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sábado, 5 de septiembre de 2015

CUANDO LOS MEDIOCRES DOMINARON LA TIERRA

Hheina Leoni Handel
Moraleja: En el mundo de los ciegos, el tuerto es el rey

Resumen:


La mediocridad es uno de los mayores pecados de nuestra época. Los mediocres han hecho suyo el mundo y lo han cambiado, desde la política a la religión, sin olvidar los valores, las costumbres y las leyes. Todo está a su merced, han copado prácticamente todas las instancias de la vida de las sociedades, y esta pandemia parece ir en aumento. Seguramente, en toda la historia de la humanidad ningún pensador político, filósofo o estudioso hubiera imaginado que una sociedad pudiera ser liderada por mediocres... Desde los tiempos antiguos, los más fuertes alcanzaban el poder y ejercían un liderazgo sustentado por la fuerza o la inteligencia superior, de esa forma el mundo avanzaba e iba mejorando. La famosa teoría de explicada por Darwin, refleja el triunfo de los más fuertes y mejores sobre los peores y los más débiles, y así incontables teorías científicas han dado por supuesto el triunfo del talento sobre la mediocridad. La mayoría de los líderes de la antigüedad solían ser los mejores ya que el pueblo les exigía mucho, incluso en diversos sitios los asemejaban a Dioses. Se sentían orgullosos de sus dirigentes y los cubrían de privilegios para, a cambio, recibir de ellos protección y un liderazgo sabio y prudente. Cuando estos no contemplaban las expectativas, se buscaba la forma de sacarlos del cargo.

Pero el mundo actual se ha mediocrizado. A quienes conducen las sociedades no se les exige nada, y esto las ha llevado a un fracaso contundente; es sabido que cuando las persona encargadas de dirigir a los grupos sociales no tienen conocimiento claro o valores firmes nada tienen que hacer en esos puestos, ya que aquello que prosigue después, incluido sus adherentes tendrán ese toque de mediocridad indignante. Todo es válido para el mediocre, menos aprender y superarse, simplemente, porque requiere mucho sacrificio, y ellos no quieren esforzarse demasiado, o quizá simplemente, porque no tienen las aptitudes necesarias para lograrlo.

La cobardía, la mentira y la corrupción, son los tres pecados capitales del liderazgo actual, y esto se extiende como una terrible epidemia a otros niveles de la sociedad
Así vemos cargos importantes ocupados por personas que no poseen la mínima capacidad académica ni moral para ostentarlos, sitios en los cuales el saber ha perdido importancia dando lugar al “amiguismo”

Los cargos de confianza se suceden una y otra vez, no importa si la persona está preparada o no, lo que sí es imprescindible que comparta las ideas (si las tienen) de quienes poseen el mando en ese momento determinado.

Claro que esto ha existido siempre, pero estamos en el siglo XXI, era de la reivindicación permanente de Derechos Humanos, de las nuevas tecnologías, y de un interminable avance científico, pero esta característica de la mediocridad parece haberse arraigado en las comunidades con una fuerza inusitada, difícil de desterrar...

Los grandes filósofos, políticos, religiosos, en definitiva,”Líderes o pensadores con contenido” brillan por su ausencia. A cambio, proliferan personas sin ideologías ni valores, que hacen de la ignorancia y la mediocridad una bandera, a la que muchos se adhieren con tal de destacarse en la actual sociedad de la mediocridad.

¿La causa? Difícil determinar, pero las consecuencias son mucho más previsibles.

El Hombre mediocre

(Fragmento del libro publicado en 1913 por José Ingenieros, sociólogo y médico ítalo-argentino)


“Cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad. El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida.

Los gobernantes no crean ese estado de cosas; lo representan. El mediocre ignora el justo medio, nunca hace un juicio sobre si, desconoce la autocrítica, está condenado a permanecer en su módico refugio.

El mediocre rechaza el diálogo, no se atreve a confrontar, con el que piensa distinto. Es fundamentalmente inseguro y busca excusas que siempre se apoyan en la descalificación del otro. Carece de coraje para expresar o debatir públicamente sus ideas, propósitos y proyectos. Se comunica mediante el monologo y el aplauso. Esta actitud lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad.

