Javier Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL
SANTA CATALINA. UN RINCÓN TINERFEÑO CON UNA LARGA
TRAYECTORIA HISTÓRICA
El destacado investigador y profesor de Historia de América
de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González, resalta en su obra
Tenerife. Patrimonio Histórico y Cultural toda una serie de características
relacionadas con cada municipio de Tenerife. En esa nómina, en el apartado
correspondiente a La Guancha, incluye una interesante relación en torno al
núcleo de Santa Catalina, ante un
espacio situado “en el llamado Malpaís de Icod, en una suave pendiente hacia el
mar”. Apunta Hernández González que el lugar contaba con una ermita desde el
año 1510, bajo la advocación de la santa natural de la ciudad egipcia de
Alejandría. No debemos de olvidar que sus primeros pobladores fueron
originarios de la isla de Gran Canaria. Progresivamente, con el transcurrir de
las décadas, fue alcanzando una mayor importancia, creándose toda una serie de
disputas en torno a su pertenencia respecto a La Guancha o a San Juan de la
Rambla. El trágico aluvión del 7 al 8 de noviembre de 1826, causaría también
estragos en la localidad, arrasando la ermita. Sobre su espacio, se crearía
“una modesta edificación de planta rectangular con fachada rematada por frontón
curvo con un óculo acristalado y puerta con un arco labrado de medio punto”,
según refleja el citado profesor universitario.
El investigador José Antonio Oramas Luis, en Cinco siglos en
la historia de San Juan de la Rambla, incluye interesantes referencias en torno
a Santa Catalina, reflejando su influencia a lo largo de la historia con el
municipio de San Juan de la Rambla. De esa forma, procede a realizar una
interesante relación de los primeros pobladores a través de un estudio genealógico.
Asimismo, establece un análisis sobre la primitiva ermita y su posterior
desarrollo. En ese sentido, continúa exponiendo el significado e importancia de
diversos inmuebles que se fueron trazando en torno al antiguo Camino Real.
Destaca la importancia de la impresionante arquitectura de la casa propiedad de
la familia Falcón, así como la casa Yanes, la casa de la familia Pérez y la
casa del Lomo, entre otros inmuebles que ofrecen toda una serie de
características propias.
Buena parte de la historia de tal localidad norteña aparece
también reflejada en el monumental trabajo realizado por Eduardo Espinosa de
los Monteros y Estanislao González y González bajo el título Historia de La
Fuente de La Guancha.
En estos días, el lugar se encuentra en fiestas, conmemorando
a través de toda una serie de actos religiosos y populares el recuerdo a la
mártir cristiana que da nombre al bello rincón del norte de Tenerife. En una
conversación con Julia Darias Pérez, cuya infancia y juventud transcurrió en el
lugar, nos recuerda y evoca con nostalgia la vida en Santa Catalina durante el
siglo XX, apuntando que la agricultura y el calado representaron dos
actividades esenciales para sus habitantes.
Algunas casas deshabitadas; muestran una imagen evidente del
fallecimiento o el traslado de algunos vecinos a otros puntos de la isla. No
cabe duda de que la necesidad de lograr mejorar las condiciones económicas ha
sido un factor determinante para muchos. Sin embargo, se trata de un pueblo que
mantiene un encanto único que, a través de diversas iniciativas, podría
recuperar el esplendor de una época no tan lejana en el tiempo.
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