Teresa González
Te fuiste
como pajarillo volaste.
Jamás estuviste
atado a mi vida.
Mentí tanto al corazón
que te amó
gastando tu nombre,
fantaseando tu lumbre
calor de mi entraña.
Te fuiste ─tú─
mas tu sonrisa se quedó…
deleitando los salones vacíos
de mi cuerpo…
─Te extraño─
doloroso destino.
¡Moroso llenador de mi vida!
¡Barco madrugador que levó anclas
sobre mi llanto mar adentro!
¡Tácito fiel de tu huella!
inédita al corazón…
que humedece
hoy tu recuerdo!
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