Los que piensan y actúan así integran una comunidad enferma y más grave aún, la dirigen, o pretenden hacerlo.

El mediocre no logra liberarse de sus resentimientos, viejísimo problema que siempre desnaturaliza a la Justicia. No soporta las formas, las confunde con formalidades, por lo cual desconoce la cortesía, que es una forma de respeto por los demás. Se siente libre de culpa y serena su conciencia si disposiciones legales lo liberan de las sanciones por las faltas que cometió. La impunidad lo tranquiliza.

Siempre hay mediocres, son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia. Cuando se reemplaza lo cualitativo por lo conveniente, el rebelde es igual al lacayo, porque los valores se acomodan a las circunstancias.

Hay más presencias personales que proyectos. La declinación de la “educación” y su confusión con “enseñanza” permiten una sociedad sin ideales y sin cultura, lo que facilita la existencia de políticos ignorantes y rapaces."

Su verdadero nombre era Giuseppe Ingegneri. Nació en Italia en 1877. Vino con sus padres de muy pequeño a la Argentina. Estudió en el Nacional Buenos Aires. Luego se recibió de Médico. Fue escritor, filósofo y sociólogo. Participó en política. Falleció en Buenos Aires a los 49 años, en 1925.

Quizá si no supiésemos que el mencionado texto fue escrito en 1913, pensaríamos que es simplemente una exposición de cualquier estudioso contemporáneo. Pues no es así, el libro fue escrito hace 101años y estas características no solo se mantienen, sino que se han profundizado notoriamente. Como dice el autor, los mediocres “son perennes”, lo que varía es su prestigio y su influencia, notoriamente importante en la actualidad.


¿Qué características presenta esa mediocridad? Analicemos.


1-Los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; las personas sin talentos pero con gran facilidad para acomodarse encuentran campo fértil para un rápido ascenso, facilitado por el cansancio o la incredulidad de los talentosos, que hartos de ver esas promociones inescrupulosas tienden a retraerse. Terrible error, ya que el camino queda libre para estos mediocres, que si algo saben, es como aprovecharlo....
2. El mediocre rechaza el diálogo, no se atreve a confrontar con el que piensa distinto, desconoce la autocrítica, es inseguro, simplemente porque es ignorante, y sobrevive reemplazando lo cualitativo por lo conveniente, acomodando sus valores a las circunstancias vigentes.
3- Se comunica mediante el monólogo y el aplauso. Esta actitud lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad; la impunidad lo tranquiliza, y el amiguismo lo mantiene protegido.
4- Hay más presencias personales que proyectos, porque lo que importa es el destaque personal, no el trabajo en equipo, en el cual podría sobresalir alguien que realmente lo merezca. Si el protagonismo de un talentoso se produce, seguramente sabrán encontrar el camino para su rápida desaparición...
5- La declinación de la “educación” y su confusión con “enseñanza” permiten perdurar a una sociedad sin ideales y sin cultura, lo que facilita la existencia de políticos ignorantes y rapaces."Educar es formar, preparar a las personas como seres racionales y productivos para una sociedad que los necesita cada vez más. Con personas mediocres a la cabeza, los sistemas educativos también lo serán, y así, darán lugar a poco o ningún aprendizaje, a malos docentes, a deserciones estudiantiles ilimitadas y a formalismos exacerbados que nada tiene que ver con la coherencia educativa.
Excelente situación, para gobernantes populistas y rapaces, que lo único que les interesa es su bienestar personal y familiar, y a los cuales la ignorancia que sufren los pueblos les favorece notablemente para tales objetivos individualistas. Lamentablemente, este tipo de gobernantes han hecho eclosión en las últimas décadas.

¿Qué viene primero: el huevo o la gallina?


