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miércoles, 23 de noviembre de 2016

AMOR Y DESAMOR

Evaristo Fuentes Melián

En el zapping nuestro de cada día, veo en TV algunas películas en ciertos aspectos interesantes por inesperadas, que traen recuerdos transportables desde aquellos  tiempos de la dictadura a la actualidad. En la película ‘A tiro limpio’ (Pérez-Dolz, España, 1963) muere hasta el apuntador. Pero la censura hizo de las suyas. El argumento original presenta una banda de atracadores a punta de metralleta, alguno de los cuales procedía de los maquis de la posguerra, así llamados los restos militarizados del bando perdedor que siguió luchando en la montaña durante los años cuarenta. Esa circunstancia  de su procedencia, maquis, es suprimida por la censura, además de desdibujar dejándola casi imperceptible la tendencia  homosexual del jefe de la banda.    En ‘A tiro limpio’   hay una frase dicha por el crítico que presenta el filme en TV, que se me quedó grabada: En Madrid, los domingos por la tarde, en aquellos años sesenta, el protagonismo  principal lo constituían dos muy dispares eventos, los partidos de futbol y las casas de citas, que también se denominaban eufemísticamente “habitaciones de alquiler por horas” o, mejor aún, “hoteles de relaciones sexuales furtivas”. Cabe pensar maliciosamente, si algunas de las personas que utilizaron esa sutil manera de pasar la tarde del domingo eran del género femenino, casadas por la iglesia en matrimonio diz que imperecedero…

Esto de hacer el amor clandestinamente no sucede, aunque por muy distinto motivo,  en ‘Una jornada particular’, de Ettore Scola (1977), con una fabulosa joven rebosante de belleza (ustedes me entienden) Sophia Loren, una mujer de clase media/ baja que se llena de hijos con un marido fascista y muy macho. Cuando viene Hitler  de visita a la Italia mussoliniana, la familia al completo va a presenciar el solemne discurso de bienvenida y el suntuoso desfile correspondiente. Pero Sophia se ve obligada a quedarse sola cuidando la casa. Hay un vecino homosexual, Marcello Mastronianni, que por este motivo ha sido separado de su puesto de funcionario,  y cuya mentada tendencia sexual impide  hacer el amor con Sophia poniéndole la cornamenta a su furibundo esposo.


Espectador 

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