde vivió treinta y tres meses y visitó más de cincuenta ciudades… Sendas, caminos, carreteras, ríos, montañas, personajes de todo tipo, entran en la descripción nostálgica que hace en su partida del país…

Ahí, tras esas enormes vidrieras ahumadas que se divisan en el piso 38 del Edificio Tequendama, en Bogotá, se impartió en el año 1073, el curso de turismo original de Centro de Estudios Turísticos de Canarias, que patrocinó la Corporación Nacional de Turismo de Colombia.

“Me voy, en cualquier caso, con el recuerdo de Colombia como un país lleno de peculiaridades maravillosas, extremas, extrañas, ridículas, sutiles, explícitas, rudas, tiernas. Un país coqueto en el que la importancia que se le da al cuidado personal y a la pulcritud es tal que hasta guerrilleros y militares se hacen las uñas. Mujeres y hombres.”

“Y, sobre todo, con el recuerdo de un país que, en medio de sus problemas, sabe disfrutar de la vida y sus placeres.”

“De hecho, no hay rincón de Colombia, ni desierto, ni selva, ni montaña, al que no llegue la música, ni la cerveza”.

“Tampoco existe excusa suficiente para decirle que no a una buena rumba y bailar, uno de los tantos buenos motivos para volver a Colombia, junto con su gente, sus paisajes y sus inagotables historias.”

“Todavía casi sin irme y ya tengo ganas de volver, volver a seguir marcando puntos azules en el mapa, a seguir entendiendo cada vez mejor el país para sentir que cada vez es más difícil contarlo.”


Hermosa estampa de inspiración colonial, en la histórica ciudad de Popayán, una auténtica reliquia de la gloriosa historia de Colombia.

EPILOGO
Una manera clara y precisa de describir a un país de América con una personalidad  propia, llena de una historia cargada de aventuras, que dan carácter a sus habitantes y que hemos tenido la suerte de conocer muy íntimamente, con lluvia, sol, frío y calor, desde las cumbres de Bogotá, hasta las llanuras del Valle del Cauca, recreándonos con nuestros inolvidables  recuerdos de nuestros permanentes contactos con decenas de amigos colombianos que han transitado por nuestros centros de enseñanzas turísticas – Guillermo, Luz Elena, Eduardo, Gonzalo, Dorin, Sandra, Luis…-  ilustrándonos con sus conocimientos y vivencias…

Algo que nos lleva a recordar, aquel sublime verso del poeta cartagenero, que lo dice todo en cuanto a nuestro sentimiento por nuestra Colombia, a la que queremos como decía el poeta, “como se quiere a unos zapatos viejos” …

Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo.

ALGO MUY FRÁGIL: EDUCAR LA AFECTIVIDAD ESPIRITUAL


Iván López Casanova 

Afirma Gregorio Luri, con tino, que los padres actuales tienen a los niños «más vigilados que nunca», pero que en sus labores educativas «están perplejos». A la vez, con un poco de sorna, registra algo que puede parecer paradójico: «El día que la aventura en el bosque fue sustituida por el juguete didáctico, la humanidad dio un pequeño paso para atrás. Curiosamente, rodeados de juguetes, nuestros niños con frecuencia se aburren».

Pues bien, gran parte de esta aparente contradicción tiene que ver con la afectividad espiritual, porque muchos padres y madres −equivocadamente− protegen en exceso a sus hijos de miles de problemas externos y no saben cuidar, en cambio, algo valioso, frágil y muy expuesto en los tiempos que corren: su afectividad espiritual interior.

La afectividad, de hecho, posee un papel fundamental en la configuración de nuestro mundo: no solo hacemos lo que pensamos y lo que queremos, sino lo que nos gusta. Y «hay que educar a las personas para que les guste lo que les conviene, lo que es afectivamente elevado y rico», afirma el filósofo Juan Manuel Burgos.

