Salvador García Llanos
Ahora que arboledas,
jardines y agricultura, en general, disfrutan de la mejor Epifanía que podían
imaginar, habrá que plantearse -por enésima vez- qué sucede con el Jardín de
Aclimatación, popular Jardín Botánico, que lleva la tira de años aguardando a
que se materialice su ampliación, un proyecto que ha tenido hasta dotaciones
presupuestarias, pero que, salvo unas primeras obras de acondicionamiento, no
ha culminado.
Allí está el espacio,
abandonado o semi, con su conexión interior preparada, con las bases del centro
de visitantes dispuestas, con un promontorio de desechos, con su portalón de
hierro hacia la carretera, cerca de donde se supone que va una rotonda y con su
muralla petrificada. Allí sobreviven también, maltrechos y despintados, los
carteles que supuestamente anuncian algo.
Alguna voz reivindicativa
debería tener el Jardín Botánico. Una voz que implore -y no es exagerar- la
reanudación y la conclusión de las obras. Alguna respuesta debería existir en
la consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de
Canarias. Y algún movimiento podría intentar el gobierno municipal del Puerto
de la Cruz si es que quiere que no acumular más críticas de inacción o de
reducidísima capacidad de gestión. Consejería y Ayuntamiento, administraciones
con competencias, pero con escasamente probada eficiencia en esta actuación.
A escaso año y medio de la
próxima cita electoral, la ampliación del Jardín Botánico languidece, está en
clara situación de abandono. Igual esa fecha termina impulsando la realización
si es que los políticos no quieren exponerse a más denuestos. El Botánico es un
recurso insuficientemente valorado, tanto desde el punto de vista científico
como desde el ángulo de proyección turística. Algunas meritorias iniciativas
anteriores en ese sentido han ido quedando relegadas. Al Jardín le ha faltado
un adalid, alguien con sensibilidad que diera la tabarra en los medios y en las
propias instituciones hasta que la persistencia causara algún tipo de sonrojo e
hiciera brotar alguna respuesta positiva que sacara del marasmo una actuación
que, para colmo, ha contado con recursos presupuestarios.
Hagan algo por el Botánico.
Que ya estamos en 2018. Y los turistas van a seguir viniendo. Y los portuenses
aspiran a tener algo de lo que enorgullecerse.
Hagan algo...
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