Lorenzo Soriano
La cuestión clave es la siguiente. Si es España un
país en que sus habitantes, todos, están suficientemente atendidos en sus
necesidades más básicas de nivel de renta media comparativa, sanidad, educación
y servicios de atención a la dependencia. La respuesta a esta pregunta es
evidentemente negativa.
En España hay un índice de pobreza alto o muy alto.
Según los escenarios más estrictos alrededor de un 25% de la población están en
el umbral de la pobreza o más abajo. Las causas de esta situación, que ha
empeorado en ciertos aspectos en los últimos 30 años, para mí no tienen duda ni
secreto. Es la Aplicación en gran parte de España de políticas Socialistas, de
subvenciones, clientelares de parento y aristocracia. Obsérvese que las
comunidades más pobres, siempre están gobernadas por Socialismo. El más claro
ejemplo es Andalucía que durante más de 30 años junto con Extremadura han sido
manejados por políticas socialistas y están a la cola de Europa. Obstrucciona
la economía de mercado, impuestos altos y mucho reparto de dinero público, que
según ellos “no es de nadie”.
En España, la sanidad que es universal, pero en ningún
caso gratuita, es un auténtico desastre a nivel de gestión ya que la manejan los
políticos, y solo se ha sostenido por la abnegación, preparación, entrega y
eficacia de los profesionales heroicos que la integran. Las listas de espera
son monstruosas y el índice de mortalidad por exceso de tiempo no está
estudiado. El sistema de financiación es malo, costosísimo, destructor de
empleo y de riqueza además de ser arbitrario el uso de sus fondos por parte de
los gobiernos de turno.
La atención a los pensionistas, viudos, incapacitados,
dependientes y enfermos crónicos, de raras o mentales es absolutamente
deficiente. Y lo que es peor, sin la ayuda extraordinaria de la Obra social de
la Iglesia y la entrega de sus miembros, España colapsaría en semanas. Tener
que recurrir a la ayuda de algo externo a la organización del Estado, porque si
no sería insostenible el sistema, es algo que llena de vulnerabilidad a la
convivencia. Y explica que, aun gobernando casi siempre el socialismo, jamás
han apretado tanto a la Iglesia, ni que hayan pasado líneas rojas en este tema.
Por la obra social que ahorra una cantidad astronómica que les dejo que la
evalúen ustedes, y por el cuidado y mantenimiento de nuestro patrimonio
histórico, artístico y religioso, segunda fuente de Ingresos turísticos en
nuestro país.
Si a esto unimos que el Ejército en España es
absolutamente testimonial y descabezado, cuando no humillado y ninguneado, y
que si lo dotáramos como debiera, seria ya el remate para la economía. Todo
esto sería posible que fuera de otro modo. Sin las hordas de funcionarios, y
asimilados, además de los destinos desquiciantes de empresas públicas,
semipúblicas y ONGs subvencionadas, chiringuitos de amiguetes y tonterías
varias por miles. Sin dineros a golpistas, separatistas, terroristas y compra
de votos a la vez que calla a exaltados, y que no parasitearan las arcas
públicas. Como sindicatos de obreros y de empresarios, puertas giratorias y
cargos fatuos sin contenido más que de sueldazos estratosféricos y derechos
astronómicos.
Bien, hay más, pero para muestra varios botones.
Entonces la siguiente pregunta es: ¿Podemos dedicar recursos ilimitados a todos
los inmigrantes que arriben a nuestras costas, lleguen a los aeropuertos o nos
los envíen pateras mafiosas o barcos de traficantes de seres humanos
disfrazados de bienhechores buenistas humanitarios?? A los Menas, a las
familias reagrupadas, ayudas al alquiler, salarios sin control, y pagas de
muchas modalidades.
A todos Tenemos que atenderlos con nuestros impuestos,
mientras los “nuestros” padecen privaciones tremendas, de vivienda, calidad de
existencia, hogares inadecuados, alimentos escasos, y atención sanitaria y
dependiente, muy deficiente. La Sanidad Universal más allá de los nacionales
provoca el aumento en listas de espera a niveles imposibles en operaciones o
tratamientos de especialidades, además de favorecer picaresca en maternidades,
operaciones y tratamientos por extranjeros aprovechados.
No podemos de ninguna manera permitirnos esta
situación que es dañina, letal muchas veces, para nuestros ciudadanos que
provocan los que si haber aportado jamás nada a las arcas públicas disfrutan de
las mismas e incluso más garantías y atenciones que millones de españoles. Ni
podemos nacionalizar a todo el que llega con billetes de autobús tipo Caldera.
El efecto llamado que damos es absolutamente nefasto y nos pasara una factura
aún más impagable que la actual. Lo sufrirán nuestros hijos por generaciones.
No debemos por otra parte permitir, que nuestros
políticos dispongan de los confiscatorios impuestos que nos detraen para su uso
discrecional y para un destino en la forma que más les convenga políticamente.
No hasta que no haya ningún ciudadano español viviendo sin dignidad, atención y
con recursos suficientes.
Lean
los programas y decidan a quien votar y que harán con nuestros recursos, que,
si la crisis que se anuncia nos cae de lleno y esta vez con la caja no solo
vacía sino en negativo por más de un billón de euros, nos destruirá la economía
por varias generaciones.
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