¿Cómo se educa la afectividad? Son importantes los razonamientos –formar la inteligencia− y el logro de virtudes para llevar a la práctica el comportamiento adecuado; pero lo que resulta crucial, afirma Burgos, es «conseguir que la persona experimente las emociones adecuadas para que se vincule afectivamente a ellas y las introduzca en su universo axiológico», en su mundo ideal de valores.

Para entenderlo mejor: en un hogar donde, por ejemplo, se vivencia la emoción de la navegación, se cuentan aventuras marineras y se espera con júbilo la llegada de las vacaciones para salir en barco, los hijos estructurarán su mundo interior con gusto hacia todo lo relacionado con el mar para toda la vida. Pues en el mundo moral, intelectual y vital ocurre lo mismo. Si en una familia se vive un ambiente moral e intelectual elevado, los hijos se contagian de esa formación, y así estructurarán su mundo ético y sus ideales.

Por tanto, hay que diferenciar bien el mundo externo e interno del niño. Respecto del externo, una pediatra francesa, Françoise Dolto, explica con claridad que el niño no debe ser colocado en el centro, sino en la periferia, para que pueda contemplar el mundo de los adultos. Sin esto, nunca tendría ganas de crecer pues le sería más cómoda «su posición como ombligo del mundo bajo las faldas de su madre». En suma, evitar el exceso de mimos, la sobreprotección.

Pero en lo relativo a su mundo interior, a su afectividad, cuanto más los cuidemos, mejor. Porque viven en un mundo lleno de violencia que les llega por todas partes: colegio, sociedad, televisión, internet, etc. En consecuencia, resulta fundamental el ambiente de afecto de la familia. «Hay que quererse para mostrar qué es quererse», declara Gregorio luri. Y también: «La principal lección que pueden dar los padres a sus hijos es la manifestación de su amor mutuo».

De modo contrario, cuánto daña la afectividad de los hijos si ven a sus padres discutir o tratarse mal. Y puede romperse su delicado mundo afectivo si en la familia se escucha una mentira −al hablar por teléfono, por ejemplo− o si se consiente una ligereza moral o si se bromea con cuestiones de fidelidad conyugal en una conversación o al aparecer en la televisión. Todo esto puede destrozar su frágil afectividad espiritual, como planta que está empezando a nacer.

Por último, Luri insiste en que cada familia debe esforzarse por poseer «un estilo moral propio del que, además, nos sentimos muy orgullosos», porque los hijos saben que «trasmitimos nuestros valores como trasmitimos la gripe, por contacto».

Educar la afectividad depende de crear un ambiente familiar de alegría y afecto indestructible, envuelto en un clima ético e intelectual elevadísimo. Y defender la intimidad de los hijos de la violencia moral ambiental.

Iván López Casanova, Cirujano General.
Escritor: Pensadoras del siglo XX y El sillón de pensar. 

LOS REALEJOS EN EL RECUEDO


Esteban Domínguez

Vivimos en unas fiestas muy especiales, como pueden ser la Festividad de Los Reyes Magos, en la cuan todos los niños también puesta su mirada, también los mayores. Unas fiestas, que celebramos en familia ricos y pobres, en la cual, cada uno la celebra como es tradición con sus familias.

La Navidad ya está aquí, a la vuelta de la esquina, es la fiesta de la ilusión, de niños y mayores, en la cual celebramos como viene siendo costumbre, la Natividad del Niño Dios, en Belén.

Por lo tanto, un año más, celebramos en familia estas entrañables fiestas Navideñas en familia, y no podemos olvidar, los que no están con nosotros por diferentes causas.

Los niños de Los Realejos, esperan con mucha ilusión, la llagada de SS. MM. Los Reyes Magos de Oriente, con la misma ilusión que los mayores, a pesar de la crisis que estamos padeciendo.
La noche del 5 de diciembre, veremos una vez más, aquellas tiernas sonrosas, de cuantos niños contemplan con ilusión a los Reyes Magos de Oriente, a los que los mayores pedimos a vuestras autoridades, te cuiden mejor y con buen justo, nuestro municipio, pues es una obligación, que no pueden olvidar.

