Carlos Felipe Martell
1) Ayer, en
la presentación de “Los custodios de la Virgen” en la ULL, contamos con una
nutrida representación de jóvenes estudiantes que pusieron una frescura no
habitual en actos de este tipo. En mi cruzada personal por animar a leer a la
gente de estas edades, resulta tremendamente reconfortante ver cómo te observan
alumnos de carreras tan diversas como Turismo, Derecho, Medicina… e incluso de
Bachillerato.
2) También
acudió mucha gente de fuera, amigos algunos, desconocidos (hasta ayer) otros,
que quisieron estar allí, acompañándonos.
PEROOOOO….
3) Una
presentación en la Facultad a la que solo asisten nueve profesores resulta,
como mínimo, desconcertante. No me malinterpreten. No lo digo por mí, otras
veces me han respondido en masa. No tengo nada que reprocharles a nivel
personal. El caso es que en este acto participaban tres alumnas de la Facultad
(una sentada en la mesa y dos cantando). El hecho de que los propios
profesores, cargos directivos, etc. no las arroparan, no arroparan este acto,
me parece de lo más patético. Que en una presentación tan sui géneris como esta
(lo normal es que a una presentación en tu lugar de trabajo solo vayan
compañeros de trabajo) haya muchísimo más público de fuera que de la propia
ULL, sabiendo que su alumnado está participando en ese acto (no académico,
vale, pero creativo, dentro del recinto y relacionado con una novela que habla
de la Facultad), me entristece.
Carla,
Celeste, Nisi, que sepan que aún quedan profesores como Juan Ramón, Isabel,
Zamira, Jaime, Esperanza, Cande, Inés, Fredy o Victoria, quienes no solo han
venido a verme a mí, sino a ustedes.
La pena que
me queda es que, como gran parte del profesorado universitario no se mueve en
las redes sociales, igual no les llega el mensaje, pero pido a quien lo lea (me
refiero a compañeros de profesión) que lo comparta, o lo difunda. Soy
consciente de que muchos no han podido ir, por supuesto (Yo, como la
Estadística, no hablo de los casos particulares, sino de las regularidades de
conjunto). Pero también habrá gente que no haya querido, o haya tenido
compromisos ineludibles como ver una semifinal de baloncesto (algo sublime que
arranca sus lágrimas).
A veces hay
que estar con… No con el escritor, conmigo ya han estado en otras ocasiones.
Hay que estar con los alumnos (que son quienes te dan de comer) cuando actúan y
muestran sus habilidades. La vida universitaria debería ser algo más que
meterles miedo con los idiomas o dirigirles un Trabajo de Fin de Grado.
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