Iván López
Casanova
El alcalde de
San Miguel da otro ultimátum al Gobierno canario
Casi 300
sanitarios sufrieron agresiones el año pasado en las Islas
Tráfico
instalará más radares en las vías con mayor peligro
1.000
figurantes y 11 carrozas acompañarán a los Reyes en la capital tinerfeña
Cuando
finaliza un año la inteligencia enfila hacia la meditación esencial, porque, en
palabras de Javier Gomá , "lo único que tenemos es precisamente? tiempo.
Somos tiempo". Y entre los recuerdos del año que termina, les traigo los
de este filósofo español, que en junio estuvo en el Real Casino de Tenerife y
nos explicó que si bien no todo el mundo puede aspirar a ser un artista y a
dejar una obra inmortal para la posteridad, todos podemos ofrecer para el
recuerdo algo absolutamente excelente: la imagen de nuestra propia vida.
Escribe Gomá :
"¿Qué es, al final, la vida del hombre? Esto: la lenta gestación de un
ejemplo póstumo. Toda nuestra vida se resume en una demorada preparación de la
verdad que entregamos a quienes nos sobreviven. La palabra griega para designar
"verdad" es aletheia y significa literalmente no-olvido, a-lethos, es
decir, recuerdo".
Por eso, en su
obra de teatro, Inconsolable, redactada como un monólogo en el que medita sobre
la muerte de su padre, se plantea qué preguntas formularán sobre nosotros
quienes nos sobrevivan: "¿Qué tipo de persona fui, así en general? ¿Cuál
fue mi destino? ¿Cómo seré recordado? ¿Qué imagen dejaré a los míos? Y me doy
cuenta de que todavía estoy a tiempo de retocar el cuadro antes de entregarlo,
como lo haría un artista, para dibujar sobre él una imagen armoniosa de lo
humano que invite a quienes la recuerden a vivir con gozo, con confianza, con
alegría".
El tiempo
humano es personal. Pasa deprisa o despacio dependiendo de si es tiempo de amor
o de egoísmo. Y esto hay que descubrirlo y redescubrirlo, pues no existe
alternativa; y su comprensión resulta nuclear para enriquecer la existencia y,
sobre todo, para evitar tanto tiempo de amor perdido.
Nos lo muestra
genialmente la escritora nicaragüense Claribel Alegría , que recibió en 2017, a
sus noventa y tres años, el XXVI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
En 1947 se había casado con Darwin J. "Bud" Flakoll, quien fallecería
en 1995, y al que dedicó un precioso poema titulado "Mi bailarín sufí".
Escribe, "A Bud: Cosida estoy / al ruedo de tu manto / me levantas / me
tumbas / giro contigo / giro / y en cada nuevo giro / es más honda la
entrega". Porque estos versos de enamorada fiel, que rezuman amor juvenil,
pertenecen a un libro de 2004; o sea, que la autora tenía noventa años cuando
lo compuso, y su marido hacía diecinueve años que había fallecido.
De este modo,
los deseos de cercanía y de entrega cubren el paso de los años y, como el
tiempo riega el amor, este florece de modo luminoso. Claribel Alegría también
escribirá a sus noventa años otro poema para sus hijos, "Testamento":
"Les dejo / una escalera / tambaleante / inconclusa / tiene peldaños rotos
/ otros están podridos / Y más de alguno / entero. / Repárenla / elévenla /
suban por ella / suban / hasta tocar / la luz".
Estamos hechos
de tiempo personal, de amor y de verdades. Por eso, pienso que no es mal
planteamiento el de quien sabe, por convicción religiosa o por sabia estrategia
antropológica, que al final de la vida se desvanecen como el azúcar en agua
todo tiempo de amor perdido y toda mentira; y, por el contrario, el amor
verdadero -la amistad fiel y el amor para siempre- vence a la muerte.
Propongo un
lema para este año que comienza y para el siglo entero, pues condensa el
tiempo, el amor y la verdad: Fidelidad creadora. Qué bien lo expresa el soneto
XV de Shakespeare, que finaliza así: "Y, en guerra, abierta contra el
Tiempo, por amor a vos, a medida que él os arrebata algo, yo os torno a
renovar".
Somos tiempo,
verdad que libera y amor que da contenido a la libertad; lo demás, precioso
barro quebradizo. ¡Feliz año!
Iván López
Casanova, Cirujano General.
Escritor:
Pensadoras del siglo XX y El sillón de pensar.
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