Lorenzo
Soriano
Tal y
como está planteada la democracia en Europa en general y en España en
particular, cada día es más difícil afirmar que vivimos en ella. Y es por esta
razón, porque cada día restringe más las libertadas de los individuos, el que
muchos se cuestionen que siga siendo el mejor de los sistemas posibles. Con las
Leyes electorales actuales y con la manera de recontar votos que hemos visto en
las últimas elecciones, además de la posición casi unilateral de los medios de
comunicación, defendiendo todo tipo de populismos, supremacismos, separatismos,
y a delincuentes en general, decir que estamos en democracia, es mucho decir.
Es falso de toda falsedad.
En
Este país que otrora fue grande, y pionero en derechos y Leyes excelentes, no
funciona la división de poderes. El ejecutivo secuestra al Legislativo y entre
los dos engullen al Judicial. Que los golpistas y presos políticos estén siendo
Juzgados por una acusación particular que hace un partido político al que
muchos, casi todos, demonizan y que no tenía ni siquiera representación
parlamentaria, nos indica cómo está la Justicia. Excepción hecha de valientes
Jueces que aún creen en la Justicia y que, gracias a ellos, logramos evitar más
enfrentamientos entre ciudadanos.
Este
País presume de garantista y de solidario. Pues bien, si, es garantista, pero
con la hez de la sociedad, con los asesinos, los delincuentes y los que
cuestionan las leyes y la Constitución. Con los ciudadanos honrados,
contribuyentes justos y disciplinados, es absolutamente despectiva, y
laminadora. Toda persona “vulnerable” por tener un empleo, cotizar los
elefantiásicos impuestos y tener alguna propiedad, vivienda, herencia o algún
bien, es sometida al chantaje y al “peso de la ley”. Porque la Ley existe y no
es del todo mala en muchos aspectos, pero a quien se obliga a cumplirla, es
únicamente a los mencionados vulnerables. Y es sobre quien recae soportar este
Estado de Pandereta, de disparate, conformado por los más extravagantes,
desnortados, ignorantes, zafios y zumbados que existen en nuestra Patria. La
orgia de sueldos, de dispendios de latrocinios, del destino de nuestros fondos
procedentes de los impuestos impagables que padecemos. Confiscatorios y
desincentivadores de toda actividad. Para eso si se ponen de acuerdo derechas e
izquierdas. Para succionar el flujo de lo que nos extraen. Sin pudor ni
prudencia, al asalto de la Caja.
Esto
no es democracia ni nada que se le parezca, y en este cultivo, las tentaciones
totalitarias florecen como la mala hierba. Las nuevas y las antiguas Pero los
responsables son sin duda los que la prostituyen la invocan, la proclaman, pero
jamás la aplican.
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