Juan Antonio Gómez Jerez
A todos mis amigos, a los que estuvieron, a los que
están y a los que estarán.
Una vez tuve un amigo en
quien confiaba, a quien le confiaba y que confiaba en mí. Pero la amistad es
muchas veces como el amor, aunque no lo parezca es una verdadera relación de
amor; y como tal, hay que cuidarla. Es como si fuera una plantita a la que
estimamos mucho, a la que tenemos que regar, le damos sol y le quitamos las
hojas muertas para que siga creciendo bien y en armonía. Pero ese cuidado debe
ser de ida y vuelta. Y aunque nuestra amistad sea sincera y transparente y no
pidamos nada a cambio, siempre necesitamos saber que para la otra persona o
personas también somos importantes; de lo contrario tengo la sensación de que
si no es así, no funciona. ¿Ustedes qué opinan?
“Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de
ello te quiere.”
La amistad se puede demostrar a
través de la preocupación de un amigo por el otro, con un alto grado de interés
por sus problemas y por sus logros también. Una buena forma de demostrarlo es
reunirse entre sí, ejerciendo y estableciendo una comunicación fluida y sincera
y en cierta forma estableciendo convivencias entre sí cuyo fin sea un alto
grado de conocimiento mutuo. Dicen que un amigo está en todo momento, cuando
estamos bien y cuando estamos mal, siendo recíproco para que la relación sea
justa y equilibrada. A veces no estamos porque las circunstancias de nuestras
propias vidas nos pueden separar, en cierta forma, pero es ahí donde valoramos
y sabemos que al otro lado del árbol de la amistad, estás tú.
“Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será
siempre un hermano.”
A
pesar de todas estas indicaciones estándar de lo que es o puede ser una amistad,
ciertamente, ésta depende de cada persona y su carácter el que se conserve o
no, el que se alimente o no y el que sea equilibrada y recíproca o no. Podemos
conocer a muchas personas a las que llamamos “amigos” pero muchas veces no
dejan de ser personas conocidas que en algún momento pasan por nuestra vida,
vienen y se van y supongo que de ese encuentro debemos aprender algo, por lo
menos a sacar lo positivo; pienso que todas las personas tienen algo que
aportarnos y nosotros aportar a ellos, con lo cual, el enriquecimiento que nos
traen sea bueno o malo nos debería enseñar a interactuar con las otras
personas. A veces llegan los amigos, los de verdad, los que un día aparecen y
ya no vuelven a irse, y es entonces, cuando se ilumina y enriquece la relación
amistosa. Se establece un lazo que no se rompe nunca y surge la verdadera
amistad. Y cuando un amigo se va, algo se muere en el alma…
“La verdadera amistad es como la fosforescencia,
resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.”
¡Qué cosa
más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo
mismo!
LA AMISTAD DEBE SER COMO UN ÁRBOL HUMANO, LLENO
DE HOJAS QUE SIMBOLIZAN NUESTROS SENTIMIENTOS.
NUESTRAS RELACIONES DE AMISTAD SON TAN VALIOSAS COMO NUESTRAS RELACIONES
DE AMOR.
NUESTROS AMIGOS SON NUESTROS
VERDADEROS AMORES, Y MUCHAS VECES NUESTRA MEJOR FAMILIA.
ESE ÁRBOL HAY QUE CUIDARLO
PARA PODER RECOGER SUS FRUTOS QUE NO SON OTROS QUE NUESTROS AMIGOS.
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