Carmen Felipe Martell
El concepto
de viajar ha ido cambiando con los tiempos. Cuando era niña, había
"viajantes", unos señores con un maletín negro bajo el brazo, que
recorrían ciudades buscando clientes. Yo les envidiaba secretamente.
Ahora soy
yo quien viaja.
Primero, a
la Universidad, luego, durante largo tiempo, por vacaciones o por trabajo y,
últimamente, como estudio sociológico.
El viaje se
ha ido adaptado a los tiempos, pero finalmente se ha convertido en algo aún más
rutinario que la vida en la oficina.
En todas
sus variantes:
Todo incluido.-
Encerrado en el hotel sin ver más que el bar y la piscina;
Cruceros.-
Actividades prefabricadas y excursiones diseñadas para ver todo en pocos
minutos.
Rutas
Organizadas.- En manada, viendo lo que se espera que vea un turista;
Temáticos.-
Para ligar, de estudios, de captación de mercados, de playa, de aventura...
Pero la
auténtica aventura, la que nos impulsó a inventar las vacaciones, esa ya no
existe:. Aquello que soñamos de viajar para sentirnos vivos, para conocer
lugares, descubrir a otras personas o formas de vida y encontrar lugares de
ensueño, está olvidado. Viajar como una necesidad del espíritu, ya no es
nuestro sueño porque la rutina nos obliga a copiar los viajes de otros.
Pero si aún
queda en ti algo de aventurero, si piensas que existe la magia y que el mundo
está ahí, esperándote, vuelve por aquí, Viviremos juntos viajes que te
trasladarán a otros tiempos, a esos tiempos en los que viajar, sí que era una
auténtica aventura.
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