Felices fiestas para todos, y que los Magos de Oriente, nos traigan a niños, y niñas, como así a los mayores, la ilusión de una nación en Paz y armonía, como no podía ser de otra manara.

INVITADOS (PERSONAJILLOS) SIN NADA QUE DECIR


Lorenzo de Ara

He de reconocer que hay días que no sé qué preguntar en un programa de radio. La jornada se me hace cuesta arriba. Como si escalara el Everest. Sin oxígeno. Hay personas (personajillos) así. Muy pocas neuronas, pero con la habilidad suficiente para aferrarse al poder durante años. Poder local, por ejemplo. Son aburridos, simplones, torpes, planos, ruines y mucho más insanos que el cáncer de próstata. Son jodidadamente aburridos. Naturalmente, los hay también en la oposición política, y en la economía, en el periodismo, en la cultura. Y es que en el mundo local se dan las condiciones perfectas (siempre y cuando el listo sepa hacerse pasar por inteligente) para que el mendrugo de dos piernas gatee y ponga su bandera en lo alto de la cresta de la popularidad.

A veces, a lo largo de una semana larga, servidor tiene la tentación de callar. Cerrar la boca ante el micrófono. A veces la locura cobra más violencia, y de lo que se tiene ganas es de mandar a tomar por culo al invitado que está a un palmo del entrevistador.

Cuando salí aborrecido de Canal 6 Teidevisión, cuando mantuve un aislamiento casi enfermizo y nada quería saber de los medios de comunicación, de políticos inextinguibles, de compañeros de profesión sin cojones, o sea, sin personalidad; durante ese año y medio, aproximadamente, sólo una persona acertó al describir lo que me pasaba: “Te pueden los complejillos”.


De regreso a la profesión, gracias a la familia Reyes y a Gente Radio (ya vamos por la segunda temporada), descubro, más empachado que asombrado, que las preguntas a realizar no han cambiado, que los problemas son los mismos, que los protagonistas (lo más tóxico de todo este rollo) también son los mismos, que la profesión local (salvo la excepción que honestamente siempre mantiene encendida una pequeña luz para la esperanza) es jodidamente presuntuosa.

Juré que no regresaría. Pero regresé. Con los mismos defectos, con las mismas limitaciones, con las mismas dudas, con los demonios que siempre me han acompañado desde que inicié esta odisea en el Diario de Avisos, pasando luego por gabinetes de prensa, radios, televisiones, asesoramiento de políticos y, hoy, otra vez, en la radio, dulce hogar.

Pero hay días que los invitados me lo ponen difícil. Muy difícil. Hay en ellos una gansada tan nauseabunda, una apariencia tan sonora, una pudrición mental tan oscura, que, por unos segundos, mientras los observo, en mi cabeza me pregunto qué coño hago aquí, por qué estoy sentado ante una persona (político) que apesta a la nada más brutal.
Y no hallo respuesta. De momento.

NOSTALGIA


Teresa González


Te fuiste

como pajarillo volaste.

Jamás estuviste

atado a mi vida.  


Mentí tanto al corazón

que te amó

gastando tu nombre,

fantaseando tu lumbre

calor de mi entraña.


Te fuiste tú

mas tu sonrisa se quedó…

deleitando los salones vacíos

de mi cuerpo…

Te extraño

doloroso destino.

¡Moroso llenador de mi vida!

¡Barco madrugador que levó anclas

sobre mi llanto mar adentro!

¡Tácito fiel de tu huella!

inédita al corazón…  

que humedece

hoy tu recuerdo!

RECURSO VALIOSO Y PERECEDERO


Salvador García Llanos

Rafael Ben-Abraham Barreto (a quien no disgusta, en cualquier caso, que le llamen Cayetano) invita a reflexionar “sobre el tiempo que moldea nuestro carácter” -escribe- en este libro suyo que desglosa ciento ochenta seis ideas e idealizaciones (cabe añadir, por nuestra parte, evocaciones), expresadas con ameno lenguaje periodístico y con las que interpreta la realidad más cercana, la que más le ha influido.

