Evaristo Fuentes
Melián
Clodoaldo es una
enciclopedia andante, sobre todo en deportes, hace poco lo vi en el Liceo y le
comenté algo, quedamos en vernos pronto, es una pena, estuve los últimos años detrás
de tener un diálogo, una tertulia semanal al menos, con Clodoaldo, y, qué
casualidad, una vez fuimos juntos a un
viaje del Imserso, llegamos incluso hasta África continental, Tánger, desde un
puerto de la costa andaluza. Clodoaldo es una persona con educación y cultura, un
libro abierto, es de una promoción de antes de la Guerra ‘Incivil’, nació en
1935.
A Clodoaldo lo estoy buscando para charlar de deportes, en un periódico
de Madrid sale cada lunes la historia de algún líder, de algún equipo de
campanillas, no solo de futbol, sino también de ciclismo, de baloncesto… Hace
dos semanas salió un reportaje ciclista de la vuelta a España de 1968, cuando ETA empezó a incordiar con sus bombitas
y reventó una carretera por donde tenía que pasar La Vuelta. Y de futbol, en
agosto del año pasado, se publicó el caso de Di Stefano secuestrado en Caracas,
en 1963. Y este último lunes fue la historia patética de cuando Franco impidió
en 1960 que España en futbol se enfrentara a Rusia. Chacho sabía más que el
cronista del aludido periódico nacional.
Me queda mucha pena, la pena de no poder ver con más frecuencia a
Clodoaldo, y la pena de su muerte tan repentina como imprevista, tengo un
recorte de periódico que se lo iba a
enseñar, durante uno de esos partidos televisados de pago que veíamos en el Liceo.
Pero ahora, ¿cuándo?, ¿dónde?... Esperaré a ver si en el otro Mundo nos vemos,
en un arcano secreto griego, para tomar nota, tomar apuntes y luego pregonar,
publicitar datos en un ágora helena, una
tertulia romana, en un foro, plaza del pueblo o en un zoco marroquí, como el que visitamos
en Tánger.
Gracias Chacho,
Clodoaldo, por tus enseñanzas.
E. Fuentes.
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