Artículo de
Isidoro Sánchez
Agustín José Pedro del Carmen Domingo de Candelaria
de Betancourt y Molina nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife) el 1 de febrero
de 1758. Hijo de un destacado matrimonio aristocrático canario: Don Agustín de
Betancourt y Castro, militar y caballero de la Orden de Calatrava, y doña
Leonor Molina y Briones, afincada en Garachico (Tenerife) e hija del marqués de
Villafuerte. Era el segundo de la saga de los Betancourt y Molina, entre José y
María, con los que compartió en Tenerife años de infancia y juventud. Ya
adolescente también con su padre y hermano las Tertulias de Nava, en San
Cristóbal de La Laguna. Estudió en el convento de Santo Domingo de La Orotava y
luego marchó a Madrid en 1778.
Continuó sus estudios en el Colegio de San Isidro y en la Escuela de Bellas
Artes de San Fernando donde conoció al pintor Francisco de Goya. Se movió en
los círculos intelectuales madrileños bien asesorado por sus parientes isleños.
Le encargan misiones técnicas en el canal de Aragón y en las minas de Almadén,
Sus informes fueron convincentes y el Conde de Floridablanca le envió becado a
estudiar a Francia a finales de 1784. Un nuevo mundo irrumpió en su vida y de
manera particular dos revoluciones: la industrial en Londres y la francesa en
París, en 1789. Las máquinas de vapor entran en su profesión y en París conoció
al relojero suizo Breguet, con el que compartió el telégrafo óptico, y al
mexicano Lanz con el que escribió el Ensayo sobre la composición de las
máquinas. Vivió algunos años en Londres donde las máquinas de vapor cambiaron
su vida hasta el punto que al regresar a París construyó la primera máquina de
doble efecto. Contrae matrimonio con la británica Ana Jourdain, afincada en la
capital francesa, vuelve a Madrid y le nombran director del Gabinete de
Máquinas en el Buen Retiro.
En 1799 la Revolución francesa se viene abajo, Betancourt reside en Madrid
después del fracaso de su expedición técnica a Cuba y adquiere de la Corona una
fábrica de algodón en Ávila. Conoce en la corte al ilustre naturalista prusiano
Alejandro Humboldt y continúa viajando por la península por encargo de su amigo
y secretario de estado, Mariano Luis de Urquijo, atendiendo problemas
hidráulicos. Propone tecnificar las obras públicas y en 1802 crea en Madrid la
Escuela de Caminos. Le nombran director, elabora el plan de estudios y decide
las materias a cursar.
Los
enfrentamientos con Godoy, valido del monarca español, obligan al ingeniero
canario a marchar al extranjero después de estar recorriendo países como
España, Francia e Inglaterra durante casi treinta años. Apuesta por Rusia y
tras llegar a un acuerdo con el zar Alejandro I viajó a París para recoger a su
familia, esposa e hijos, y trasladarse a la bella capital rusa de San
Petersburgo asomada sobre el Mar Báltico. Es nombrado Mayor General y es
destinado a misiones especiales por parte de su majestad imperial en el
departamento de Vías y Comunicaciones. Comenzó a trabajar en el puerto ruso y
consigue desatascar los problemas de tráfico. Creó el Cuerpo de Ingenieros de
Vías y Comunicaciones inspirado en L’Ecole des Ponts et Chaussées de París y en
la Escuela de Caminos de Madrid.
Aparte de su labor pedagógica desarrolló a partir de 1810 su actividad como
ingeniero. Visitó la fábrica de armas de Tula y la moderniza, y propuso una
potente draga de vapor para la limpieza del puerto de Kronstad. Después de la
invasión francesa en Moscú recibió en 1812 la medalla de Alejandro Nevsky. En
1813 se funda oficialmente el Museo central del Transporte ferroviario de Rusia
en el que participa Betancourt. Son años en los que destacó por sus aptitudes
científicas y habilidades técnicas y artísticas, lo que le permitió destacar en
el mundo intelectual ruso. En 1816 trabajó en el montaje de una nueva fábrica
de papel moneda que permitió cambiar en 1820 los billetes que circulaban en
Rusia. Es el año en que se creó en San
Petersburgo el comité de Construcciones y Obras Hidráulicas que se ocuparía del
urbanismo y del ornato de la ciudad, de la mejora del trazado de las calles, de
la urbanización de los suburbios, del cuidado de los canales y de la
construcción de los nuevos puentes. Con el arquitecto francés Montferrand
reconstruyó la catedral de San Isaac y diseñó la columna de granito dedicada a
perpetuar al zar Alejandro I en una plaza junto al Ermitage.
Don Agustín trató con el zar el cambio de ubicación de la Feria Comercial rusa
a la ciudad de Niznhy Novgorod así como el proyecto de construcción de la sala
El Picadero en Moscú. Es la época en que viajaron a Rusia compañeros españoles
que les ayudaron en sus trabajos de ingeniería. Así llegaron Rafael Bauzá, José
Sureda, su sobrino Agustín de Monteverde y Betancourt y Miguel Espejo que casó
con una de sus hijas. Falleció el 14 de julio de 1824 y los últimos años de su
vida los dedicó a finalizar el gran complejo ferial de Niznhy Novgorod a
orillas del río Volga. Por ello los comerciantes afectados contribuyeron a la
ornamentación del sepulcro donde está enterrado el universal ingeniero canario,
ilustre ciudadano ruso, al igual que el ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Los
feriantes y las autoridades de la ciudad
rusa promovieron una Fundación social y popular
que lleva su nombre canario ruso.
Cuando Mijail Gorbachov, vino a España, después de la perestroyka, recordó la tierra en la que
nació Agustín de Betancourt, el más ilustre colaborador que jamás había tenido
Rusia. La vocación europeísta del ingeniero portuense la quiere recordar el
Ayuntamiento del Puerto de la Cruz con un programa de actividades a lo largo de
2018.
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