Antonio-Pedro Tejera Reyes
Para mi querido amigo
Alejandro J. Gallard Prio, con todo mi afecto.
Cuando la sociedad parece estar dominada por la influencia
de esa generación que se ha dado en denominar “los millennials” a los nacidos
entre 1980 y 2000, y sus nuevas formas de organizarse, entre ellas los viajes,
que apoyan sus movimientos en todo lo relacionado con la era digital, el hacernos una serie de reflexiones sobre
nuestra realidad, es algo que nos pone ante el mundo que nos rodea y sus
vivencias, todas llenas de muchas frustraciones provocadas por el díscolo y
vergonzante comportamiento humano.
A esta reflexión nos lleva el artículo que acabamos de
descubrir en la revista TURISTA MAGA-ZINE DESTINOS, de Lima, donde Salvador
Freixedo - ex sacerdote católico español, de la Compañía de Jesús, e
investigador de temas paranormales - algunos de cuyos párrafos vamos a repetir
y comentar con la experiencia que nos acompaña.
“La situación actual es tan convulsa que nos hace vivir en
un polvorín. Nunca el mundo ha estado tan a punto de que ocurran hechos
realmente terribles… por nuestro sistema político actual y la gran ambición de
los líderes mundiales por controlar el mundo.”
“La política, que es una ciencia que se resuelve en un arte,
según Platón, es hoy sinónimo de corrupción... El sistema, que persigue y ahoga
al ciudadano normal exigiéndole ejemplaridad, ha creado leyes para que sus
líderes puedan robar a manos llenas, burlando la justicia, una justicia impartida
por jueces colocados a dedo por los mismos corruptos que van a ser juzgados.”
Bajo el escudo de ROTARY INTERNACIONAL, en la ciudad de Lima, Perú, un símbolo marcado de la lucha por la calidad de vida, y contra la corrupción.
“Lo estamos viendo cada día en todas las naciones. No
importa si hablamos de España, de Italia, de México, de Estados Unidos, de
Argentina, de Colombia o de Brasil…”
“En la “aldea global” de Mcluhan, todos los defectos del ser
humano se han globalizado en una suerte de mimetismo autodestructivo y
perverso; porque la corrupción, aparte de una práctica inmoral, contribuye al
empobrecimiento de los Estados. Pero peor aún que robar bienes materiales, es
robar la fe, la confianza y la esperanza de los ciudadanos; peor aún es
manipular sus mentes con mentiras muy bien elaboradas por los “think tanks”,
difundidas a través de las agencias de prensa del establishment, para disfrazar
la verdad sobre hechos trascendentes.”
Vamos a quedarnos ahí, y dejar a la reflexión de nuestros
lectores la valoración de estas líneas ante-cedentes, en la seguridad de que
todos tenemos una buena serie de razonamientos sobre el tema, más o menos
relacionados con la actividad que nos ha tocado desarrollar en nuestra vida
laboral, familiar, profesional y pública.
Quienes hemos vivido sometidos a este complicado acontecer
mundial, tenemos de sobra razones para confirmar las aseveraciones del ilustre
comentarista, las cuales son el reflejo seguro de sus vivencias y de su atinada
observación, en las que sin duda, y como es natural, caben las excepciones como
todos hemos tenido la suerte de poder comprobar a través del desarrollo de
nuestras vidas, como un remanso de paz de incalculable valor para quienes han
podido disfrutar de ello, y han sabido reconocerlo.
La edificación de las instalaciones de la Universidad para La Paz, guardan un imponente res-peto a un entorno natural de referencias, una construcción en horizontal con amplios espacios dentro de un entorno único en Centroamérica, en cuya sede se imparten importantes enseñan- zas sobre los valores humanos, el respeto a la naturaleza y a la convivencia mundial.
En el movimiento de la sociedad mundial conocido por el
turismo, no estamos exentos de esta problemática ni de los perniciosos efectos
que produce. Los noticieros de todas partes están llenos de escabrosos casos
ocurridos alrededor de su evolución, lo cual no es de extrañar si sabemos que
estamos tratando del mayor desarrollo de la actividad humana. Lo triste y lo
vergonzoso - por no emplear otras palabras más duras, que seguro son las que
merece – es ver y sufrir las consecuencias de esta infame situación, que llega
hasta cercenar las fuentes del conocimiento, para poder seguir medrando en ese
mundo de la corrupción, ante la carencia del mismo. Ya lo decía el sabio
maestro venezolano, Prieto Figueroa, “al pueblo hay que mantenerlo en la
ignorancia para poder vivir de sus carencias.”
Concluye, Salvador Freixedo con una referencia fundamental:
“… Hoy, más que nunca, ante tanto mal augurio es necesario mantener la paz del
espíritu y, sobre todo, NO TENER MIEDO ni angustiarse ante el futuro. El miedo
es un arma poderosísima que nos debilita y nos prepara para que cualquier
humano o extrahumano parasite en nosotros y nos haga su esclavo. Pensemos que,
a pesar de todo, este desventurado planeta tiene muchas cosas bellas por las
que merece la pena vivir y luchar. Pero no olvidéis que la verdadera
“felicidad” y equilibrio tiene que partir de nuestros corazones. Siempre de
dentro afuera.”
La directora de la revista de referencias, la maestra Elena
Villar, remata este artículo con este sentido párrafo: “Hermoso, por el mensaje
de no perder la fe y no tener miedo, pero que terrorífico darse cuenta que no
se equivoca en nada ¿Esta aldea global? Ya no es aldea, ahora el mundo se
convirtió en un barrio global y sin privacidad.
En él nos ha tocado vivir, pero como siempre decimos, lo único que quedó
en la “Caja de Pandora” fue La Esperanza, por eso es lo último que se pierde…”
La Universidad para
la Paz, de las Naciones Unidas, es uno de los valores mundiales defensores de
la ética y de la lucha contra la corrupción. Sus enseñanzas llegaron a
principios de este siglo a ser impartidas en las Islas Canarias, dirigidas
desde la Villa de la Orotava En su sede - Ciudad Colón, Costa Rica - se
encuentra el Monumento al Trabajo, al Desarme y a La Paz, una creación de la
escultora cubana Thelvia Marín, de madre canaria, algunas de sus obras están
también entronizadas en estas islas atlánticas.
Hechos y realidades que, como bien dice Salvador Freixedo, y
rubrica Elena Villar, están por todas partes, sin que al parecer se les pueda
poner freno, y de los cuales tenemos las más tristes, dolorosas y desoladoras
experiencias…
El sacerdote español R.P. Agustín García, nos despedía todas
las noches con un mensaje de optimismo en la televisora nacional de Venezuela,
que terminaba así: “Sonría, amigo, que la vida es bella…”
Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo
UNTWO:
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