Evaristo Fuentes Melián
Mientras pasa el tiempo y a muchos se
les llena la boca hablando de la “ejemplar democracia en los países occidentales” (que, en mi opinión,
realmente ha devenido en un prorrateo de urnas manejadas por los poderes
fácticos sitos en primera fila o la trastienda), la noticia impactante nos
llega desde Cuba, donde Raúl Castro, junto con el Papa Francisco, ha dado una
lección de sensatez democrática al mundo entero lleno de conflictos bélicos de
variada gama. Raúl Castro ha servido de árbitro, con la asistencia del juez
auxiliar que es el Papa Católico de Roma, para concretar definitivamente la
paz, la paz, la paz, o sea, el final de
las operaciones guerrilleras entre las
FARC y el gobierno colombiano. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y
el jefe de las guerrillas, Timochenko (nombre de pila: Rodrigo Londoño), se han
sentado a la mesa en La Habana para acordar el cese definitivo de ¡sesenta años
de conflicto armado! Poniendo fecha: para dentro de seis meses, en concreto el
23 de marzo del año 2016.
Difícil será conseguirlo, lo sabemos,
pero tengamos fe, nunca mejor dicho por la
intervención auxiliadora del Papa latinoamericano Francisco, cuyo nombre
secular es Jorge Mario Bergoglio.
Espectador
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