Sucede en todos los países del mundo. Desde hace siglos, quizás desde siempre. Pero se ha ido extendiendo, ha ido en aumento, con la terrible condición de que la mediocridad se toma en estos tiempos con naturalidad. Ser mediocre se ha constituido en la regla, ser talentoso en la excepción. El talentoso, digno u honesto, es el “raro”, en este nuevo sistema de cosas; el conocimiento es un monstruo que produce temor.
Las personas con menos escrúpulos y mayor poder acomodaticio acostumbran a alzarse con los puestos de poder, y son los que compiten mejor, es decir, los que albergan menos barreras morales y emocionales a la hora de actuar en su propio beneficio y alcanzar los puestos dirigentes.
Y por alguna razón, digna de un análisis profundo, las sociedades tienden, a premiar al bruto, al mediocre, al más tonto ante todo, al que hace bandera y exhibición de la más absoluta ignorancia
Una muy rápida y superficial explicación ,podría darse en la gran cantidad de personas que padecen de un bajo nivel cultural, y que presentan un mínimo deseo de poner esfuerzo para cambiar esta situación, para construirse como seres humanos; ya que esto requeriría demasiado tiempo y les impediría participar de otras actividades más interesantes y placenteras. Estas personas, se encuentran muy bien representadas por los mediocres, que son iguales a ellos.
.Quizá también, tienen parte de culpa los terribles acontecimientos sucedidos en el siglo XX, que fue el siglo del Estado y el comienzo de la protección legal hacia todos los Derechos Humanos, pero en contraposición a esto, fue también el de los asesinatos y la violencia. Sin contar con los muertos en campos de batalla, más de cien millones de civiles fueron asesinados por el poder político en limpiezas étnicas, guerras clandestinas, aniquilaciones culturales, odios nacionalistas y exterminios basados en la seguridad nacional. El resultado de la dictaduras es terrible : hambre, violencia, guerras, asesinatos, desigualdad, miedo, desigualdad creciente entre ricos y pobres, desprestigio de la política, corrupción, injusticia, mentiras, engaños y cuántas cosas más ,logrado por los mediocres organizados que llegaron a los cargos más importantes.
José Ingenieros decía que “la mediocridad es más contagiosa que el talento”, y que cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad. En esos momentos, es que “los hombres acomodaticios tienen su primavera florida.”

¡Y vaya que es verdad!


Siempre hubieron deshonestos, codiciosos, mediocres, pero no eran casi todos , como ahora, porque primaba la cultura del esfuerzo y la virtud, y esto daba como resultado sociedades vigorosas e idealistas .Los mediocres eran unos pocos, porque se tenía claro que estudiando y aprendiendo se enriquecía la mente y el espíritu, y se lograba la superación individual y global. En eso ponían los talentosos su energía. Pero el culto a la dedicación y el esfuerzo parece haberse extinguido con celeridad en estos últimos tiempos.
Las causas de la mediocridad pueden ser muchas, pero lo destacable, es que si de alguna manera no se encuentra un camino hacia la superación personal y social, los resultados pueden ser aún peores que los actuales, y las famosas películas del Planeta de los Simios podrían transformarse en una terrible realidad.
Solamente creando mecanismos de socialización con valores adecuados, verdaderamente democráticos, fomentando la solidaridad y el esfuerzo conjunto podremos vencer la mediocridad. Y esto costará muchísimo esfuerzo, especialmente porque quienes tienen los cargos directivos principales no toman la iniciativa.
Solo nos queda esperar un milagroso cambio, en donde la sensatez, la dignidad y el progreso cultural vuelvan a tener el lugar que les corresponde.
De otra manera, los mediocres, serán los dueños y señores del futuro… y del presente

Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance!

» François de la Rochefoucauld(1613-1680) Escritor francés.
“Sólo conviene la mediocridad. Esto lo ha establecido la pluralidad, y muerde a cualquiera que se escapa de ella por alguna parte.”

Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés.
En el país de los ciegos el tuerto es el rey.
Erasmo de Rotterdam (1469-1536) Humanista neerlandés

Bibliografía.
El hombre Mediocre-José Ingenieros-1913

Profesora Sheina Lee Leoni
davidlee@adinet.com.uy
Uruguay

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