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viernes, 26 de septiembre de 2014

CARÁCTER DEL CANARIO

Evaristo Fuentes Melián
   
Tienen buena parte de razón quienes critican nuestra aplatanada manera de ser.  En el ente humano canario tipo medio (90% de la población isleña) destacan ciertas cualidades negativas: el victimismo (lloriqueo), la moral del vencido, la xenofilia (querencia por todo lo que nos llega de fuera), la adulonería, el cuchicheo y la crítica al adversario sin base fehaciente y sólida, la improvisación, lo provisional y, en fin, algunas ‘cualidades’ más  que el Nobel de Literatura del 92, el caribeño Deek Walcott, aplica a su propia tierra, y que bien podrían aplicarse a Canarias: fomento de los placeres, de la banalidad, la vacuidad, el huir de la seriedad y  la incentivación de una cultura propia…

    Un ejemplo típico, inventado por mí, vale para rematar este articulejo que aquí estoy componiendo. Si te encuentras en medio de una larga escalinata en una vía pública, a algún amigo de nacionalidad española, puede haber distintas manera de comportamiento.  Si es catalán, te saluda y, a continuación, si te descuidas, te vende hasta la escalinata.   Si es madrileño, te baila un chotis mientras que se descuelga con la farolada de que en la Villa del Oso y el Madroño hay escalinatas mucho mejores.   Un aragonés, por torrontudo, quizá te demuestre que él es capaz de pasar por la escalinata al revés, o sea, con los pies para arriba y apoyando su tozudo cabezón en los peldaños.  Un vasco, te convencerá de que, aunque se caiga rodando por ella, no se hará el menor daño, precisamente por ser vasco. Si es un andaluz sacará, no se sabe bien de qué parte, unas castañuelas y te invitará a bailar unas sevillanas allí mismito.  Si es un gallego, nunca sabrás si va subiendo o va bajando la escalinata.
  Pero si es un canario y le preguntas adónde va… ¡ni él mismo lo sabe! Y si lo invitas a la tasca de la esquina, a probar un vino nuevo que hay, deja para más tarde cualquier otro asunto y te acompaña sin dudarlo… ¡sobre la marcha!


Espectador

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