Eso fue lo que dijimos, hace dos años justos, cuando la obra, titulada Rehenes del tiempo (La Ranilla Editorial) vio la luz para plasmar los pensamientos de “un tiempo sin el cual no maduran las uvas o es imposible la existencia como la entendemos o percibimos ahora”. El autor, consciente de las ataduras y de los condicionantes, sugiere con sutileza una suerte de liberación: “La vida es mucho más que sus ciclos -afirma en uno de sus apartados-, aunque estos sean determinantes de su evolución o retroceso. Girar y ascender simultáneamente conduce a la elevación espiritual”.

Por eso, Barreto reflexiona sobre la edad de la Luna o acompaña el vuelo de las golondrinas en busca de metáforas y latidos poéticos que impulsan el traspaso de las dimensiones del espacio y el tiempo. Sabe que va a encontrarse con espejismos pasajeros y fugaces, hasta concluir que solo los sueños nos aproximan a la realización de las utopías.

Los rehenes, de lo que sea, quieren franquear su propio destino y el escritor mismo revela que, tras su travesía por el Mar Muerto, se percató de que llegaría un momento en la vida “en que determinados aspectos de la existencia se convierten en lastres que acentúan la pesadez”. Ahí se pregunta si estará preparado para soltar las amarras y emprender la singladura sin retorno.

La respuesta está en las páginas de este libro que habla del tiempo, ese que acotará y precisará la profundidad del fondo del puerto donde caerá el ancla. La reflexión más intimista le hace ver que la madurez se aleja de sus contornos, “pese al tiempo inexorable que nos acota y consume”.

El tiempo, siempre el tiempo, como factor existencial, como una realidad difícil de administrar mientras incide en los estados anímicos y en las voluntades. El tiempo que discurre y que se agota para tal propósito, para cualquier querencia o para culminar lo que se ha emprendido. Barreto lo plasma atinadamente cuando encabeza con la palabra Autoestima esta revelación:

“Cada ciclo de nuestra vida es una invitación a la purificación física y espiritual, a la superación de la postración que representa el acomodo a estereotipos ajenos impuestos y que nada tienen que ver con la esencia del modelo de perfección o seguimiento de unas pautas de conducta respetuosas consigo mismo y con los seres cercanos. La autoestima que tanto se proclama y se reivindica, a veces sucumbe ante la hostilidad que implica el rechazo a la indiferencia o al reconocimiento de las limitaciones materiales que nos acotan y nos abocan al vacío más absoluto: la indiferencia y el desprecio”.

Es decir, el tiempo es también solidaridad, básica para no caer en ese abismo tenebroso, del que solo se sale, si es que se puede, con perseverancia y con plena consciencia para no escurrirse y para apreciar los valores que se atesoran y que, a menudo, son relegados hasta hacer que se desmorone la propia personalidad.

El contenido de la publicación, ilustrada con reproducciones del pintor castellonense Juan Mezquita y de José Palomares y prologada por Ana Valentín, es la colección de artículos y greguerías aparecidas en la sección dominical 'La Ranilla', del periódico El Día, firmadas con el seudónimo Herzog, entre finales del año 2004 y mediados del 2011. Ana, en su texto, escrito “desde la transparente prisión de nuestro propio tiempo”, señala que Rehenes... “es el eco del mar, el aroma de la brisa, la puesta de sol o la luna a medio llenar”.

Rafael Ben-Abraham Barreto, ya había manejado ese mismo título, 'La Ranilla', para un volumen anterior en el que exponía las visiones desde el Puerto de la Cruz, identificándolas con el nombre del que ha sido uno de sus emblemáticos sectores urbanos, injustamente tratado, por cierto, en algunos relatos periodísticos que fabricaron una leyenda estereotipada que no se ajusta mucho a la realidad.

