Juan Antonio
Gómez Jerez
“La diferencia entre el pasado, el
presente y el futuro es sólo una ilusión persistente.”
EN ALGÚN MOMENTO LA EXISTENCIA DE LAS COSAS,
DE LAS PERSONAS, DE LOS SENTIMIENTOS Y DE NUESTROS PROPIOS RECUERDOS, SUCUMBE
AL PASO DEL TIEMPO Y SE CONVIERTE EN LA HUELLA DE LO EFÍMERO DENTRO DE LA
ETERNIDAD QUE DICEN ALGUNOS QUE LO ENGLOBA TODO. VENIMOS, ESTAMOS Y EN ALGÚN
MOMENTO NOS VAMOS, IRREMEDIABLEMENTE NO SABEMOS A DÓNDE, DESAFORTUNADAMENTE NO
SABEMOS CUÁNDO.
El ser humano no es consciente de lo efímero, de su paso por aquí, de lo efímero de las
cosas y los sentimientos. Sin embargo nos pasamos toda la vida cambiando unas
cosas por otras, unos amores por otros, unos recuerdos por otros y así a lo
largo de nuestra existencia vamos reemplazando casi todo lo que nos rodea, ya
sea porque dejan de existir, porque nos cansamos o simplemente termina su
tiempo a nuestro lado. Sin darnos cuenta somos unos prestidigitadores del
tiempo; de una cosa que llamamos tiempo y que hemos creado nosotros mismos para
poder situarnos en algún lugar y en algún momento de lo que llamamos eternidad.
El tiempo, nuestra concepción del tiempo, pasa por las cosas y a lo largo del
paso de él por nuestro mundo, ellas, las cosas, forman parte integrante de
nosotros. En cierta forma somos los ilusionistas de nosotros mismos y jugamos
desconocedores de lo que realmente es el paso del tiempo, y realmente no sabemos
lo que es. ¿Cómo pasa? ¿Por dónde pasa? ¿Dónde empieza? ¿Dónde
termina?
“¿Qué es, pues el tiempo? Si nadie me lo
pregunta, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo pide, no lo sé.”
En algún momento de nuestra existencia, llegamos, vivimos, y nos vamos. El ser
humano, como todo lo demás, también es efímero en lo que respecta a nuestro
paso por aquí, por este estado material, con la esperanza de que lo efímero que
nos envuelve tan sólo lo sea en la parte material del aquí, y más allá, en el
después de… pueda haber algo. Aun así y como quiera que sea lo que pase después
o deje de pasar y desde mi punto de vista, deberíamos aprovechar la vida como
un regalo maravilloso que alguien o algo nos ha hecho; un regalo a nuestra conciencia.
Ser conscientes de estar vivos, de estar aquí, de poder ser feliz y
compartirlo; por efímera que sea nuestra existencia material, bien vale la pena
vivirlo.
“Estar preparado es importante, saber
esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la
vida.”
“La vida no se ha hecho para comprenderla,
sino para vivirla.”
“¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!”
La huella
de lo efímero está en todo, en cada una de las
cosas que nos rodean. Está en ti y en mí. En las palabras que una vez dichas se
las lleva el viento, en los actos, buenos o malos, que una vez hechos sólo
quedará de ellos un efímero recuerdo que se disipará con el paso del tiempo, a
veces mucho, a veces poco. Entendiendo que efímero es algo que pasa rápido, que
tiene poca existencia, hasta le propia existencia de Dios es efímera,
nebulosamente efímera; siempre estamos preguntando por él y las respuestas no
oyen las preguntas, sólo silencio, efímero también. Aquí aparece nuestra fé en
lo desconocido para dar respuesta a todas las preguntas que nos llevamos
haciendo a nosotros mismos miles y miles de años.
“Por muy lentamente que os parezca que
pasan las horas, os parecerán cortas si pensáis que nunca más han de volver a
pasar.”
Si me preguntaran que prefiero, si ser eterno o efímero, contestaría que preferiría ser eternamente efímero, lo cual me indicaría que he llegado, he estado y me he ido unas “cuantas” veces. Quizá no seamos capaces de comprender el concepto efímero si lo aplicamos a nosotros mismos, si lo llevamos a la existencia humana. Nos da miedo. Como al jardinero que aguarda tiempo para ver la floración de una efímera flor. Somos absolutamente efímeros hasta en nuestros pensamientos, gustos, deseos, inquietudes, necesidades, etc. somos cambiantes, fluctuantes como las olas del mar que nunca están en el mismo sitio. Un día llegamos, nos quedamos un tiempo y seguidamente volvemos a irnos dejando otra huella de lo efímero.
QUIZÁ NO ENTENDAMOS, QUIZÁ YO NO ENTIENDA,
EL CONCEPTO DE LO EFÍMERO APLICADO AL SER HUMANO, A NOSOSTROS MISMOS, A MÍ
MISMO. TODO ES EFÍMERO Y SIN REMEDIO. TENDRÉ QUE APRENDÉRMELO DE MEMORIA PARA
PODER DEJAR UNA EFÍMERA HUELLA. PORQUE SI TODO EMPIEZA Y TODO TERMINA, TAMBIÉN
PODRÍA SER QUE NUNCA HUBIERA EXISTIDO UN PRINCIPIO Y UN FINAL, CON LO CUAL YA
ESTARÍAMOS HABLANDO DE OTRO CONCEPTO INTERESANTE: LA ETERNIDAD.
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