Francia Elena Martínez (Felina)
Por qué te
imagino a solas,
acompañando la
sombra
de un alma,
que está lejos
y en su soledad
te nombra.
Por qué yo
sigo tus huellas
en la arena de
la playa,
queriendo
llegar tan lejos,
donde mis
pasos me lleven,
para
encontrarme contigo
y que nos
acaricie el alba.
¡Y, es que te
quiero tanto!
y mis brazos
no alcanzan
para abrazar
fronteras,
que me lleven
a tu aldea.
¡Y, es que te
quiero tanto!
y mis brazos
no alcanzan,
para coger las
estrellas
del éter, una
a una,
hacer una
barcarola
que brille
como la luna,
para poder ir
a tu encuentro
por los mares
de tu ausencia.
¡Y, es que te
quiero tanto!
que en mi
amanecer te veo
y cuando el
sol besa mi frente,
yo quisiera
tenerte
y me atormenta
la angustia
por no poder
tenerte.
¡Y, es que te
quiero tanto!
que en cada
melodía,
en cada verso
que escribo,
tú siempre
estarás presente.
¡Y, es que te
quiero tanto!
que me invade
el sentimiento,
cuando yo
escucho las notas
de las dulces
melodías
y es que en
cada canción
te recuerdo y
no te olvido.
¡Y, es que te
quiero tanto!
que cuando
menciono tu nombre,
mis suspiros
te evocan
envueltos en
mis deseos
y en el lugar
que estuvieres,
te acaricien
mis ansias locas.
¡Y es que te
quiero tanto!
que aunque
estemos tan lejos,
tu dulce amor
me provoca.
¡Y, es que te
quiero tanto…
que quererte
más no puedo!
y al susurrar
tu nombre
queda
impregnada tu esencia
en el cáliz de
mi boca.
Felina
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