El autor, que dijo en otro foro encaminarse a la trilogía, acredita en esta entrega que “nuestra vida apenas es un lapsus o un soplo exhalado desde que salimos del seno materno”. Se trata de textos breves, con plétora metafórica, vocablos únicos para introducir, alfabéticamente ordenados, adjetivos, figuras y preguntas que se van desgranando para descubrir que conservan su frescura. El escritor desmenuza las estaciones -las del tiempo y las otras-, sus impresiones personales -licencia para la subjetividad, desde luego- como si quisiera liberar a quienes estuvieron retenidos y obligados a cumplir determinados convencionalismos.
“Creemos tenerlo en nuestras manos, pero estamos acotados por él hasta que trascendemos la materia que nos envuelve, ese caparazón frágil, mutante y efímero”, aclara Barreto.

Se nota, ya lo dice él mismo, que las ideas brotaban y fruto de sus impulsos “descendían al teclado en cuestión de minutos, apremiados por la urgencia informativa o la voracidad del tiempo”. Es el sino del periodista, su pugna consigo mismo para plasmar ideas y percepciones, su afán y su celo constantes que no solo sellan un rostro sino que estimulan un quehacer comprometido con la escritura, primero en su versión periodística y luego tratada en forma de libro.

El autor nos obsequia con una de sus más bellas metáforas: “El crepúsculo dibuja soles de algodón”. Vamos a interpretarla como un grito de serena rebeldía o de apacible pero no resignada contemplación de la existencia. Es como si concluyera que el tiempo dicta sus lecciones a diario y aunque presienta que no figura aún entre sus alumnos aventajados, hace que los sentimientos de los rehenes (que, de alguna manera, somos todos) maduren con fluidez con una paradójica visión de alejarse o querer alejarse del ombliguismo y del ensimismamiento.

El jesuita escritor español Baltasar Gracián, que cultivó la prosa didáctica y filosófica, sentenció que lo único que realmente nos pertenece es el tiempo. “Incluso aquel que nada tiene, lo posee”, añadió. En efecto, por ahí también descubrimos que somos rehenes. Como seres humanos, es prácticamente el único hecho que podemos experimentar.

Rafael Ben-Abraham Barreto, Cayetano, invita en este libro, de algún modo, a que reflexionemos para liberarnos de prejuicios. Palabras, conceptos, ideas y hasta ensoñaciones: que no sean obstáculos para vivir, para aprovechar cada momento, cada minuto, cada segundo. En estas páginas van a encontrar opciones. Tantas como para convenir con el escritor y político norteamericano Joseph Randoplh que “el tiempo es, a la vez, el más valioso y el más perecedero de nuestros recursos”.

Es, si se quiere, una paradoja incómoda. Pero, aplicada en Rehenes del tiempo, se nos brinda para que aprovechemos algo más que su lado amable o positivo. Es toda una enseñanza.

(Texto de presentación del libro Rehenes del tiempo, de Rafael Ben Abraham Barreto, leído en el acto convocado por el Rotary Club del Puerto de la Cruz en el hotel 'Botánico', el jueves 25 de enero de 2018).

TU, TU Y SIEMPRE TU!


Gloria Esther ValladaresAyer


Tu, tu y siempre tu!

Que no me falten tus caricias,
Que invaden mi existir!
Que no me falte tu ternura
Llenando mi alma...
Que tus labios siempre estén para mi.

Que no me falte la luz de tu mirada,
Que ilumine mi camino!
Que tu cuerpo sea mi santuario,
Al entregarnos a la pasión.

Que nunca deje de sentir tu presencia,
Que tú seas mi eterno despertar!
En el amanecer de nuestras vidas.

Que el último pensamiento seas tú,
Que tú seas mi verdad….
con tus palabras.

