Susana M. Niño
Intenté varias veces escribir, pero mi mente se llenaba de tantas
ideas y de tantos sentimientos que al final de cuentas quedaban mis ideas
confusas e inconclusas.
Cambiar de medio ambiente y de rutina es muy saludable, el
contacto con la naturaleza y las cosas simples de la vida cotidiana, nos retorna mucha paz interior y mucha energía. Viendo
la vida desde el punto natural, sin tanto adorno y complicación
descubrimos que somos solo el producto
de todo aquello que nos han enseñado, y de todo aquello que hemos entregado y
compartido. Nada somos sin una escuela y sin un deseo intenso de superación y
entrega.
No podemos quedarnos a la espera de un milagro, nos toca batallar,
luchar, trabajar, estudiar, para obtener nuestros anhelos, nada es gratis
tampoco fácil, pero para muchos es más cómodo el sentarse a esperar que todo
les llegue, llenándose de resentimiento y envidia.
Fácil puedo decir que los sacrificios hechos valen la pena,
ninguno se queda sin entregar un resultado, a pesar que se demoren. Con ejemplo
puedo decir que por muchos años no pude observar los sacrificios hechos por mi
madre... Hoy encontré el espejo mágico que me entregó la respuesta a tantas
preguntas.
Hemos vivido en un mundo lleno de complicaciones, preocupaciones y
responsabilidades, no hemos tenido un minuto para reflexionar debidamente. Para admirar todo aquello que
hemos construido. No somos más, tampoco menos, somos lo que somos, de lo que
estamos hechos, ese material humilde, puro y sano con el cual nacemos, pero que
con los años transformamos en apellidos, títulos y abolengos.
Si desnudamos nuestro ser de tantas cosas materiales, encontramos
que solo somos carne, sangre y hueso, bendecidos con una mente majestuosa, un
pensamiento único y verdadero. Sentimientos puros y nobles que con el tiempo
han sido acondicionados y transformados de ambiciones y deseos.
En algún punto de nuestra vida retornamos a lo básico, hemos
caminado un largo trecho, en mi caso estuve
buscando la esencia del alma y
del sentimiento. Un poco complicado lo había vuelto, cuando la respuesta estaba
en mi día a día, en cada palabra y en cada hecho.
Soy hija del destino, soy futuro incierto, hoy acá me encuentro
admirando, disfrutando y sintiendo.
Muchos se encuentran tristes porque no han alcanzado sus metas y
sueños. No se acomodan en ningún lugar y sus deseos también
inciertos. La razón?.... Bueno puedo decir que está en no admitir la
simplicidad y lo imperfecto. Todo se nos ha sido entregado para ser digerido y
estudiado, aprendido y corregido. Para darle espacio a la belleza del universo,
Amor, pasión, entrega. Porque todo está configurado y planeado con amor. Sin él
la vida no existe.
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