Que en mi alcoba nunca me falte tu calor!
Que enciende la hoguera de nuestro amor,
Que mi mundo seas siempre  tú!
Tu, tu y siempre tu!

lunes, 22 de enero de 2018

LAS VÍAS DE COMUNICACIÓN QUE

Evaristo Fuentes Melián

Cuando hablamos, por ejemplo, de dos destacados personajes históricos, tales como Agustín de Betancourt (1758-1824) o Alexander von Humboldt (1769-1859), la pregunta que siempre me hago es: ¿Cómo tuvieron tiempo para viajar tanto, cuando los medios de transporte marítimo y terrestre eran tan rudimentarios? Téngase en cuenta que el primer tren interurbano, en un relativamente corto trayecto, se inauguró en 1830, tanto en la Gran Bretaña como en EEUU.

Si hablamos del sector comercial, su desarrollo tuvo mucho que ver con el trasporte existente en cada época. El tren sirvió para que los mercaderes y comerciantes, que hasta ese momento se tenían que constreñir obligadamente a la plaza mayor de sus pueblos respecticos, fueron ampliando su área comercial y mercantil, con la posibilidad de poder trasladar gran cantidad de mercancía a otras poblaciones más alejadas. Llegó entonces el enriquecimiento de los más activos y avispados, e inmediatamente empezaron a pedir derechos y estatus social equiparables con los de la aristocracia tradicionalmente única. Tómenselo a chanza, queridos lectores, pero sin ir más lejos, en mi villa de nacimiento, La Orotava, hay matrimonios (pudiéramos llamarlos ‘mixtos’) de algún miembro de la aristocracia con su partenaire de la alta burguesía. 

En cuanto a dificultades en el transporte, conozco dos casos concretos: Una familia, alrededor de 1960, en la consabida emigración a Venezuela, iba en barco con sus dos niños casi bebés, pero se averió el barco en medio del océano Atlántico y hubo que esperar pacientemente para hacer trasbordo en lancha al otro barco gemelo que acudió en su auxilio. (De nombres ‘Begoña’ y ‘Montserrat’. Tengo fotos que me facilitaron del incidente).

El otro caso, es el de un estudiante palmero de mi promoción en la Universidad de La Laguna, que cuando se presentaba un puente de un par de días, para ir a ver a su novia a La Palma iba en el barco que había dos veces por semana, con duración en el trayecto de nueve horas toda una noche. Esta pareja, ahora felizmente tiene nietos.

Espectador

domingo, 21 de enero de 2018

CV DE DON AGUSTÍN DE BETANCOURT

Artículo de Isidoro Sánchez


Agustín José Pedro del Carmen Domingo de Candelaria de Betancourt y Molina nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife) el 1 de febrero de 1758. Hijo de un destacado matrimonio aristocrático canario: Don Agustín de Betancourt y Castro, militar y caballero de la Orden de Calatrava, y doña Leonor Molina y Briones, afincada en Garachico (Tenerife) e hija del marqués de Villafuerte. Era el segundo de la saga de los Betancourt y Molina, entre José y María, con los que compartió en Tenerife años de infancia y juventud. Ya adolescente también con su padre y hermano las Tertulias de Nava, en San Cristóbal de La Laguna. Estudió en el convento de Santo Domingo de La Orotava y luego marchó a Madrid en 1778.
            

Continuó sus estudios en el Colegio de San Isidro y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando donde conoció al pintor Francisco de Goya. Se movió en los círculos intelectuales madrileños bien asesorado por sus parientes isleños. Le encargan misiones técnicas en el canal de Aragón y en las minas de Almadén, Sus informes fueron convincentes y el Conde de Floridablanca le envió becado a estudiar a Francia a finales de 1784. Un nuevo mundo irrumpió en su vida y de manera particular dos revoluciones: la industrial en Londres y la francesa en París, en 1789. Las máquinas de vapor entran en su profesión y en París conoció al relojero suizo Breguet, con el que compartió el telégrafo óptico, y al mexicano Lanz con el que escribió el Ensayo sobre la composición de las máquinas. Vivió algunos años en Londres donde las máquinas de vapor cambiaron su vida hasta el punto que al regresar a París construyó la primera máquina de doble efecto. Contrae matrimonio con la británica Ana Jourdain, afincada en la capital francesa, vuelve a Madrid y le nombran director del Gabinete de Máquinas en el Buen Retiro.


En 1799 la Revolución francesa se viene abajo, Betancourt reside en Madrid después del fracaso de su expedición técnica a Cuba y adquiere de la Corona una fábrica de algodón en Ávila. Conoce en la corte al ilustre naturalista prusiano Alejandro Humboldt y continúa viajando por la península por encargo de su amigo y secretario de estado, Mariano Luis de Urquijo, atendiendo problemas hidráulicos. Propone tecnificar las obras públicas y en 1802 crea en Madrid la Escuela de Caminos. Le nombran director, elabora el plan de estudios y decide las materias a cursar.

Los enfrentamientos con Godoy, valido del monarca español, obligan al ingeniero canario a marchar al extranjero después de estar recorriendo países como España, Francia e Inglaterra durante casi treinta años. Apuesta por Rusia y tras llegar a un acuerdo con el zar Alejandro I viajó a París para recoger a su familia, esposa e hijos, y trasladarse a la bella capital rusa de San Petersburgo asomada sobre el Mar Báltico. Es nombrado Mayor General y es destinado a misiones especiales por parte de su majestad imperial en el departamento de Vías y Comunicaciones. Comenzó a trabajar en el puerto ruso y consigue desatascar los problemas de tráfico. Creó el Cuerpo de Ingenieros de Vías y Comunicaciones inspirado en L’Ecole des Ponts et Chaussées de París y en la Escuela de Caminos de Madrid.



Aparte de su labor pedagógica desarrolló a partir de 1810 su actividad como ingeniero. Visitó la fábrica de armas de Tula y la moderniza, y propuso una potente draga de vapor para la limpieza del puerto de Kronstad. Después de la invasión francesa en Moscú recibió en 1812 la medalla de Alejandro Nevsky. En 1813 se funda oficialmente el Museo central del Transporte ferroviario de Rusia en el que participa Betancourt. Son años en los que destacó por sus aptitudes científicas y habilidades técnicas y artísticas, lo que le permitió destacar en el mundo intelectual ruso. En 1816 trabajó en el montaje de una nueva fábrica de papel moneda que permitió cambiar en 1820 los billetes que circulaban en Rusia.  Es el año en que se creó en San Petersburgo el comité de Construcciones y Obras Hidráulicas que se ocuparía del urbanismo y del ornato de la ciudad, de la mejora del trazado de las calles, de la urbanización de los suburbios, del cuidado de los canales y de la construcción de los nuevos puentes. Con el arquitecto francés Montferrand reconstruyó la catedral de San Isaac y diseñó la columna de granito dedicada a perpetuar al zar Alejandro I en una plaza junto al Ermitage.


Don Agustín trató con el zar el cambio de ubicación de la Feria Comercial rusa a la ciudad de Niznhy Novgorod así como el proyecto de construcción de la sala El Picadero en Moscú. Es la época en que viajaron a Rusia compañeros españoles que les ayudaron en sus trabajos de ingeniería. Así llegaron Rafael Bauzá, José Sureda, su sobrino Agustín de Monteverde y Betancourt y Miguel Espejo que casó con una de sus hijas. Falleció el 14 de julio de 1824 y los últimos años de su vida los dedicó a finalizar el gran complejo ferial de Niznhy Novgorod a orillas del río Volga. Por ello los comerciantes afectados contribuyeron a la ornamentación del sepulcro donde está enterrado el universal ingeniero canario, ilustre ciudadano ruso, al igual que el ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Los feriantes y las autoridades  de la ciudad rusa promovieron una Fundación social y popular  que lleva su nombre canario ruso.

Cuando Mijail Gorbachov, vino a España, después de  la perestroyka, recordó la tierra en la que nació Agustín de Betancourt, el más ilustre colaborador que jamás había tenido Rusia. La vocación europeísta del ingeniero portuense la quiere recordar el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz con un programa de actividades a lo largo de 2018.